miércoles, 31 de octubre de 2012

Evangelio del día 31 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 13,22-30. Miércoles de la trigésima semana del tiempo ordinario

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'. Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'. Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".


Comentario:


“Cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios.” - San Agustín



Si Cristo dice que él es el camino de la salvación, la gracia y la verdad, si él es el camino único de retorno al Padre para los creen en él (Jn 16,6), hay algunos que se preguntan por la suerte de todos aquellos que han vivido antes de su venida...Respondemos que Cristo es la palabra de Dios por la que se hizo todo. Es el Hijo porque es la Palabra, no una palabra que se extingue al ser pronunciada, sino la Palabra inmutable y eterna que está junto al Padre inmutable, que rige el universo espiritual y corporal según la conveniencia de los tiempos y los lugares. Este Verbo es la sabiduría y la ciencia en persona. Le corresponde regir todo, gobernar todo según el tiempo y de la manera que le parece conveniente... Es siempre él mismo...siempre ha sido el mismo y lo es también hoy...

        Por esto, desde la creación del género humano, todos aquellos que han creído en él, de la manera que fuera, todos aquellos que han vivido en la piedad y la justicia según sus preceptos, todos estos, sin duda alguna, han sido salvados por él en cualquier tiempo y lugar en que hayan existido...Así, al igual que nosotros que creemos en el que permanece junto al Padre y que ha venido a nosotros, asumiendo nuestra carne, los antiguos profetas creían en él que permanecía junto al Padre y tenía que venir al mundo. El transcurso del tiempo hace que ahora proclamemos como hecho consumado lo que entonces era el anuncio de un acontecimiento futuro, pero la fe no ha variado y la salvación es la misma.

(Referencias bíblicas : Jn 14,6; 1,1-2; 1Co 1,24; He 1,3; 13,8)


San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia. Carta 102, a Deogratias

San Quintín, mártir - 31 de octubre


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martes, 30 de octubre de 2012

San Alonso Rodríguez - 30 de octubre


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lunes, 29 de octubre de 2012

"¿En qué disposición nos quiere encontrar el Espíritu?" - San Bernardo

"¿En qué disposición nos quiere encontrar el Espíritu? "Seamos semejantes a aquellos empleados que esperaban a su señor al regreso de las bodas". Jamás quedan las manos vacías de la mesa del cielo y de todas las alegrías que prodiga. Debemos pues velar, y velar a todas horas, porque nunca sabemos a qué hora el Espíritu va a venir, ni a qué hora se irá de nuevo".

 San Bernardo

Evangelio del día 29 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 13,10-17.  Lunes de la trigésima semana del tiempo ordinario


Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.
Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad", y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado".
El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?".
Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.



Comentario:


“Y a ésta, que es una hija de Abrahán, ¿no se la podía soltar de su atadura en sábado?” (cf Lc 13,16)-  Atribuido a Eusebio de Alejandría



        La semana consta de siete días. Dios nos ha dado seis para trabajar, uno para orar, descansar y liberarnos de nuestros pecados. Si hemos cometido faltas durante los seis días, podemos repararlas el domingo reconciliándonos con Dios.

        Dirígete, pues, de buena mañana a la iglesia de Dios, acércate al Señor para confesarle tus pecados, ofrécele tu oración y el arrepentimiento de un corazón contrito. Estate atento durante la santa liturgia, acaba tu oración y no salgas antes de la despedida de la asamblea. Contempla a tu Señor mientras se parte el pan consagrado y se distribuye sin que se destruya. Y si tu conciencia es pura, acércate y comulga del cuerpo y de la sangre del Señor. Si, al contrario, la conciencia te acusa por tus malas acciones, no vayas hasta que no te purifiques de tus culpas por el arrepentimiento.

        Este día, el domingo, se nos ofrece como ocasión para  la oración y el descanso. “Este es el día que hizo el Señor, hagamos fiesta y alegrémonos en él.” (Sal 117,24) Demos gloria a aquel que resucitó en este día, y al Padre en el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.


Atribuido a Eusebio de Alejandría (hacia 500. Sermón del domingo 16,1-2; PG 86, 416-421

Beato Miguel Rúa - 29 de Octubre


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domingo, 28 de octubre de 2012

Evangelio del día 28 de octubre de 2012

Evangelio según San Marcos 10,46-52. Trigésimo Domingo del tiempo ordinario


Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino.
Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama".
Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.
Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Comentario:



«Maestro, que pueda ver» - Santa Gertrudis de Helfta




 En ti, Oh Dios vivo, mi corazón y mi carne se estremece, y mi alma se regocija en ti, mi verdadera salvación. ¿Cuándo te verán mis ojos, Dios de los dioses, Dios mío? ¿Dios de mi corazón, cuándo me regocijarás con la visión de la dulzura de tu rostro? ¿Cuándo colmarás el deseo de mi alma con la manifestación de tu gloria?

        ¡Dios mío, tu eres mi herencia escogida de entre todos, mi fuerza y mi gloria! ¿Cuándo entraré en tu omnipotencia para ver tu fuerza y tu gloria? ¿Cuándo en lugar del espíritu de tristeza me revestirás con el manto de la alabanza, para que unida a los ángeles, todos mi ser te ofrezca un sacrificio de aclamación?

        ¿Dios de mi vida, cuándo entraré en el tabernáculo de tu gloria, para poder cantarte en presencia de todos los santos, y proclamar con el alma y el corazón que tus misericordias para conmigo han sido magníficas? ¿Cuándo se romperá la red de esta muerte, para que mi alma pueda verte sin intermediario?... ¿Quién resistirá a la vista de tu claridad? ¿Cómo podrá verte el ojo y oírte la oreja, contemplando la gloria de tu rostro?

(Referencias bíblicas: Sal. 83,3; Sal. 70,16; Lc 1,47; Is 61,10; Sal. 26,6; Gn 19,19) 


Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina. Ejercicios, n°6; SC 12

San Simón y San Judas Tadeo, Apóstoles - 28 de octubre


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sábado, 27 de octubre de 2012

San Frumencio, Obispo y Confesor - 27 de octubre


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viernes, 26 de octubre de 2012

San Evaristo,Papa y mártir - 26 de octubre


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jueves, 25 de octubre de 2012

Los Santos Macabeos - 25 de Octubre


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San Carlos de Sezze - 25 de Septiembre


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miércoles, 24 de octubre de 2012

Evangelio del día 24 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 12,39-48. Miércoles de la vigésima novena semana del tiempo ordinario

Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.


