martes, 31 de mayo de 2011

Evangelio del día 31 de mayo de 2011


Evangelio según San Lucas 1,39-56. La Visitación de la Virgen María - Fiesta

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Cometario:

María se puso en camino - Beata Isabel de la Trinidad


Me parece que la actitud de la Virgen durante los meses transcurridos entre la Anunciación y el Nacimiento es el modelo de las almas interiores; de esos seres que Dios ha escogido para vivir dentro de sí, en el fondo del abismo sin fondo. ¡Con qué paz, con qué recogimiento María se sometía y se prestaba a todas las cosas! ¡Cómo, aún las más vulgares, eran divinizadas por Ella! Porque a través de todo la Virgen no dejaba de ser la adoradora del don de Dios. Esto no la impedía entregarse a las cosa de fuera cuando se trataba de ejercitar la caridad.
El Evangelio nos dice que María subió con toda diligencia a las montañas de Judea, para ir a casa de su prima Isabel (Lc. 1,39-40). Jamás la visión inefable que ella contemplaba en sí misma disminuyó su caridad exterior. Porque, como dice un autor piadoso (Ruysbroec), Si la contemplación «tiende hacia la alabanza y a la eternidad de su Señor, ella posee la unidad y nunca la perderá. Si llega un mandato del cielo, ella se vuelve hacia los hombres, se compadece de todas sus necesidades, se inclina hacia todas sus miserias. Es necesario que ella llore y que ella fecunde. Alumbra como el fuego; como él, ella quema, absorbe y devora, elevando hacia el cielo lo que ha devorado. Y una vez que ha acabado su misión en la tierra se remonta y emprende nuevamente, ardiendo en su fuego, el camino de la altura».
Beata Isabel de la Trinidad (1880-1906), Carmelita Descalza El cielo en la fe (Primer retiro), día décimo (© Obras Completas EDE 1986)

La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel - 31 de mayo


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Obispo Alois Hudal 31 de mayo de 1885 - 31 de mayo de 2011


Al cumplirse hoy 126 años del natalicio del Obispo Alois Hudal, desde esta página que intenta homenajearlo, rogamos a Dios por su Eterno descanso y por su guía.

lunes, 30 de mayo de 2011

Evangelio del día 30 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 15,26-27.16,1-4. Lunes de la VI Semana de Pascua

Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Les he dicho esto para que no se escandalicen.
Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios.
Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes.

Comentario: "Yo le pediré al Padre que os de otro Defensor, el Paráclito, que esté siempre con vosotros" (Jn 14,16)- San Ireneo de Lyon

El Espíritu prometido por los profetas descendió sobre el Hijo de Dios hecho Hijo del Hombre (Mt 3,16), para acostumbrarse a habitar con él en el género humano, a descansar en los hombres y a morar en la criatura de Dios, obrando en ellos la voluntad del Padre y renovándolos de hombre viejo a nuevo en Cristo.
Este Espíritu es el que David pidió para el género humano, diciendo: «Confírmame en el Espíritu generoso» (Sal 51[50],14). De él mismo dice Lucas (Hch 2), que descendió en Pentecostés sobre los Apóstoles, con potestad sobre todas las naciones para conducirlas a la vida y hacerles comprender el Nuevo Testamento: por eso, provenientes de todas las lenguas alababan a Dios, pues el Espíritu reunía en una sola unidad las tribus distantes, y ofrecía al Padre las primicias de todas las naciones.
Para ello el Señor prometió que enviaría al Paráclito que nos acercase a Dios (Jn 15,26; 16,7). Pues, así como del trigo seco no puede hacerse ni una sola masa ni un solo pan, sin algo de humedad, así tampoco nosotros, siendo muchos, podíamos hacernos uno en Cristo Jesús ( 1 Co 10,17), sin el agua que proviene del cielo. Y así como si el agua no cae, la tierra árida no fructifica, así tampoco nosotros, siendo un leño seco, nunca daríamos fruto para la vida, si no se nos enviase de los cielos la lluvia gratuita. Pues nuestros cuerpos recibieron la unidad por medio de la purificación (bautismal) para la incorrupción; y las almas la recibieron por el Espíritu. Por eso una y otro fueron necesarios, pues ambos nos llevan a la vida de Dios.

