sábado, 3 de abril de 2010

San Ricardo, Obispo - 3 de abril


La vida de nuestro protagonista San Ricardo no fue fácil desde que nació hasta su muerte. Le tocó vivir en una nación y en un tiempo en el que tanto la Iglesia como la misma sociedad atravesaba tiempos nada fáciles. Los obispos eran más bien como "lores" y amantes de las grandezas de este mundo. Los mismos monjes dejaban que desear ya que estaban entregados al lujo y a la vida fácil con el detrimento que esto lleva a la vida de oración y entrega al Señor y a los hermanos. Sin embargo el lema de Ricardo fue siempre éste: "Austeridad, caridad y energía". Sí, fue muy enérgico y nunca se casó con la injusticia.
Era campesino inglés, Richard Wych, nació en el año 1197 cerca de Worcester hijo de labriegos, que conoció muy bien la dureza de las tareas del campo.
Trabaja desde muy niño para reparar la hacienda arruinada de sus padres en Wyche, no lejos de Worcester, Inglaterra.
Y dejando en ella a su hermano mayor, marcha a estudiar a las universidades de Oxford, París y Bolonia.
Es posible que posteriormente estudiara en París y en Bolonia, el hecho es que volvió a su patria ya doctor y en 1235 fue nombrado canciller de su universidad, para convertirse muy pronto en el colaborador más intimo del arzobispo de Canterbury, su amigo Edmund Rich, es decir, San Edmundo.
Ambos hicieron frente a las pretensiones del rey Enrique III, que se apoderaba de los beneficios eclesiásticos vacantes, la pugna se enconó, juntos conocieron el destierro en Pontigny, Francia, y allí, tras la muerte de san Edmundo, Ricardo fue ordenado sacerdote el año 1243.
A pesar de la oposición del Rey Enrique III, es consagrado Obispo de Chichester, por el Papa Inocencio V, el año 1245. Vuelto a Inglaterra, comparte preferentemente su vida con los pobres y los enfermos.
Es entonces cuando da toda la medida de su personalidad: es el prelado inflexible que combate con mayor energía la simonía y el nepotismo, luchando por limpiar de impurezas y bajos intereses la Iglesia de Inglaterra.
Y entre tantos obispos medievales que son comilones, imperiosos, cortesanos, arrogantes y amigos del lujo, él será la humildad y la austeridad personificadas, dejando el recuerdo de un hombre muy sencillo y bondadoso.
Tuvo también un constante amor a los pobres y murió, al iniciarse el mes de Abril de 1253, en un asilo de Dover que acababa de fundar. Ya agonizando hizo repetir a los que le rodeaban: «María, madre de Dios y madre de misericordia».

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