Comentario:



“Vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón” (1Tes 5,4)- Beato Guerrico de Igny


 "Israel, prepárate al encuentro del Señor, que viene"(cf Am 4,12). Y vosotros también, hermanos míos, "estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que menos penséis".Nada más seguro que su llegada, pero también nada más incierto que el momento de esta llegada. En efecto, nos incumbe tan poco conocer los tiempos o los momentos que el Padre, en su omnipotencia, ha fijado, que hasta los mismos ángeles que lo rodean, desconocen el día y la hora (Hch. 1,7; Mt 24,36). Es cierto que nuestro último día llegará; pero cuándo, dónde y cómo, nos es muy incierto; solo sabemos lo que les dijo a nuestros antepasados, que "ante los ancianos está en el umbral, mientras que ante los jóvenes se mantiene al acecho" (Bernardo)...

        No haría falta que este día nos cogiera de improviso, sin preparar, como un ladrón durante la noche... Que el temor, estando alerta, nos mantenga siempre preparados, hasta que la seguridad suceda al temor, y no el temor a la seguridad."Estaré vigilante, dice el Sabio, con el fin de guardarme de toda culpa"(Sal. 17,24), no pudiendo evitar la muerte. Sabe, en efecto, que "el justo, aunque muera prematuramente, encontrará el descanso" (Sb 4,7); mucho más, triunfarán de la muerte, aquellos que no fueron esclavos del pecado durante su vida. Qué bello es, hermanos míos, qué felicidad, no sólo estar fuera de peligro ante la muerte, sino además triunfar con gloria, fuerte testimonio de su conciencia.


   
Beato Guerrico de Igny (v. 1080-1157), abad cisterciense. Sermón 3º para Adviento, 1; SC 166 

San Antonio María Claret, fundador- 24 de octubre


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martes, 23 de octubre de 2012

La Iglesia Católica tiene siete nuevos santos

El Papa elevó a los altares, además, a Jacques Berthieu (1838-1896), sacerdote de la Compañía de Jesús y mártir; a Pedro Calungsod (1654-1672), laico catequista y mártir; a Giovanni Battista Piamarta, (1841-1913), sacerdote, fundador de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret y de las Humildes Siervas del Señor; a Marianne Cope, (1838-1918), religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de Syracus; y a una laica Anna Schäffer, (1882-1925).
Benedicto XVI canonizó este domingo, 21 de octubre, en la Plaza de San Pedro del Vaticano a siete nuevos santos, entre ellos la primera india “piel roja” de la historia en ser elevada a los altares, Kateri Tekakwitha; y una religiosa española, María Carmen Sallés y Barangueras.

El Papa elevó a los altares, además, a Jacques Berthieu (1838-1896), sacerdote de la Compañía de Jesús y mártir; a Pedro Calungsod (1654-1672), laico catequista y mártir; a Giovanni Battista Piamarta, (1841-1913), sacerdote, fundador de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret y humildes siervos del Señor; a Marianne Cope, (1838-1918), religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de Syracus; y a una laica Anna Schäffer, (1882-1925).

Después de la celebración de la Eucaristía, el Papa indicó que las canonizaciones de ese día eran “una elocuente confirmación de la misteriosa realidad salvadora de Jesucristo, y la tenaz profesión de fe de estos siete generosos discípulos de Cristo, su configuración al Hijo del hombre, resplandece hoy en toda la Iglesia”.

Primera santa “piel roja”

Kateri Tekakwitha nació en el actual estado de Nueva York, en 1656, hija de padre mohawk y de madre algonquina cristiana, quien le trasmitió la experiencia del Dios vivo. Fue bautizada a la edad de 20 años y, para escapar de la persecución, se refugió en la misión de san Francisco Javier, cerca de Montreal. Allí trabajó hasta que murió a los 24 años de edad, fiel a las tradiciones de su pueblo, pero renunciando a las convicciones religiosas paganas. Llevando una vida sencilla, Kateri permaneció fiel a su amor a Jesús, a su oración y a su Misa diaria. Su deseo más alto era conocer y hacer lo que agradaba a Dios.

El Papa señaló que el ejemplo de esta santa “impresiona por la acción de la gracia en su vida, carente de apoyos externos, y por la firmeza de una vocación tan particular para su cultura. En ella, fe y cultura se enriquecen recíprocamente”.

“Que su ejemplo nos ayude a vivir allá donde nos encontremos, sin renegar de lo que somos, amando a Jesús. Santa Kateri, protectora del Canadá y primera santa amerindia, te confiamos la renovación de la fe en los pueblos originarios y en toda América del Norte. Que Dios bendiga a los pueblos originarios”, dijo el Santo Padre.

Española, misionera y educadora

Santa María del Carmelo Sallés y Barangueras, la nueva santa española, religiosa nacida en Vic, España, en 1848. Ella, viendo colmada su esperanza, después de muchos avatares, al contemplar el progreso de la Congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, que había fundado en 1892, pudo cantar junto a la Madre de Dios: “Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

Su obra educativa, confiada a la Virgen Inmaculada, sigue dando abundantes frutos entre la juventud a través de la entrega generosa de sus hijas, que como ella se encomiendan al Dios que todo lo puede.

“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti’. Con estas palabras, la liturgia nos invita a hacer nuestro este himno al Dios creador y providente, aceptando su plan en nuestras vidas”, dijo el Papa de esta nueva santa.

Apóstol de la caridad y de la juventud italiana

Italia saludó a su nuevo santo, Giovanni Battista Piamarta, sacerdote de la diócesis de Brescia, y gran apóstol de la caridad y de la juventud. Animado por una confianza inquebrantable en la Divina Providencia y por un profundo espíritu de sacrificio, afrontó dificultades y fatigas para poner en práctica varias obras apostólicas, entre las cuales: el Instituto de los Artesanillos, la Editorial Queriniana, la Congregación masculina de la Sagrada Familia de Nazaret y la Congregación de las Humildes Siervas del Señor.