San Ireneo de Lyon (v. 130-v. 208), obispo, teólogo y mártir
Contra las Herejías, libro III- 17, 1-2

Santa Juana de Arco, mártir - 30 de mayo

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domingo, 29 de mayo de 2011

SS Benedicto XVI dice que los santos han llevado la esperanza a ciudades enteras


Ciudad del Vaticano, 29 mayo- Los santos, más que los poderosos, han llevado la esperanza a ciudades enteras como Carlos Borromeo a Milán en el tiempo de la peste y la Madre Teresa a Calcuta, según dijo hoy el papa Benedicto XVI durante el Regina Coeli, el rezo que sustituye el Ángelus en el tiempo de Pascua.

Ante miles de peregrinos y fieles, el papa comentó un pasaje de los Hechos de los Apóstoles cuando Felipe y otros discípulos fueron a predicar en Samaria "con la fuerza del Espíritu Santo, hicieron en los pueblos de Palestina lo que había hecho Jesús: predicaron la Buena Noticia y realizaron signos prodigiosos. Era el Señor el que estaba entre ellos".

Hoy como en el pasado -dijo- "mientras los poderosos de este mundo buscaban conquistar nuevos territorios por intereses políticos y económicos, los mensajeros de Cristo andaban por todas partes con el objetivo de llevar a Cristo a los hombres y los hombres a Cristo, sabiendo que sólo Él puede dar la verdadera libertad y la vida eterna".

El papa Ratzinger subrayó que: "Hoy también la vocación de la Iglesia es la evangelización, sea hacia la población que no han sido todavía regada por el agua viva del Evangelio; sea hacia a los que, teniendo antiguas raíces cristianas tienen necesidad de nueva savia para llevar nuevos frutos, y redescubrir la belleza y la alegría de la fe".

Y recordó al beato Juan Pablo II al que calificó como una gran "misionero" porque promovió la misión "ad gentes" y la nueva evangelización.

Después, el papa Benedicto XVI saludó a los presentes en italiano, francés, inglés, alemán, español y polaco.

Evangelio del día 29 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 14,15-21. Domingo de la VI Semana de Pascua A

Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes:
el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes.
El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él".

Cometario:

Le pediré al Padre, y Él os dará otro Defensor que estará siempre con vosotros - San Juan de Ávila



Así como Jesucristo predicaba, así ahora el Espíritu Santo predica; así como enseñaba, así el Espíritu Santo enseña; así como Cristo consolaba, el Espíritu Santo consuela y alegra. ¿Qué pides? ¿Qué buscas? ¿Qué quieres más? ¡Que tengas tú dentro de ti un consejero, un administrador, uno que te guíe, que te aconseje, que te esfuerce, que te encamine, que te acompañe en todo y por todo! Finalmente, si no pierdes la gracia, andará tan a tu lado, que nada puedas hacer, ni decir, ni pensar que no pase por su mano y santo consejo. Será tu amigo fiel y verdadero; jamás te dejará si tú no le dejas.
Así como Cristo, estando en esta vida mortal, obraba grandes sanidades y misericordias en los cuerpos de los que lo habían menester y lo llamaban, así este Maestro y Consolador obra estas obras espirituales en las ánimas donde Él mora... Sana los cojos, hace oír a los sordos, da vista a los ciegos, encamina a los errados, enseña a los ignorantes, consuela a los tristes, da esfuerzo a los flacos. Como Cristo andaba entre los hombres haciendo estas tan santas obras, y así como estas obras no las pudiera hacer si no fuera Dios, y las hizo en aquel hombre y las llamamos obras que hizo Dios y hombre, así estas otras que hace acá el Espíritu Santo en el corazón donde mora, las llamamos obras del Espíritu Santo con el hombre como menos principal.
¿No se llama desdichado y malaventurado quien no tiene esta unión, quien no tiene tal huésped en su casa?...Decidme, ¿lo habéis recibido? ¿Lo habéis llamado? ¿Le habéis importunado que venga?... ¡Que Dios sea con vosotros! no sé cómo vosotros podéis vivir sin tanto bien... Mirad todos los bienes, todas las mercedes y misericordias que Cristo vino a hacer a los hombres, todas ésas hace este Consolador en nuestras almas.


