jueves, 16 de julio de 2009

Nuestra Señora del Carmen - 16 de julio


Carmen viene de Carmelo, un monte situado en la población marítima de Haifa en el norte de Israel, en la zona de Galilea. Precisamente, Karmel (Carmen) significa en hebreo "jardín" y en latín "poesía”.

La memoria de Elías se guardó siempre viva de modo particular en el Monte Carmelo, donde se eligió seguir al Dios de Israel. Según el relato, Primer libro de los Reyes, capítulo 18, el sacrificio de Elías, consumado por el fuego que descendió del cielo, mostró al pueblo que Yahvé era el verdadero Dios.

Allí se nos dice que las gentes de aquellas tierras de Haifa adoraban en su amplia mayoría al dios pagano Baal. El profeta Elías, que predicaba los mensajes del Señor, sin recibir demasiadas respuestas de los habitantes, les propuso que organizaran conjuntamente un sacrificio a la ladera del Monte Carmelo, cada uno rogando a su respectivo Dios, para invocar la lluvia, ya que habían estado 3 años de sequía. En primer lugar lo hicieron los partidarios de Baal, sacrificando un novillo en medio de oraciones, pero no obtuvieron respuesta. Inmediatamente Elías y sus pequeños seguidores cogieron otro novillo y al cabo de pocos instantes cayó fuego sobre el altar y sonaron grandes truenos. Elías invitó a uno de sus seguidores para que subiera a la cima de la montaña y desde allí éste le dijo:

"Una nube pequeña como la palma de la mano de un hombre sube del mar"

De pronto, el cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó una lluvia abundante. Cabe decir que algunos religiosos carmelitas y escritores del siglo XIV vieron en la mencionada nubecilla la presencia de la Virgen. Esto no deja ser una bella leyenda devocional sin fundamento, ya que faltaban unos 900 años para que María naciera.

Elías estuvo disponible para la obra de Dios y enviado a proclamar su palabra. Emprendió un largo viaje por el desierto, un viaje que lo dejó exánime. Se cobijó bajo un árbol y pidió la muerte. Pero Dios no permitió su muerte, sino que lo impulsó a continuar su viaje hasta el monte Horeb. Cuando llegó, Dios se mostró a Elías, no en los consabidos signos del antiguo testamento: fuego, terremoto o del fuerte viento, sino en una ligera brisa. Elías fue enviado nuevamente a su pueblo para continuar cumpliendo la voluntad de Dios.

El Carmelo era sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.

A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial. Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.

En la Edad Media se creía que María significaba "estrella del mar", en latín "stella maris". Desde aquella época, muchos carmelitas han aclamado a María como la "Flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar". Lo hizo el mismo Simón Stock con esta plegaria que se le atribuye:

"Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar!.

El nombre de "Stella Maris" se ha dado también a todos los centros del Apostolado del Mar de la Iglesia Católica que están ubicados en los puertos. En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra, nacido en 1716 y fallecido en 1797, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo por el de la Virgen del Carmen.

En Cataluña, antiguamente, las chicas rogaban con una pequeña oración a Nuestra Señora del Carmen para que les encontrara esposo rápidamente, daba igual su estatus económico, rico o pobre: "Mare de Déu del Carme, doneu-me un bon marit, sia pobre, sia ric, mentre vingui de seguit". También le tenían como patrona los ya desaparecidos serenos (policía nocturna) de Barcelona.