El sufrimiento al servicio de las misiones de una joven alemana

La joven Anna Schäffer, de Mindelstetten (Alemania), la nueva santa alemana quería entrar en una congregación misionera. Nacida en una familia humilde, trabajó como criada buscando ganar la dote necesaria y poder entrar así en el convento. En este trabajo, tuvo un grave accidente, sufriendo quemaduras incurables en los pies que la postraron en un lecho para el resto de sus días. Así, la habitación de la enferma se transformó en una celda conventual, y el sufrimiento en servicio misionero.

“Que su apostolado de oración y de sufrimiento, de ofrenda y de expiación sea para los creyentes de su tierra un ejemplo luminoso. Que su intercesión intensifique la pastoral de los enfermos en cuidados paliativos, en su benéfico trabajo”, expresó Benedicto XVI.

De Francia a Madagascar, donde murió mártir

Jacques Berthieu, nacido en 1838 en Francia, fue desde muy temprano un enamorado de Jesucristo. Durante su ministerio parroquial, deseó ardientemente salvar a las almas. Al profesar como jesuita, quería recorrer el mundo para la gloria de Dios. Pastor infatigable en la isla de Santa María y después en Madagascar, luchó contra la injusticia, aliviando a los pobres y los enfermos. Los malgaches lo consideraban como un sacerdote venido del cielo, y decían: tú eres nuestro padre y madre. Él se hizo todo para todos, sacando de la oración y el amor al Corazón de Jesús la fuerza humana y sacerdotal para llegar hasta el martirio, en 1896. Murió diciendo: “Prefiero morir antes que renunciar a mi fe”.

Nuevo santo filipino, mártir en las islas Marianas

San Pedro Calungsod, nuevo santo para Filipinas, nació alrededor del año 1654, en la región de Bisayas en Filipinas. Su amor a Cristo lo impulsó a prepararse como catequista con los misioneros jesuitas. En el año 1668, junto con otros jóvenes catequistas, acompañó al P. Diego Luis de San Vítores a las Islas Marianas, para evangelizar al pueblo Chamorro. La vida allí era dura y los misioneros sufrieron la persecución a causa de la envidia y las calumnias.

Pedro, sin embargo, mostró una gran fe y caridad y continuó catequizando a sus numerosos convertidos. Por encima de todo estaba su deseo de salvar almas para Cristo, y esto lo llevó a aceptar con resolución el martirio. Murió el 2 de abril de 1672. Algunos testigos cuentan que Pedro pudo haber escapado para ponerse a salvo, pero eligió permanecer al lado del P. Diego. El sacerdote le dio a Pedro la absolución antes de que él mismo fuera asesinado.

Se santificó cuidando leprosos

Santa Mariana Cope, Alemania y Estados Unidos comparten a esta santa que nació en 1838 en Heppenheim, (Alemania), fue llevada a los Estados Unidos con apenas un año de edad, y en 1862 entró en la Tercera Orden Regular de san Francisco, en Siracusa, Nueva York. Más tarde, y como superiora general de su congregación, la Madre Mariana recibió gustosamente la llamada a cuidar a los leprosos de Hawai, después de que muchos se hubieran negado a ello.

Con seis de sus hermanas de congregación, fue personalmente a dirigir el hospital en Oahu, fundando más tarde el hospital de Malulani en Maui y abriendo una casa para niñas de padres leprosos. Cinco años después aceptó la invitación a abrir una casa para mujeres y niñas en la isla de Molokai. Allí cuidó al Padre Damián, entonces ya famoso por su heroico trabajo entre los leprosos, atendiéndolo mientras moría y continuando su trabajo entre los leprosos.

“Que el testimonio de los nuevos santos, de su vida generosamente ofrecida por amor de Cristo, hable hoy a toda la Iglesia, y su intercesión la fortalezca y la sostenga en su misión de anunciar el Evangelio al mundo entero”, concluyó Benedicto XVI la ceremonia de canonización.

(Fuente: http://palabradeobera.com.ar)

"Antes de su abajamiento" - San Juan Crisóstomo

"Lo sabemos: antes de la encarnación de Cristo y su abajamiento, todo estaba perdido, todo estaba corrompido; pero, después de que él se humillara, nos lo ha revelado todo. Ha abolido la maldición, ha destruido la muerte, ha abierto el paraíso, ha dado muerte al pecado, ha roto los cerrojos de las puertas del cielo para introducir las primicias de nuestra humanidad. El ha propagado la fe por todo el mundo. Ha expulsado el error y ha establecido la verdad. Ha hecho tomar posesión del trono a las primicias de nuestra naturaleza. Cristo es el autor de beneficios innumerables que mi palabra ni ninguna palabra humana es capaz de expresar. Antes de su abajamiento, sólo los ángeles lo contemplaron, pero después que él se humillara la raza humana entera lo ha reconocido".

 San Juan Crisóstomo

Evangelio del día 23 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 12,35-38. Martes de la vigésima novena semana del tiempo ordinario

Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!


Comentario:



Velar en el Espíritu Santo - San Bernardo



En otro tiempo, cuando el profeta Eliseo supo que su maestro Elías iba a morir, le pidió la gracia de obtener dos partes de su espíritu; pero esto solo era posible si alcanzaba a ver el momento en que Elías era arrebatado (2R 2,9-10)... Esta historia ha sido escrita también para nosotros. Debemos estar vigilantes y atentos a la obra de la salvación que se cumple en nosotros, porque el Espíritu Santo realiza continuamente su obra en lo más hondo de nosotros, con una sutileza admirable y sublime delicadeza.
Si no queremos perder esta doble parte de espíritu que solicitaba Eliseo, que esta unción, que nos lo enseña todo, jamás nos sea quitada sin que seamos conscientes de ello, y que jamás su llegada nos coja de improviso. Se trata tener la mirada siempre al acecho y un gran corazón abierto para recibir esta generosa bendición del Señor.