San Juan de Ávila (1499-1569), padre y pastor Sermón n° 30, 4º sobre el Espíritu Santo (© trad. B.A.C 1970 rev.)

Santa Úrsula Ledóchowska, fundadora - 29 de mayo


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San Maximino - 29 de mayo


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sábado, 28 de mayo de 2011

Evangelio del día 28 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 15,18-21. Sábado de la V Semana de Pascua

Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí.
Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia.
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes.
Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.

Comentario:

El discípulo no es más que su maestro - San Cipriano



La voluntad de Dios es lo que Cristo hizo y enseñó: la humildad en la conducta, la firmeza en la fe, la moderación en las palabras, la justicia en las acciones, la misericordia en las obras, la rectitud en las maneras; ser incapaz de hacer mal, pero poderlo tolerar cuando se es la víctima, conservar la paz con los hermanos, amar al Señor con todo el corazón, amar en él al Padre y temer a Dios, no preferir nada a Cristo, porque él mismo nos prefiere a nosotros; unirse inquebrantablemente a su amor ; abrazarse a su cruz con fuerza y confianza; cuando hay que luchar por su nombre y su honor, mostrar la constancia en nuestra confesión de la fe; mostrar, en la tortura, la confianza que sostiene nuestro combate, y en la muerte, la perseverancia que nos obtiene la corona. Es decir, querer ser coheredero con Cristo. Es decir, obedecer el mandamiento de Dios. Es decir, hacer la voluntad del Padre.

San Cipriano (v. 200-258), obispo y mártir

San Germán de París, Obispo - 28 de mayo


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viernes, 27 de mayo de 2011

Comentario Oficial sobre la Instrucción Universæ Ecclesiæ


Anunciada desde el 30 de diciembre de 2007 por el Cardenal Tarcisio Bertone, la Instrucción Universæ Ecclesiæ, relativa a la aplicación del Motu Propio Summorum Pontificum (7 de julio de 2007), fue publicada el 13 de mayo de 2011 por la Comisión pontifical Ecclesia Dei.

Este documento romano, firmado por el Cardenal William Levada, Prefecto de la Congregación por la Doctrina de la Fe, y por Monseñor Guido Pozzo, Secretario de la Comisión Ecclesia Dei, fue elaborado después de que los obispos del mundo entero comunicaron a Roma el balance de los tres años transcurridos desde la publicación del Motu Propio, según el deseo expresado por Benedicto XVI en la Carta del 7 de julio de 2007.

Esta demora significativa manifiesta la importancia de las dificultades que encontró la aplicación de Summorum Pontificum por parte de los obispos. Por eso Universæ Ecclesiæ tiene oficialmente por fin no sólo “garantizar la correcta interpretación y la recta aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum” (nº 12) sino también, y sobre todo, facilitar la aplicación del Motu Propio, que los obispos sólo permiten parsimoniosamente. La brecha previsible entre el derecho de la misa tradicional, reconocido por el Motu Propio, y el hecho de este reconocimiento por los obispos ya había sido anunciada por Mons. Fellay desde el 7 de julio de 2007, en su Carta a los fieles de la Fraternidad San Pío X.

Dicha situación de hecho obliga al documento romano a recordar ciertos puntos:

- Con ese Motu Propio, el Sumo Pontífice Benedicto XVI promulgó una ley universal para la Iglesia, con la intención de dar un nuevo cuadro normativo al uso de la liturgia romana vigente en 1962 (nº 2).

