domingo, 18 de abril de 2010

Las razones del viaje a Malta, según el propio Benedicto XVI


La actualidad del mensaje de Pablo –la fe que actúa en la caridad- a los 1950 años de su naufragio en costas maltesas; la confirmación del amor sanador de Cristo por su Iglesia –herida por la crisis de los abusos-; la preocupación por la dignidad de los inmigrantes. Son razones, como ha explicado el propio Benedicto XVI, de su visita apostólica –14º viaje internacional; 8º en Europa- a Malta el 17 y 18 de abril.

En el vuelo desde Roma-Fiumicino al aeropuerto internacional maltés de Luqa, ayer por la tarde el Papa mantuvo un breve encuentro con la prensa internacional acreditada. Quiso apuntar personalmente las claves de su breve e intensa visita apostólica. Introdujo la explicación del Santo Padre el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi. Traducimos la transcripción íntegra del encuentro en el vuelo papal.

P. Lombardi: Queridos amigos, Su Santidad está de nuevo con nosotros en el primero de los cinco viajes de este año que ya están en programa. Estamos muy contentos de tenerle con nosotros en el inicio de este viaje porque podemos así felicitarle por los dos aniversarios de estos días: el de ayer, su cumpleaños, y el del próximo lunes [su elección como sucesor de Pedro. Ndr]. El Santo Padre ha recibido las preguntas que algunos de vosotros le habéis presentado y que interpretan un poco las expectativas que todos tenemos al inicio de este viaje, y nos presentará algunas reflexiones, algunas consideraciones sobre la base de nuestras expectativas. No seguiremos el esquema pregunta-respuesta de las otras ocasiones; dejemos que el Santo Padre, por su parte, nos presente un discurso sintético. Gracias, Santidad, y buen viaje.

BENEDICTO XVI: ¡Queridos amigos, buenas tardes! Deseémonos un buen viaje, sin esta nube oscura que sobrevuela parte de Europa.

Así que, ¿por qué este viaje a Malta? Los motivos son múltiples.

El primero es san Pablo. Ha concluido el Año paulino de la Iglesia universal, pero Malta celebra 1950 años de su naufragio y ésta es para mi una ocasión de evidenciar una vez más la gran figura del Apóstol de las gentes, con su importante mensaje también para hoy. Creo que se puede sintetizar lo esencial de su viaje con las palabras que él mismo resumió al final de la carta a los gálatas: fe operante en la caridad.

Estas son las cosas importantes también hoy: la fe, la relación con Dios, que se trasforma después en caridad. Pero pienso igualmente que el motivo del naufragio es expresivo para nosotros. Del naufragio, para Malta nació la fortuna de tener la fe; así podemos pensar también nosotros que los naufragios de la vida pueden ser el proyecto de Dios para nosotros y pueden asimismo ser útiles para nuevos comienzos en nuestra vida.

El segundo motivo: me da alegría vivir entre una Iglesia vivaz como es la de Malta, que es fecunda en vocaciones también hoy, llena de fe, en medio de nuestro tiempo, y que responde a los desafíos de nuestra época. Sé que Malta ama a Cristo y a su Iglesia, que es Su Cuerpo, y sabe que, aunque este Cuerpo está herido por nuestros pecados, el Señor sin embargo ama a esta Iglesia, y su Evangelio es la verdadera fuerza que purifica y sana.

Tercer punto: Malta es el punto donde las corrientes de los refugiados llegan de África y llaman a la puerta de Europa. Se trata de un gran problema de nuestro tiempo y, naturalmente, no puede ser resuelto por la isla de Malta. Todos nosotros debemos responder a este desafío, trabajar para que todos puedan, en nuestra tierra, vivir una vida digna y por otro lado hacer posible que estos refugiados hallen aquí, adonde llegan, en todo caso, un espacio de vida digna. Una respuesta a un gran desafío de nuestro tiempo: Malta nos recuerda estos problemas y nos recuerda que precisamente la fe es la fuerza que da la caridad, y por lo tanto también la imaginación para responder bien a estos desafíos. Gracias.

P. Lombardi: Gracias, Santidad; entonces buen viaje. Le acompañaremos también con nuestro trabajo y nuestra información.

Atendiendo a las preguntas de los periodistas, el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Lombardi, precisó: «En este momento existen diversas dificultades y pecados, entre ellos la crisis de los abusos, y en estos pensaba el Papa al hablar de naufragio y de Cuerpo herido, pero subrayando igualmente la fuerza de sanación que procede del Evangelio».

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