        ¿En qué disposición nos quiere encontrar el Espíritu? "Seamos semejantes a aquellos empleados que esperaban a su señor al regreso de las bodas". Jamás quedan las manos vacías de la mesa del cielo y de todas las alegrías que prodiga. Debemos pues velar, y velar a todas horas, porque nunca sabemos a qué hora el Espíritu va a venir, ni a qué hora se irá de nuevo. El Espíritu va y viene(Jn 3,8); si gracias a él permanecemos en pie, cuando se retira, inevitablemente caemos, pero sin estrellarnos, porque el Señor nos sostiene de la mano. Y el Espíritu no deja de hacer vivir esta alternancia de presencia y de ausencia a los que son espirituales, o más bien a aquellos a los que tiene la intención de hacer espirituales. Por eso que los visita al amanecer y después de repente los pone a prueba.      


San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia. Sermón sobre el cántico nº 17, 2

San Juan de Capistrano - 23 de Octubre


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lunes, 22 de octubre de 2012

San Hilarión - 22 de octubre


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domingo, 21 de octubre de 2012

Santa Úrsula, Mártir - 21 de Octubre


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San Gerardo Mayela - 21 de octubre


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sábado, 20 de octubre de 2012

Santa Magdalena de Nagasaki - 20 de octubre


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viernes, 19 de octubre de 2012

Beato Jerzy Popieluszko, Sacerdote y Mártir - 19 de octubre


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San Pablo de la Cruz, Fundador - 19 de octubre


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jueves, 18 de octubre de 2012

San Lucas, Evangelista - 18 de octubre


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miércoles, 17 de octubre de 2012

Evangelio del día 17 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 11,42-46. Miércoles de la vigésima octava semana del tiempo ordinario


Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!".
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros".
El le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!


Comentario:



“Malditos vosotros, fariseos, porque amáis los primeros puestos y ser saludados en la plaza pública” - San Pío de Pietrelcina



La verdadera humildad de corazón es más sentida y vivida interiormente que al exterior. Cierto, es preciso mostrarse siempre humilde en presencia de Dios, pero con esta falsa humildad que no conduce más que al desaliento, agotamiento y a la desesperación. Debemos tener una mala reputación de nosotros mismos, no hacer pasar nuestro propio interés antes que el los demás y juzgarnos como inferiores a nuestro prójimo.

        Si es cierto que nos hace falta mucha paciencia para soportar las miserias de los demás, nos precisa aún mucha más para aprender a soportarnos a nosotros mismos. Ante tus cotidianas infidelidades, haz continuamente actos de humildad. Cuando el Señor te verá así arrepentido, extenderá su mano hacia ti y te atraerá hacia él.

        Nadie merece nada en este mundo; es sólo el Señor quien nos lo concede todo, por pura benevolencia y porque, en su infinita bondad, nos todo.


San Pío de Pietrelcina (1887-1968) capuchino. AP; CE 47

San Ignacio de Antioquía - 17 de octubre


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martes, 16 de octubre de 2012

"Se honra y satisface más a Dios" - Santa Juliana de Norwich

"...se honra y satisface más a Dios cuando le rezamos por su bondad... que cuando empleamos todos esos intermediarios en los que puede pensar el corazón. Pues recurriendo a tales mediadores hacemos muy poco y no glorificamos plenamente a Dios. Su bondad es plena y completa, de nada necesita..."

 Santa Juliana de Norwich

Evangelio del día 16 de noviembre de 2012

Evangelio según San Lucas 11,37-41.Martes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario


Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.  Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.


Comentario:



Purificáis lo exterior, pero Dios está en el interior - San Rafael Arnaiz Barón




  Si el mundo que busca a Dios..., supiera. Si supieran esos sabios que buscan a Dios en la ciencia, y en las eternas discusiones... Si supieran los hombres dónde se encuentra Dios..., cuántas guerras se impedirían..., cuánta paz habría en el mundo, cuántas almas se salvarían.

        Insensatos y necios, que buscáis a Dios donde no está.

        Escuchad, y... asombraos. Dios está en el corazón del hombre... yo lo sé. Pero mirad, Dios vive en el corazón del hombre, cuando este corazón vive desprendido de todo lo que no es El. Cuando este corazón se da cuenta de que Dios llama a sus puertas (Ap 3,20), y barriendo y limpiando todos sus aposentos, se dispone a recibir al Único que llena de veras.

        Qué dulce es vivir así, sólo con Dios dentro del corazón. Qué suavidad tan grande es verse lleno de Dios. Qué fácil debe ser morir así.

        Qué poco cuesta..., mejor dicho, nada cuesta, hacer lo que Él quiere, pues se ama su voluntad, y aun el dolor y el sufrimiento, es paz, pues se sufre por amor.
Sólo Dios llena el alma..., y la llena toda...

        Que vengan los sabios preguntando dónde está Dios. Dios está donde el sabio con la ciencia soberbia no puede llegar...


San Rafael Arnaiz Barón (1911-1938), monje trapense español. Escritos espirituales, 04/03/1938

Santa Margarita María Alacoque - 16 de octubre


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lunes, 15 de octubre de 2012

domingo, 14 de octubre de 2012

"Hay que agarrarse con fuerza a la fe" - Beato Pier Giorgio Frassati

"Hay que agarrarse con fuerza a la fe; ¿qué sería sin ella toda nuestra vida? ¡Nada! Pasaría inútilmente. La fe que me dio el Bautismo me dice con voz segura: sólo no harás nada, pero si tienes a Dios por centro de todos tus actos, llegarás hasta el final” 

Beato Pier Giorgio Frassati

Evangelio del día 14 de octubre de 2012

Evangelio según San Marcos 10,17-30. Vigésimo octavo Domingo del tiempo ordinario


Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".
El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".
Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!".
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".
Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.




Comentario:



«Jesús, poniendo sobre él su mirada, le amó» - Beato John Henry Newman




Dios te mira, seas quien seas. Y «te llama por tu nombre» (Jn 10,3). Te ve y te comprende, él que te ha hecho. Todo lo que hay en ti, lo sabe: todos tus sentimientos, tus pensamientos, tus inclinaciones, tus gustos, tu fuerza y tu debilidad... No es solamente porque formas parte de su creación, él que se preocupa incluso de los gorriones (Mt 10,29), sino porqué tú eres un hombre rescatado y santificado, su hijo adoptivo, gozando en parte de esta gloria y de esta bendición que eternamente él derrama sobre el Hijo único.