- El Santo Padre reafirma el principio tradicional, reconocido desde tiempo inmemorial, y que se ha de conservar en el porvenir, según el cual “cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida Tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe” (nº 3).

- El Motu Propio se propone:

a) ofrecer a todos los fieles la liturgia romana en el usus antiquior, como un tesoro que se debe conservar cuidadosamente;

b) garantizar y asegurar realmente el uso de la forma extraordinaria para todos los que lo piden, quedando en claro que el uso de la liturgia vigente en 1962 es una facultad conferida para el bien de los fieles, y que por esta razón se la debe interpretar en un sentido favorable a los fieles, que son los principales destinatarios de la misma;

c) fomentar la reconciliación en el seno de la Iglesia (nº 8).

Igualmente, debido a los problemas ocasionados por la poca buena voluntad de los obispos en aplicar el Motu Propio, la Instrucción concede a la Comisión Ecclesia Dei un poder reforzado:

- La Pontificia Comisión ejerce este poder no sólo gracias a las facultades concedidas anteriormente por el Papa Juan Pablo II y confirmadas por el Papa Benedicto XVI (cf. Motu Propio Summorum Pontificum, art. 11-12), sino también en virtud del poder de pronunciar una decisión, como Superior jerárquico, sobre los recursos que se le presenta legítimamente contra una decisión administrativa del Ordinario aparentemente contraria al Motu Propio (nº 10, §1).

- En caso de litigio o duda fundada relativos a la celebración según la forma extraordinaria, el que emitirá el juicio será la Pontificia Comisión Ecclesia Dei (nº 11).

También está previsto un posible recurso:

- Los decretos a través de los cuales se expresan las decisiones de la Pontificia Comisión relativas a los litigios o dudas podrán ser impugnados ad norma iuris ante el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (nº 10, § 2).

Por consiguiente, en los próximos meses convendrá observar cuidadosamente si estas disposiciones se muestran eficaces y si los hechos de los obispos se armonizan realmente con el derecho que Comisión Ecclesia Dei tiene que hacer respetar.

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Este documento romano, muy atento a las oposiciones y deseoso de tener en cuenta los puntos de vista divergentes, tiene un carácter diplomático fácilmente perceptible. En este sentido, pueden verse varias paradojas que, a pesar del confesado deseo de unidad, evidencian las disensiones que hubo que tener en cuenta:

- Resulta extraño que los mismos obispos deseosos de aplicar generosamente el Motu Propio se encuentren en imposibilidad de ordenar seminaristas de su diócesis según el rito tradicional. En efecto, el nº 31 indica: “Sólo en los institutos de vida consagrada y en las sociedades de vida apostólica que dependen de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei y en aquellos donde se mantiene el uso de los libros litúrgicos de la forma extraordinaria se permite el uso del Pontificale Romanum de 1962 para conferir las órdenes menores y mayores”.

Al respecto, el texto recuerda la legislación posconciliar que suprimió las órdenes menores y el subdiaconado. Se incardina a los candidatos al sacerdocio sólo cuando reciben el diaconado, pero se podrá conferir la tonsura, las órdenes menores y el subdiaconado según el rito antiguo, sin que por eso se les reconozca algún valor canónico. Este punto se opone claramente al principio recordado en el nº 3, sobre la adhesión a los “usos universalmente aceptados de la ininterrumpida Tradición apostólica”.

- Paradójicamente se excluye de las disposiciones del documento romano a los sacerdotes más apegados a la misa tradicional como “tesoro precioso que hay que conservar” (nº 8), los cuales, por esta misma razón, no son biritualistas. Efectivamente, el nº 19 afirma: “Los fieles que piden la celebración en la forma extraordinaria no deben sostener o pertenecer de ninguna manera a grupos que se manifiesten contrarios a la validez o legitimidad de la Santa Misa o de los sacramentos celebrados en la forma ordinaria o al Romano Pontífice como Pastor Supremo de la Iglesia universal”.