Patrona, Generala y Madre del Ejercito Argentino

Francisco Solano, en la ciudad de Mendoza, en un camarín construido en 1911. Sobre la pared central del mismo se levanta un sobrio altar con nicho central giratorio, para que la imagen pueda ser orientada desde el altar hacia santuario. Viste habitualmente túnica blanca, hábito carmelita y manto de raso blanco. Sólo para las festividades del 8 de setiembre, luce su manto de gala. Una aureola de doce estrellas rodea su cabeza bajo una corona confeccionada en oro, platino y piedras preciosas. A sus pies, el escudo nacional argentino. Cruza su pecho y ciñe su cintura la banda que la reconoce con el grado de Generala del Ejército Argentino. En la orla de su manto se encuentran estampados los escudos de las provincias argentinas y los de las tres naciones redimidas Argentina, Chile y Perú. En su brazo derecho sostiene el bastón de mando que San Martín le entregara en señal de gratitud por ser la Patrona y Generala del Ejército de los Andes, y distintivo "del mando supremo que tiene sobre dicho ejército". Sobre el brazo izquierdo se apoya el Niño Jesús, quien sostiene el escapulario, coronado con una exquisita filigrana de orfebrería. La reina de Cuyo tiene a sus pies una media luna de plata con los escudos, en oro macizo, de las tres provincias cuyanas: Mendoza, San Juan y San Luis. Se sitúan a ambos lados de la imagen las banderas nacionales de Argentina, Chile y Perú.

Proclamación

El 5 de enero de 1817 el Gran Capitán, dispone que la Virgen sea sacada del templo de San Francisco para que ante ella desfile el ejército y presente sus armas. Durante la ceremonia religiosa se bendijo la bandera de los Andes y el bastón de mando, concluyendo la misma con un solemne Te Deum. Ese día fue proclamada Nuestra Señora del Carmen de Cuyo "Patrona y Generala del Ejército de los Andes". San Martín elige la advocación de la Virgen del Carmen por su tradicional devoción popular. Culminada la campaña libertadora, San Martín hizo pública manifestación de su fe y confesó la protección de la Virgen del Carmen que él y sus valientes soldados habían experimentado en la campaña libertadora. Envió a la Virgen su bastón de mando, junto a las banderas consagradas en los combates de Chacabuco y Maipú y su carta autógrafa, clara y precisa, como corresponde a un soldado, pero elocuente, porque la dictó su corazón cristiano.

Del Ejército Argentino
El 22 de setiembre de 1943, la Virgen quedó reconocida como "Generala del Ejército Argentino". El 29 de agosto de 1980 el Ministerio de Cultura y Educación de la provincia cuyana, la declara "Patrona de la Educación de Mendoza", para que sirva de ideal y modelo a los niños y jóvenes. En todos los edificios educativos se encuentra una imagen suya.

Santuario
El 20 de marzo de 1861 un terremoto destruyó a la ciudad de Mendoza, el antiguo templo y convento de San Francisco. Sólo el bastón de mando, la bandera de los Andes, y el nicho con la imagen de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo resistieron al sismo. En 1875, fue bendecida la piedra fundamental del la actual Basílica de San Francisco Solano, concluyéndose la construcción de la misma en 1893. Es la iglesia más antigua y, por sus bellas proporciones, la más hermosa de la llamada "ciudad nueva" que se levantó luego de 1861. A partir del 8 de setiembre de 1911, día de la Coronación Pontifica de la Virgen, el templo pasó a ser santuario y en 1927 S.S. Pío XI le dio categoría de basílica. En la nave sur se guardan los restos de Mercedes Tomasa de San Martín de Balcarce, de su esposo Mariano Balcarce y María Mercedes Balcarce, nieta del Libertador.

Coronación
La solicitud de la coronación de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo, fue efectuada por el padre Leonardo Maldonado, guardián del convento franciscano de Mendoza en 1910. El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano Espinosa, en representación del papa Pío X, coronó solemnemente el 8 de setiembre de 1911, la imagen de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo, Patrona y Generala del Ejército de los Andes. Desde la Coronación Pontificia, se establece el día 8 de setiembre, día del Nacimiento de la Santísima Virgen María, como su fiesta patronal.


Carta autógrafa José de San Martín

Después de las victorias de Chacabuco y Maipú, el libertador dirigió al Superior del convento de San Francisco de Mendoza, la siguiente carta, cuyo original se exhibe, junto al bastón de mando, en la misma Basílica. "La decidida protección y ayuda que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala, Nuestra Madre y Señora del Carmen, son demasiado visibles. Un cristiano reconocimiento me estimula a presentar a dicha Señora, que se venera en el Convento que rige Vuestra Paternidad, el adjunto bastón como propiedad suya y como distintivo del mando supremo que Ella tiene sobre dicho Ejército".
Dios guarde a V. P. Muchos años.
Mendoza y Agosto 12 de 1818.
José de San Martín

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