        Tú has sido escogido para ser su propiedad... Tú eres uno de aquellos por quienes Cristo ha ofrecido al Padre su última plegaria y la ha sellado con su sangre preciosa. ¡Qué pensamiento tan sublime, un pensamiento casi demasiado grande para nuestra fe ! Cuando nos detenemos a reflexionarlo, ¿cómo no reaccionar como Sara que se ha reído de una tan gran maravilla y, al mismo tiempo, de confusión? (Gn 18,12). «¿Qué es el hombre», quienes somos nosostros, quien soy yo, para que el hijo de Dios «se acuerde tanto de nosotros?» (Sl 8,5) ¿Quién soy yo... para que me haya renovado totalmente..., y para que haga de mi corazón su morada?


Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra. Sermón  - PPS III, n° 9

San Calixto I, Papa y martir - 14 de octubre


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domingo, 7 de octubre de 2012

La Virgen de Luján volvió a convocar a una multitud en la "38va. Peregrinación Juvenil a Pie a Luján" con el lema "Madre, enséñanos a trabajar por la justicia"

 Una multitud de creyentes participó esta mañana, bajo la lluvia, de la misa central de la "38va. Peregrinación Juvenil a Pie a Luján", que con el lema "Madre, enséñanos a trabajar por la justicia"

"Hace once años que venimos a Lujan con mi señora, y aunque el tiempo no es bueno y por momentos llueve, pudimos llegar bien, conocer gente y estar junto a la Virgen una vez más", dijo Jorge, minutos antes del comienzo del oficio religioso.
Estela, por su parte, relató que "cuando veníamos, apenas doblamos y vimos la punta de la Basílica allá arriba, las lágrimas me empezaron a caer y ni hablar cuando ya estuvimos aquí en la misma avenida".

En tanto, Kevin, el más joven de uno de los grupos que aguardaba la misa central afirmó: "este es un momento muy fuerte, siento mucha emoción porque durante el camino nos tocó calor, lluvia, frío, algún dolor, y ahora todo está bien, es una emoción muy grande estar frente a la imagen de la Virgen".

Pasadas las siete y en momentos en que la lluvia se detuvo, aunque permanecía un cielo plomizo y una intensa humedad, el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, dio comienzo a la misa de la Peregrinación.

"Hoy a nuestra madre le venimos a hacer un pedido, que nos enseñe a trabajar por la justicia y ¿saben ustedes a quien se le ocurrió hacer este pedido?.... a ustedes mismos, sí, porque en las oraciones que escriben cuando visitan Luján va apareciendo esta oración que hoy es el lema Madre enséñanos a trabajar por la justicia", dijo Bergoglio.
"Es un lema que late en el corazón de los peregrinos de la Virgen y se ha hecho oración. Los peregrinos que somos los hijos de esta querida patria nuestra", agregó.

El arzobispo le pidió a la Virgen "que aprendamos todos a trabajar por la justicia y para ésto que siempre tengamos el corazón abierto", y remarcó "que a nadie le falte esta actitud del corazón, para tener que aprender cada día a ser mas justos en la vida".

"Que se nos enseñe donde habrá que poner una mirada más abierta y disponible, menos egoísta o interesada y que se nos enseñe a que no hagamos la nuestra, que no se diga de cada uno de nosotros `este hace la suya`, sino hacer una gran mirada que nos haga hermanos, que nos preocupemos siempre por los demás", concluyó.

Madre Iglesia - San Cipriano

"No puede tener a Dios como Padre quien no tiene a la Iglesia como su Madre."  

San Cipriano

Evangelio del día 7 de octubre de 2012

Evangelio según San Marcos 10,2-16. Vigésimo séptimo Domingo del tiempo ordinario


Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.


Comentario:



“El que no acoge el reino de Dios como un niño, no entrará en él” - Cardenal José Ratzinger [SS Benedicto XVI]


 Es asombroso comprobar la importancia que Jesús le atribuye a un niño, ante todos: “Yo os digo, si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios" (Mt 18,3). Ser niño, no es para Jesús una etapa puramente pasajera de la vida del hombre, derivada de su destino biológico, y destinada a desaparecer totalmente. En la infancia, lo que es propio del hombre se realiza de tal manera, que aquel que perdió lo esencial de la infancia, se ha perdido a sí mismo.

        A partir de esto, y desde el punto de vista humano, podemos imaginar cualquier recuerdo feliz que Cristo guardaba de los días de su infancia, puesto que la infancia había sido para él una experiencia preciosa, una forma particularmente pura de humanidad.

        Por tanto de ahí, podremos aprender a respetar al niño que, desarmado, reclama nuestro amor.Pero esto plantea la siguiente cuestión: ¿cuál es exactamente la nota característica de la infancia, que Jesús considera como irreemplazable?... Hay que recordar en primer lugar, que el atributo esencial de Jesús, el que expresa su dignidad, es el de "Hijos"... La orientación de su vida, el motivo originario y el objetivo que lo modelaron, se expresan en una sola palabra: "Abba, Padre muy amado" (Mc 14,36; Ga 4,6).

        Jesús sabía que no estaba sólo y, hasta su último grito en la cruz, obedeció al que llamaba Padre, entregándose totalmente a él. Esto nos permite explicar que hasta el final, se hubiera negado a llamarse rey, o señor, o a atribuirse algún otro título de poder, pero que sí hubiera recurrido a un término que podríamos traducir por "hijo".


Cardenal José Ratzinger [SS Benedicto XVI]. Retiro predicado en el Vaticano, 1983

Nuestra Señora del Rosario - 7 de Octubre


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San Sergio y San Baco, mártires - 7 de octubre


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sábado, 6 de octubre de 2012

Sor Pacualina Lehnert, la abnegada cuidadora de SS Pío XII

SS PÍO XII CONFIÓ PLENAMENTE EN SU SECRETARIA, QUE MUCHOS MIRARON CON RECELO POR EL GRAN ASCENDIENTE QUE TUVO SOBRE EL PONTÍFICE


RODOLFO VARGAS RUBIO

«Es conocido el dicho: “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”. Pío XII fue grande por muchos conceptos, aunque algunos ahora discuten su envergadura. Al menos no se le podrá negar haber sido el pontífice que mejor encarnó la idea de grandeza unida tradicionalmente al Papado. Pues bien, detrás de Eugenio Pacelli se escondía una mujer más bien diminuta, pero con un temple de acero y una voluntad a toda prueba: sor Pascualina Lehnert, monja de la congregación de las Hermanas de la Santa Cruz de Menzingen». Así comenzaba don Apeles Santolaria de Puey y Cruells un capítulo que en su enjundioso libro Historias de los Papas (1999) dedicó a la más influyente y menos visible mujer que ha habido cerca del trono de Pedro. Y las hubo de campanillas: desde las Teofilactas hasta la reina Cristina de Suecia, pasando por la condesa Matilde, Lucrecia Borgia y donna Olimpia Maidalchini.