Notemos aquí un matiz: la Instrucción habla de “validez” o “legitimidad”, mientras la carta de Benedicto XVI a los obispos del 7 de julio de 2007 exigía un “reconocimiento del valor y santidad” del Novus Ordo Missæ, y la no exclusividad de la celebración tradicional. Sin embargo, este nº 19 ofrece a los obispos la posibilidad de neutralizar fácilmente la Instrucción, paralizando el deseo de una aplicación amplia del Motu Propio “para el bien de los fieles” (nº 8).

Algunos comentarios precipitados llevaron a pensar que también se excluía a la Fraternidad San Pío X a causa de su oposición al Pontífice Romano. Esto no es exacto, ya que el levantamiento de las “excomuniones” de sus obispos fue realizado precisamente porque Roma consideró que no se oponían al primado del Papa. En efecto, el decreto del 21 de enero de 2009 reproducía los términos de una carta dirigida por Mons. Fellay al Cardenal Castrillón Hoyos el 15 de diciembre de 2008: “creyendo firmemente en el primado de Pedro y sus prerrogativas”.

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Las paradojas de esta Instrucción manifiestan los compromisos diplomáticos realizados con el fin de hacer más fácil la aplicación —hasta ahora dificultosa— del Motu Propio Summorum Pontificum , pero se fundan esencialmente sobre la reiterada afirmación de la continuidad doctrinal entre la Misa Tridentina y el Novus Ordo Missæ: “Los textos del Misal Romano del papa Pablo VI y del Misal que se remonta a la última edición del papa Juan XXIII, son dos formas de la Liturgia Romana, definidas respectivamente ordinaria y extraordinaria: son dos usos del único Rito Romano, que se colocan uno al lado del otro. Ambas formas son expresión de la misma lex orandi de la Iglesia” (nº 6).

Ahora bien, vemos una oposición sobre este punto entre dos Prefectos sucesivos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Alfredo Ottaviani, en su Breve examen crítico de la misa nueva, y el Cardenal William Levada, quien firmó la presente Instrucción.

En su estudio, entregado a Pablo VI el 3 de septiembre de 1969, el Cardenal Ottaviani escribía: “El Novus Ordo Missæ se aleja de manera impresionante, en conjunto y en detalle, de la teología católica de la Santa Misa que fue formulada definitivamente por el Concilio de Trento”. El Cardenal Alfons Maria Stickler, Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana y archivista de los Archivos Secretos del Vaticano, con ocasión de la reedición del Breve examen crítico de los Cardenales Ottaviani y Bacci, escribía lo siguiente el el 27 de noviembre de 2004: “El análisis del Novus Ordo hecho por estos dos cardenales no perdió para nada su valor, ni —lamentablemente— su actualidad… Hoy en día muchos juzgan que los resultados de la reforma fueron devastadores. Los Cardenales Ottaviani y Bacci tuvieron el mérito de descubrir rápidamente que la modificación de los ritos llevaba a un cambio fundamental de la doctrina”.

Estas graves carencias del Novus Ordo Missæ y de las reformas introducidas bajo Pablo VI son la causa del serio cuestionamiento de la Fraternidad San Pío X, si no sobre la validez de principio, al menos sobre la “legitimidad de la Santa Misa o de los sacramentos celebrados en la forma ordinaria” (nº 19), en la medida que, según lo había observado ya en 1969 el Cardenal Ottaviani, es muy difícil considerar que la misa de San Pío V y la de Pablo VI se sitúan en la misma “ininterrumpida Tradición apostólica” (nº 3).

No cabe duda que la Instrucción Universæ Ecclesiæ, que se inscribe en la línea del Motu Propio Summorum Pontificum, constituye una etapa importante en el reconocimiento de los derechos de la misa tradicional. Sin embargo, el fin que persigue la Instrucción —la remoción de las dificultades de aplicación— no se logrará plenamente sino estudiando la profunda divergencia que existe, no tanto entre la Fraternidad San Pío X y la Santa Sede, sino entre la misa tradicional y el Novus Ordo Missæ. Esa divergencia no puede ser objeto de un debate sobre la forma (“extraordinaria” u “ordinaria”) sino sobre el fondo doctrinal (DICI nº 235, 19/05/11).

