domingo, 25 de octubre de 2009

"Bajo la bandera de la Cruz" - Venerable José Gabriel del Rosario Brochero

En una de sus últimas cartas de octubre de 1912, el Venerable José Gabriel del Rosario Brochero nos revela el núcleo de su espiritualidad:
"Dios en los santos Ejercicios me ha enseñado a mí y Uds. Que el hombre debe primero perder su honor, sus bienes o riquezas y su vida misma, antes que perder a Dios o sea su salvación".
Es una alusión directa a la meditación de las "Dos Banderas" que San Ignacio de Loyola propone en el cuarto día de la Segunda Semana 15 de los Ejercicios Espirituales y que aconseja se haga cuatro veces en un solo día. Con lo cual se nos sugiere su gran importancia dentro de los Ejercicios. Esta puede ser la clave de inspiración de las actitudes del pobre en Brochero. Exponiendo esta "plática" a los ejercitantes Brochero dice: "El sermón que Cristo Nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos que envía a tal jornada, encomendándole que a todos quieran ayudar en traerlos, primero a una pobreza espiritual, y si su Divina Majestad fuese servido y los quisiese elegir, no menos a la pobreza actual e indica que por estas razones, el primer escalón del seguimiento del Señor es "pobreza contra riqueza".
Explicando esta plática, invita a sus paisanos a decidir qué bienes elegir, los "presentes", "mezquinos y breves" o los "lejanos", "venideros", "ciertos". "Ya veis, pues, que en esta meditación, en esta plática, de San Ignacio se miran en campaña dos capitanes, de la una parte Jesucristo Nuestro Señor, y de la otra, Lucifer: cada uno en contraposición del otro, llama soldados y pregona con qué sueldo y con qué fin se ha de militar, y pelear bajo de su bandera; cada uno ofrece sus bienes: el uno presentes, es verdad, pero mezquinos y breves; el otro algo lejanos, como venideros, pero ciertos, cuando lo es el mismo Dios, pues son eternos. Ahora vosotros, mis amados antes de extender la mano a tomar los unos a los otros bienes, y antes de entrar el pie en la cadena de Luzbel, o poner el cuello en el yugo de Jesucristo: mirad bien tales bienes, y comparad los unos con los otros... "
Ciertamente él experimenta en carne propia que "Jesucristo impone a sus soldados leyes al parecer muy duras: 'Niégate a ti mismo, carga con tu cruz y sígueme', porque el negarse a si mismo, importa una renuncia completa de todos los placeres del sentido, un abandono de las riquezas superfluas, y un desprecio de los vanos honores". Pero también sabe que "tomar la cruz, es la preparación del ánimo, para tolerar las cosas contrarias al genio de la naturaleza; tales son, la penitencia, la mortificación del cuerpo, la pobreza de espíritu y la humildad de corazón: cosas todas que se oponen directamente a los tres genios de apetitos que sugiere Lucifer".
Brochero siendo personalmente pobre, eligió y privilegió a los más pobres. Servirlos fue su voluntad constante, aún durante su última enfermedad y más allá de su muerte, con gran originalidad.
Realizó una clara opción por los más pobres, sostenido por criterios evangélicos reflexionados y expresos en su predicación.

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