La Madre Pascalina (o Pascualina) –como se la conocía popularmente– fue llamada de manera irónica y maliciosa la Virgo potens por aquellos que soportaban mal su ascendiente sobre Pío XII y su posición de privilegio en los Palacios Apostólicos. En un mundo tradicionalmente cerrado y dominado por hombres, las mujeres desempeñaban tareas muy subalternas y, desde luego, no en el entorno inmediato del Papa. Por eso, ya Pío XI había debido enfrentarse a los monseñores vaticanos cuando se trajo consigo desde Milán a su fiel gobernanta lombarda, Teodolinda Banfi, para que le llevara los apartamentos papales. Pero la monja a la que Eugenio Pacelli otorgó toda su confianza fue mucho más que un ama de llaves: fue también secretaria y confidente, fue la organizadora y gobernadora indiscutible del entorno del Papa, sólo que, imbuida de un sentido sobrenatural de las cosas, nunca abusó de esta circunstancia ventajosa. Y ello en medio de un mundillo donde el carrierismo es una tentación cotidiana.

La historia de esta extraordinaria mujer comienza en Ebersberg, un pueblo de la Baja Baviera (la misma región donde vería la luz Benedicto XVI), donde nació el 25 de agosto de 1894. Era la séptima de los doce hijos de un matrimonio de campesinos fervientemente católicos. Desde pequeña dio muestras de su gran sentido de responsabilidad y de orden, así como de su dedicación al trabajo. Ayudaba como ninguna en las tareas domésticas. Con quince años marchó de la casa paterna para seguir una temprana vocación religiosa, ingresando en la congregación de las Hermanas de la Santa Cruz de Menzingen, fundada en Suiza a mediados del siglo XIX y dedicada fundamentalmente a la enseñanza. Hecha la profesión religiosa con el nombre de sor Josefina, la joven monja fue destinada a la instrucción de niñas en colegios de la congregación. En uno de éstos se encontraba cuando en marzo de 1918 la mandó llamar la madre provincial de Alttöting (casa de la que dependía) para enviarla, junto a otra hermana, para ayudar en la organización material de la nunciatura de Munich por un período de dos meses. Sólo que, como escribió en sus memorias, la ayuda se prolongó indefinidamente.


Desde su primer encuentro surgió una mutua simpatía entre Pacelli y sor Pascalina. Ésta quedó impresionada por la elegancia natural y sin artificio del nuncio y adivinó la necesidad que tenía de un ambiente familiar e íntimo, en el que pudiera refugiarse una persona delicada como él. A su vez el prelado supo inmediatamente apreciar la laboriosidad, eficiencia y discreción de la monja y que podía contar con ella y otorgarle su confianza. Tanta depositó en ella que salió garante de su integridad cuando se suscitaron las primeras intrigas por parte de los otros empleados de la casa, que no llevaban bien el ritmo de trabajo impuesto por sor Pascalina, cuyo sentido de la disciplina y la energía con que la aplicaba la hacían parecer autoritaria. Aunque su fuerte carácter no contribuía a crearle simpatías, nadie pudo negar nunca su profunda fe y su lealtad a la Iglesia.

De los tiempos de Munich fue testigo de excepción de un dramático episodio del que fue protagonista Pacelli. Fue poco después del final de l Gran Guerra. La monarquía milenaria de los Wittelsbach había caído y había quedado instaurado un régimen socialdemócrata presidido por Kurt Eisner. Al ser asesinado éste en febrero de 1919, los comunistas se levantaron en armas y asaltaron el poder proclamando la efímera pero sangrienta República Soviética de Baviera. En medio de los desórdenes callejeros, volvió el nuncio a su residencia desde Suiza, donde había pasado un período de convalecencia. Cierto día los revolucionarios armados invadieron la nunciatura. Monseñor Pacelli salió y se enfrentó a los asaltantes, uno de los cuales llegó a apuntarle con su revólver en el pecho. Sólo el aplomo y la desarmante dignidad del prelado hicieron que aquéllos se retiraran sin causar más daño. A pesar de la campaña de desprestigio de la que fue objeto el nuncio por parte de las autoridades revolucionarias, no detuvo su acción benéfica a favor de los más necesitados, en la cual se había prodigado desde que puso pie en Alemania en 1917, fiel a la línea de Benedicto XV, que, no pudiendo detener l’inutile strage de la guerra, quería paliar sus efectos mediante el ejercicio de una intensiva y eficiente red de caridad.

En 1920 fue nombrado nuncio ante la República de Weimar, reteniendo la nunciatura de Munich. No marchó a Berlín hasta 1925, siendo precedido por sor Pascualina, a la que había enviado a la capital alemana para buscar una sede adecuada para la nueva representación pontificia y organizarla, lo cual hizo ella a satisfacción, escogiendo una bella residencia al lado del Tiergarten y dirigiendo los trabajos de restauración y adaptación. Gracias a la gran personalidad de Pacelli y a la sabia administración de su gobernanta, la nunciatura berlinesa se convirtió en el corazón de la vida católica en una ciudad de rigurosa tradición protestante. Sus salones fueron escenario de las más brillantes recepciones y su capilla el de bautizos, comuniones y hasta conversiones. El nuncio, decano del cuerpo diplomático y dotado de un extraordinario don de gentes, fue conocido y querido no sólo por los propios, sino también por los extraños. Por eso, cuando en 1929 fue llamado por Pío XI a Roma para recibir el rojo capelo, la despedida, en la estación ferroviaria de Berlín, fue apoteósica y muy emotiva.

Pascalina creyó llegada la hora de decir adiós a su querido monseñor tras once años de fieles servicios, pero Pacelli no supo, ni pudo ni quiso prescindir de ella y la llamó a Roma. Ella partió sólo después de haberse encargado personalmente de mandar expedir el nuevo mobiliario del neo-cardenal, que le fue regalado por los obispos germanos como recuerdo de su fructífera estancia en Alemania. En la Ciudad Eterna, la religiosa siguió siendo la fiel y discreta auxiliar de siempre. Fue testigo de la paciente elaboración de la encíclica Mit brenneder Sorge contra el nazismo, obra conjunta de los cardenales Pacelli y Faulhaber, que Pío XI firmó y mandó publicar desde los púlpitos de todas las parroquias de Alemania en 1934. Pascalina participó en los viajes del cardenal secretario de Estado para subvenir a sus necesidades de orden práctico, en lo que se desempañaba de maravilla. Lo hizo con tal prudencia y recato que nadie se percató de su presencia en los diferentes países que visitó junto a Pacelli. Se había hecho tan necesaria a éste que, incluso, por un privilegio sin precedentes, se la autorizó a asistir al cardenal durante el cónclave que siguió a la muerte de Pío XI y del que saldría aquél elegido, siendo la única mujer conclavista de la Historia.

Cuando Pío XII se instaló en los apartamentos papales en el tercer piso del Palacio Apostólico, sor Pascalina se encargó de recrear en ellos la atmósfera hogareña y sencilla que tanto necesitaba Pacelli y ella había sabido imponer en el pasado. El círculo íntimo de Pacelli era predominantemente alemán: monseñor Ludwig Kaas, a quien le unía una buena amistad desde los tiempos en que éste era presidente del Zentrum o partido católico alemán; el P. Robert Leiber, jesuita, su secretario; el P. Agustín Bea, su confesor, y, las hermanas Maria Corrada y Erwaldiss, dirigidas por sor Pascalina, encargadas de la tareas domésticas. A la familiaridad del Papa eran admitidos también el conde Enrico Galeazzi y su medio hermano el oftalmólogo Riccardo Galeazzi-Lisi –que fungía de arquíatra pontificio– y, por supuesto, los sobrinos del Papa. También los cardenales Faulhaber y Spellman, amigos personales de Pío XII. Sor Pascalina vigilaba atentamente para que el Santo Padre pudiera tener tranquilidad en sus pocas horas de intimidad, cosa que requería una gran firmeza y una buena dosis de coraje para enfrentarse a los curiales y a todo aquel que pretendía franquear ese pequeño mundo doméstico.

Y es que la solícita franciscana sabía mejor que nadie la vida de auténtico sacrificio que llevaba el Papa, que consideraba su deber no dejar de recibir a los fieles católicos del mundo entero que venían a verle (recuérdese que antaño los pontífices no viajaban). De las audiencias de rigor con sus colaboradores de los dicasterios de la Curia Romana y de las de protocolo para recibir a Jefes de Estado, gobernantes, diplomáticos y personalidades, pasaba a las audiencias generales, en las que no paraba de bendecir y extender la mano para que le la gente pudiera besarle el anillo o para acariciar con el sincero afecto del padre común a los atribulados y a los niños. Y aunque las audiencias le dejaban exhausto, no se permitía más solaz durante el día que su paseo cotidiano de una hora por los jardines vaticanos, para volver en seguida al trabajo, esta vez de despacho, escribiendo sus discursos y encíclicas, documentándolos cuidadosamente y repasándolos y corrigiéndolos una y otra vez, tanta era su meticulosidad. Sor Pascalina tenía siempre a mano manguitos para que no se ensuciara la blanca sotana con la tinta con la que escribía.

Durante los terribles años de la Segunda Guerra Mundial y de la ocupación la rutina en los apartamentos pontificios se vio alterada por nuevas responsabilidades. El Papa multiplicó las audiencias y abolió el protocolo para recibir a los heridos y mutilados. Además, creó una Oficina de Información para recabar y brindar toda clase de informaciones sobre prisioneros de guerra y desparecidos. Siguiendo el ejemplo de Benedicto XV durante la Gran Guerra, Pío XII ejerció una eficaz acción de beneficencia para paliar los horrores de la contienda. Sor Pascualina fue puesta al frente de los almacenes en los que se clasificaban toda clase de subsistencias que, a continuación, partían hacia los más diversos destinos llevando el auxilio y el consuelo material del Papa a las pobres víctimas. También fue testigo directo la gobernanta de cuanto se hizo por indicación suya a favor de los judíos perseguidos; cómo levantó la clausura de los monasterios y conventos femeninos para que pudieran recibir refugiados; cómo dispuso la apertura del palacio lateranense, de la villa papal de Castelgandolfo, de los edificios extraterritoriales y de las dependencias de la Santa Sede para acoger a los proscritos, sin distinción de raza ni de credo religioso o político; cómo vació las arcas papales para aliviar la penuria de los más desgraciados. Cuando Roma fue bombardeada, su hijo más ilustre, nacido en la Urbe, no dudó un momento en acudir a consolar a las víctimas. En esas correrías, sor Pascualina pidió a monseñor Montini que no dejara solo al Papa.

Pasada la tormenta, mientras los hombres de Estado y los políticos se dedicaban a reconstruir la Europa martirizada, Eugenio Pacelli erigía a la Iglesia Católica como un faro y un punto de referencia para el resurgimiento de aquélla. Fueron años en los que la institución gozó el máximo prestigio alcanzado en tiempos modernos. No faltaban ciertamente los puntos obscuros (que andando el tiempo se manifestarían con virulencia), pero la Cristiandad estaba en su apogeo, el cual tuvo una expresión inequívoca con ocasión del Año Santo de 1950. A partir de entonces y tras el inaudito esfuerzo realizado por un hombre de salud delicada, las fuerzas de Pío XII empezaron a declinar, aunque él no se diera tregua ni se hiciera a sí mismo concesión alguna. Sólo interrumpió su habitual ritmo obligado por algunas graves crisis que hicieron tmer por su vida, siendo la peor la experimentada durante el Año Santo Mariano de 1954, durante la que estuvo a las puertas de la muerte. Tanto en los momentos de triunfo como en los de postración física, Pascalina Lehnert fue su ángel tutelar, que contrarrestó con su dedicación las inepcias de algunos tratamientos que recibió el Santo Padre y no hicieron otra cosa que debilitarlo aún más. El cerco en torno a él se cerró aún más con evidente disgusto de los miembros de la Curia Romana. Pero a la monja no le dolían prendas a la hora de preservar el necesario aislamiento del Papa. Gracias a sus cuidados y a una increíble capacidad de resistencia puede decirse que logró sobrevivir unos años más.