Evangelio del día 27 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 15,12-17. Viernes de la V Semana de Pascua

Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

Comentario:

Este es mi mandamiento: amaos los unos a los otros como yo os he amado - San Gregorio Magno


Todas las palabras sagradas del Evangelio están repletas de mandamientos del Señor. ¿Entonces, por qué, el Señor dijo que el amor era su mandato? "Este es mi mandamiento: amamos los unos a los otros." Resulta que todos los mandamientos surgen del amor, que todos los preceptos son sólo uno, y cuyo único fundamento es la caridad. Las ramas de un árbol brotan de la misma raíz: así todas las virtudes nacen sólo de la caridad. La rama de una buena obra, no permanece vigorosa, si separa de la raíz de la caridad. Por lo tanto, los mandamientos del Señor son numerosos, y al mismo tiempo son uno - múltiple por la diversidad de las obras, uno en la raíz del amor.
¿Cómo mantener este amor? El mismo Señor nos lo da a entender: en la mayoría de los preceptos de su Evangelio, ordena a sus amigos que se amen en Él, y que amen a sus enemigos por Él. El que ama a su amigo en Dios y su enemigo por Dios, posee la verdadera caridad.
Hay personas que aman a sus familiares, pero sólo movidos por sentimientos de afecto que surgen del parentesco natural... Las palabras sagradas del Evangelio no hacen a estos hombres ningún reproche. Pero lo que espontáneamente se le da a la naturaleza es una cosa, y aquello que se da por caridad en obediencia es otra. Las personas a las que me he referido, aman sin duda a su prójimo... pero según la carne y no según el Espíritu... Diciendo: "Este es mi mandamiento: amaos los unos a los otros", el Señor, inmediatamente ha añadido: "Como yo os he amado." Estas palabras significan claramente: "amar por la misma razón que Yo os he amado".

San Gregorio Magno (v. 540-604), Papa y doctor de la Iglesia Homilías sobre los Evangelios, n° 27; PL 76, 1204

San Agustín de Canterbury - 27 de mayo

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San Beda el Venerable - 27 de mayo


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jueves, 26 de mayo de 2011

Evangelio del día 26 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 15,9-11. Jueves de la V Semana de Pascua

Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.


Comentario: «Os he dicho esto para que...reboséis de alegría» - Beata Teresa de Calcuta


La alegría es una necesidad y una fuerza para nosotros, también psíquicamente. Una hermana que cultiva el espíritu de alegría siente menos la fatiga y está cada día dispuesta a hacer el bien. Una hermana rebosante de alegría predica sin predicar. Una hermana alegre es como el rayo de sol del amor de Dios, la esperanza de la alegría eterna, la llama de un amor ardiente.
La alegría es una de las mejores garantías contra la tentación. El diablo es portador de temor y barro, toda ocasión para lanzárnoslo es buena para él. Un corazón alegre sabe cómo se ha de proteger.

Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Jesús, La Palabra para ser hablada, c. 12

San Felipe de Neri - 26 de mayo


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miércoles, 25 de mayo de 2011

Santos, santoral y simbolismo


Además de las oraciones y devociones ofrecidas a María, los católicos romanos también dan honores y oración a varios santos. Estos santos, según la Iglesia Católica, son mártires o gentes notables de la iglesia que han muerto y los papas los han designado como santos. En este capítulo hemos de ver, sin lugar a dudas, que la idea de orar a los santos no es más que una continuación de viejas devociones que los paganos daban a los dioses y diosas de su religión, desde tiempos atrás. Pero antes de abordar estas evidencias, fijémonos en las sagradas Escrituras y veremos lo que ellas enseñan acerca de los santos.

