viernes, 16 de abril de 2010

“Estamos con el Papa Benedicto XVI ante ataques feroces y conectados globalmente” - Monseñor Héctor Aguer


Este mes se cumplen dos aniversarios importantes del Santo Padre Benedicto XVI. El día 16 de abril es su cumpleaños, 83 años de vida y el día 19 es el quinto aniversario de su elección como sucesor de Pedro.

Me gustaría hoy, anticipar la conmemoración de estos aniversarios, sobre todo porque en estos últimos días los ataques a la figura del Papa, a su persona y a su acción han sido tan feroces y tan conectados globalmente que merecen una reflexión y una respuesta. No es la primera vez que se ataca públicamente a este gran Pontífice, un hombre de Dios, un sabio, un pastor solícito y vigilante.

El pretexto ha sido esta vez el descubrimiento de casos de pedofilia de los cuales se han hecho culpables sacerdotes en diversos países del mundo; hechos ocurridos varias décadas atrás.

Es fácil comprobar cómo se magnifican las cosas. Todos sabemos que ese pecado horrendo ocurre, lamentable y frecuentemente, en todas partes. Se sabe también, con cifras comprobadas, que en la mayor parte de los casos los culpables son hombres casados, y muchas veces ese abuso ocurre en el seno de la misma familia.

Voy a poner sólo una cifra. En una investigación reciente, en Alemania, que abarca de 1995 hasta 2010, se han registrado 210.000 casos denunciados de abusos de menores; de esos casos sólo 94 implicaban a sacerdotes. Esto representa el 0,044 por ciento.

Sin embargo, sólo se habla del caso de los sacerdotes. Cualquiera puede argumentar: “es mucho más grave en el caso de sacerdotes”. Correcto: es gravísimo, sin duda alguna.

Pero lo que creo bueno señalar es que esta realidad es aprovechada sistemáticamente con otra intención: lo que se quiere es minar la credibilidad de la Iglesia y sobre todo el papel de la Iglesia, como orientadora del sentido moral de la sociedad.

¿Quienes son los que con mayor énfasis ahora se están encarnizando con el Santo Padre? Son los partidarios del aborto, los partidarios de la anticoncepción a ultranza que han provocado el invierno demográfico en Europa, los partidarios de la eutanasia, los partidarios de identificar con el matrimonio la convivencia de las personas homosexuales los que se proponen desbaratar la tradición marcada por el cristianismo en el ámbito de la organización familiar y social. Trastocar todo lo que tiene que ver con las realidades fundamentales de la vida humana.

Hace poco en un artículo periodístico el Senador italiano Marcello Pera dijo que esta “guerra” –así la llamó él- intenta salpicar de fango la sotana blanca porque sabe que de esa manera se está mancillando a la Iglesia misma. Dice el Senador Pera que es una guerra entre laicismo y cristianismo. Por laicismo, entiende una cultura atea, emancipada de Dios y de los principios cristianos que han regido la tradición de Occidente.

Podríamos decir que es una batalla de una larga guerra. La que desde hace varios siglos se ha emprendido contra la Iglesia, contra Cristo, contra Dios.

“Ese intento varias veces secular puede resumirse en el grito famoso de Voltaire: “aplasten al infame”. Esto es lo que está detrás de esta campaña global”.

Hoy día los medios son más sofisticados. Pensemos que son, en muchos casos, empresas que tienen fuertes intereses y que están detrás de algunos medios de comunicación poderosísimos, capaces de lavar el cerebro a una multitud.

A propósito de los cercanos aniversarios de Benedicto XVI, me gustaría terminar con una exhortación a todos ustedes para que apoyemos al Papa y adhiramos con entusiasmo a Él, a su magisterio; que sigamos sus enseñanzas, porque hoy es fácil poder hacerlo directamente, sin contentarnos con los títulos intencionados de los diarios o los flashes del noticiero de TV.

Finalmente quiero pedirles que recemos especialmente por el Santo Padre. Yo rezo todos los días por el Papa, cuando termino el rosario, una oración que aprendí en las filas de la Acción Católica cuando era niño.

Esta oración dice: Oremos por nuestro Pontífice Benedicto XVI. Que el Señor lo conserve, lo fortalezca, lo haga feliz en la tierra y no permita que caiga en manos de sus enemigos… Porque los tiene, y muchos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario