sábado, 20 de junio de 2009

Repugnante burla se hace del sacramento de la Eucaristía en España


Los organizadores del programa, asumiendo una falsa identidad, llamaron al obispado de Tenerife fingiendo ser una empresa de fabricación de formas u obleas especiales para la celebración de la Eucaristía. Todo ello se hizo a raíz de la absurda polémica de los niños celiacos y la comunión.

Aprovechándose de la ingenuidad de la pobre telefonista del obispado, le hicieron creer que en otros países es muy normal no sólo utilizar formas sin gluten, sino también con sabor a fresa, con ansiolíticos, con polvos pica-pica o, incluso, con relleno de chocolate. La telefonista, muy crédula y con nula formación pero con cierto sentido eclesial, pensando que la estaban hablando de buena fe, se quedó atónita y sólo preguntó: “Pero… ¿eso es litúrgico?, ¿el Papa permite eso?”. Como la falsa representante de empresa le aseguró que sí, la telefonista lo aceptó y pidió que les mandasen el catálogo.

Hay tres cosas que me gustaría señalar principalmente. En primer lugar, creo que es increíble que en este país se tolere la burla infame de las creencias religiosas de una gran parte de los españoles (la burla, no la crítica, que es aceptable y sana). Si el programa hubiera hecho lo mismo con musulmanes, judíos, mujeres maltratadas, negros o niños con síndrome de Down, con toda la razón del mundo, se producirían protestas en el Parlamento y manifestaciones por las calles para que cerrasen el programa. En cambio, estamos tan acostumbrados a que el catolicismo y la Iglesia sean objeto de burla, que ni siquiera es noticia cuando sucede.

En segundo lugar, me parece que es evidente que los católicos necesitan más formación. Esto es especialmente importante para los que tienen alguna misión particular en la Iglesia, pero es necesario que todos los cristianos sepan dar razón de su esperanza, como recomienda San Pedro. El caso de la telefonista es evidente. Gracias a Dios, se fía de la Iglesia, pero no conoce las cosas más básicas sobre los sacramentos, como que la Eucaristía sólo se puede realizar con pan de trigo (por eso, por poca cantidad que sea, tiene que tener gluten, que es la proteína del trigo). Los católicos de hoy no pueden seguir satisfechos con lo poco que recuerden de cuando hicieron la primera comunión, hace falta más formación.

Finalmente, me ha llamado la atención el público del programa. Supongo que la gran mayoría de ellos eran bautizados y católicos y nadie fue capaz de levantarse y decir allí mismo que lo que estaban haciendo era algo intolerable. Por desgracia, no creo que fuera un ejemplo de poner la otra mejilla, sino más bien un signo de que a los católicos españoles nos avergüenza nuestra fe y no somos capaces de defenderla en público, ya sea en un programa de televisión, en el trabajo o ante nuestros vecinos. Si esto no cambia, las burlas a la Iglesia se acabarán, pero por el simple hecho de que los católicos terminaremos por ser una minoría insignificante en España.

Tomado de: http://infocatolica.com/

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