De acuerdo con la Biblia, todo verdadero cristiano es un santo. No hay ninguna indicación de que una persona pueda ser hecha santa después de su muerte. No es el Papa quien hace a los santos. Es asunto de Dios. En las Escrituras, los santos siempre son gentes vivientes, nunca muertos. Por ejemplo, cuando Pablo escribió a los efecios, se les dirigió de es forma: «A los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso» (Efesios 1: 1). Su carta a los Filipenses, dice: «A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos» (Filipenses 1: 1). Los antiguos cristianos en la iglesia de Roma fueron llamados santos (Romanos 1: 7 y 16: 15), como también lo fueron los cristianos que vivían en Corinto (1 Corintios 1: 23 y 2 Corintios 1: 1).

De este modo que si queremos que un santo ore por nosotros, debemos encontrar a un cristiano y pedirle que se una en oración con nosotros. Pero si tratamos de comunicarnos con personas que han muerto: ¿Qué más puede ser sino una forma de espiritismo? La Biblia, repetidas veces, condena todo propósito de comunicarnos con los muertos, que es un acto satánico (ver Isaías 8: 19-20). Sin embargo, muchos recitan el Credo de los Apóstoles que dice: «Creo en la comunión de los santos», y piensan que esto se refiere no sólo a los vivos sino también a los muertos. «Una ayuda mutua, satisfacción, oración y otras buenas obras, una comunicación mutua» (Nueva Enciclopedia Católica, Vol. IV, pág. 41).

Pero las Escrituras están contra la idea de que los vivos pueden ser favorecidas o beneficiados por oraciones a los muertos, o a través de ellos. Tal enseñanza es completamente ajena a la Biblia. Entonces, ¿cómo entraron estas cosas a la Iglesia Romana?

De nuevo debemos mirar a la “madre” de las religiones falsas: Babilonia. Allí, desde épocas pasadas, encontramos que las gentes oraban a muchos dioses y les daban honra. De manera que el sistema babilónico se desarrolló hasta que tuvo casi cinco mil dioses y diosas.[1] En la misma forma en que los católicos creen en los santos, los babilonios creían que sus dioses y diosas habían sido una vez héroes vivientes en la tierra, y después de muertos habían pasado a un plano más elevado.[2]

«Cada día y cada mes estaban protegidos por una divinidad particular».[3] Algunos de estos dioses y diosas estaban asociados con las temporadas, otros con ciertos eventos de la vida y aun otros con varias ocupaciones de trabajo.

Desde Babilonia –tal como otra forma de idolatría de la gran “madre”– se diseminó el culto a estos dioses por las naciones. Los budistas de China, por citar uno de muchos ejemplos, tienen su «culto a varias divinidades, como el de la diosa de los marineros, el dios de la guerra, los dioses de varias vecindades u ocupaciones».[4]

Cuando Roma conquistó el mundo, este sistema de dioses y diosas fue infiltrado en la misma forma dentro de la religión pagana de Roma. Brighit, por ejemplo, era diosa de la poesía y los herreros; Juno Regina, era la diosa de la femeneidad, el matrimonio y la maternidad; Minerva era la diosa de las escuelas de la sabiduría, de los músicos y de los artesanos; Venus era la diosa del amor sexual y el nacimiento; Vesta era la diosa de los panaderos y fuegos sagrados; Hércules era el dios del vino y el gozo; Mercurio era el patrón divino de los mercaderes y oradores y ladrones; Opus era la diosa de la fortuna; Bellona era la diosa de las batallas; los dioses paganos Castor y Pollux eran los protectores de Roma y de los viajeros del mar; Apolo era el dios de la medicina y la salud; Cronos era el dios del tiempo y guardián de los juramentos, y Jano era el dios de las puertas y entradas.[5]