Hasta que sucedió lo inevitable, la inexorable ley de vida, a la que no escapan ni siquiera los Papas: la muerte. Ésta le sobrevino hallándose en Castelgandolfo, después de una agonía penosa, durante la cual sor Pascalina le rodeó de una atención conmovedora, ayudada de sus hermanas de hábito. De su dedicación amorosa al augusto moribundo dan fe unas fotografías que de los últimos momentos tomó subrepticiamente el profesor Galeazzi-Lisi para venderlas a un semanario francés y que revelan en medio del dramatismo la gran dimensión humana de la religiosa que estuvo cuarenta años al servicio lleno de devoción y desinteresado de un gran papa. De no haber sido por esta traición a la confianza depositada en él que cometió el arquíatra pontificio, la figura de sor Pascualina habría quedado definitivamente en la sombra bajo la que quiso vivir mientras estuvo junto a Pío XII. En efecto, en esos cuarenta años ella vivió siempre hurtándose escrupulosamente a las miradas ajenas, hasta el punto que, si todo el mundo hablaba de la monja que servía al Papa, a la que se atribuía un poder grandísimo, nadie era capaz de describirla porque simplemente no la habían visto nunca.

Momentos durísimos debieron ser para sor Pascalina los que siguieron al fallecimiento de su bienamado pontífice. Se desataron entonces todos los rencores contenidos en vida de éste y no le fueron ahorrados desaires e incomprensiones. Sin embargo, no era ella mujer que se arredrara ante la adversidad, de modo que se quedó en Roma como procuradora de su congregación y supervisora del servicio en el nuevo colegio para los seminaristas norteamericanos en el Janículo. Con el tiempo y donativos de gente amiga (entre ellos el conde Enrico Galeazzi) logró construir una casa de reposo para señoras ancianas, a la que puso por nombre Pastor Angelicus en recuerdo del papa Pacelli. Según ella misma declaró, sus últimos años quería dedicarlos a honrar la memoria de Pío XII y a rezar por su beatificación, aunque confesaba su escepticismo al ver con disgusto cómo se desperdiciaba la gran herencia de su pontificado. Fiel a su vocación, a sus recuerdos y a sí misma, sor Pascalina Lehnert murió un día como hoy en Viena, a los 89 años de edad, en la brecha y en el combate por honrar la memoria del gran Eugenio Pacelli. Sus exequias fueron oficiadas por el que fuera obispo vicario de la Ciudad del Vaticano, el mismo que compuso la hermosa oración por la beatificación de Pío XII: monseñor Petrus Canisius van Lierde. A ellas asistió el cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI.

Tomado de: http://www.historiadelaiglesia.org

Paciencia - San Pío de Pietrelcina

" Si es cierto que nos hace falta mucha paciencia para soportar las miserias de los demás, nos precisa aún mucha más para aprender a soportarnos a nosotros mismos. Ante tus cotidianas infidelidades, haz continuamente actos de humildad. Cuando el Señor te verá así arrepentido, extenderá su mano hacia ti y te atraerá hacia él".

 San Pío de Pietrelcina

Evangelio del día 6 de octubre de 2012

Evangelio según San Lucas 10,17-24. Sábado de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario


Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".


Comentario:



“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra” - San Francisco de Asís 


Por lo que, en la caridad que es Dios (cf. Jn 4,16), ruego a todos mis hermanos, predicadores, orantes, trabajadores, tanto clérigos como laicos, que procuren humillarse en todo, no gloriarse ni gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente de las palabras y obras buenas, más aún, de ningún bien que Dios hace o dice y obra alguna vez en ellos y por ellos, según lo que dice el Señor: Pero no os alegréis de que los espíritus os estén sometidos (Lc 10,20).

        Y tengamos la firme convicción de que a nosotros no nos pertenecen sino los vicios y pecados...El espíritu del Señor, en cambio, quiere que la carne sea mortificada y despreciada, tenida por vil y abyecta. Y se afana por la humildad y la paciencia, y la pura, y simple, y verdadera paz del espíritu... Y restituyamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, y reconozcamos que todos son suyos, y démosle gracias por todos ellos, ya que todo bien de El procede. Y el mismo altísimo y sumo, solo Dios verdadero, posea, a El se le tributen y El reciba todos los honores y reverencias, todas las alabanzas y bendiciones, todas las acciones de gracias y la gloria, suyo es todo bien; sólo El es bueno (cf. Lc 8,19).

        Y, si vemos u oímos decir o hacer mal o blasfemar contra Dios, nosotros bendigamos, hagamos bien y alabemos a Dios (cf. Rom 11,21), que es bendito por los siglos (Rom 1,25).


San Francisco de Asís  (1182-1226), fundador de los Hermanos menores. Regla Primera, § 17

San Bruno, fundador - 6 de octubre


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viernes, 5 de octubre de 2012

Peregrinación a Ntro Señor del Milagro de Salta, Argenina de la FSSPX (Priorato Inmaculado Corazón de María)

En la fiesta anual de Nuestro Señor del Milagro de Salta




Oración antes de salir.




Bendición para la ruta.




Caminando.




El Hermano Ángel vino a acompañarnos.




Procesión del Milagro del día 15.




El estandarte del Priorato junto al Señor del Milagro.

“El amor puro es capaz de grandes empresas" - Santa Faustina Kowalska

“El amor puro es capaz de grandes empresas y no lo destruyen ni las dificultades ni las contrariedades, si el amor es fuerte a pesar de grandes dificultades, también es perseverante en la vida cotidiana, gris, monótona. Sabe que para agradar a Dios, una cosa es necesaria, es decir hacer las cosas más pequeñas con gran amor, amor y siempre amor.” 

Santa Faustina Kowalska
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