Y así, las ideas babilónicas de los dioses y las diosas, asociados con diferentes días y eventos de la vida, se establecieron en la Roma pagana. Más tarde, cuando vino la apostasía, esta misma práctica entro en la iglesia de Roma. Como los nuevos creyentes del paganismo resistían a abandonar la vieja costumbre de orar a diversos dioses, de no ser que encontraran algo similar en la cristiandad, estos dioses y diosas simplemente recibían un nombre nuevo y se les llama santos. Exactamente igual como en el culto pagano estos cristianos fieles fallecidos eran asociados con varias ocupaciones, cada cual con su día especial, naturalmente, sin poder consultarles si aceptaban o no el encargo papal. De este modo la antigua creencia pagana continuó y sigue siendo una parte muy importante de la Iglesia Católica. Esto puede verse en la siguiente tabla de santos católicos patrones de diversas ocupaciones y sus días especiales:

Actores: San Genís (25 de agosto); Arquitectos: Santo Tomás (21 de diciembre); Astrónomos: San Cominico (4 de agosto); Atletas: San Sebastián (20 de enero); Aviadores: Nuestra Sra. De Loreto (10 de diciembre); Panaderos: Santa Isabel (19 de noviembre); Banqueros: San Mateo (21 de septiembre); Barberos: Santos Cosme y Damián (27 de septiembre); Limosneros: San Alejandro (17 de julio); Libreros: San Juan de Dios (8 de marzo); Albañiles: San Esteban (26 de diciembre); Constructores: San Vicente Ferrer (5 de abril); Carniceros: San Adrián (28 de septiembre); Choferes: San Cristóbal (30 de agosto); Comediantes: San Vito (15 de junio); Cocineros: Santa Marta (29 de julio);Dentistas: San Apolinar (9 de febrero); Doctores: San Lucas (18 de octubre); Editores: San Juan Bosco (31 de enero); Pescadores: San Andrés (30 de noviembre); Floristas: Santa Dorotea (6 de febrero); Obreros: Santiago el mayor (25 de julio); Cazadores: San Humberto (3 de noviembre); Abogados: San Ives (19 de mayo); Mercaderes: San Jerónimo (30 de septiembre); Mineros: San Francisco de Asís (4 de octubre); Músicos: Santa Bárbara (4 de diciembre); Notarios: Santa Cecilia (22 de noviembre); Enfermeras: San Marcos Evangelista (30 de abril); Pintores: Santa Catalina (25 de abril); Policías: San Lucas (18 de octubre); Carteros: San Miguel (29 de septiembre); Científicos: San Gabriel (24 de marzo); Cantantes: San Alberto (15 de noviembre); Estenógrafos: San Gregorio (12 de marzo); Estudiantes: San Genecio (25 de agosto); Sastres: Santo Tomás de Aquino (7 de mayo); Cobradores: San Bonifacio (5 de junio); De impuestos: San Mateo (21 de septiembre); Profesores: San Gregorio el grande (12 de mayo)…


Bibliografía:

[1] En el principio, pág. 65. [2] Enciclopedia de religiones, Vol. 2, pág. 78. [3] La Historia del mundo, según historiadores, Vol. 1 pág. 518. [4] Historia de los cultos mundiales, pág. 621. [5] Durant, Vol. 3, págs. 61-63; Culto del Mundo, pág. 179; Vida en el mundo romano, pág. 377.

Evangelio del día 25 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 15,1-8. Miércoles de la V Semana de Pascua

Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.


Comentario:


Sin mí, no podéis hacer nada - San Francisco Javier


Que nadie alimente la ilusión de pensar que destacará en las cosas grandes, si no destaca en las cosas humildes. Creedme hay una especie de fervores, y, por mejor decirlo, tentaciones...Ciertamente para no renunciar a su voluntad haciendo lo que la obediencia les prescribe, desean hacer otras cosas más importantes, sin recordar que si no tienen virtud para las cosas pequeñas, menos tendrán para las grandes. En efecto cuando se lanzan a las cosas grandes y difíciles, con poco sacrificio y fuerza de ánimo, reconocen su atracción por la tentación, cuando se encuentran sin fuerzas...

No os escribo estas cosas para impediros el ánimo a cosas muy altas, señalándoos por grandes siervos de Dios, dejando memoria de vosotros para los que después de vuestros días vendrán; mas dígolas a este fin solamente para que en las cosas pequeñas os mostréis grandes, aprovechándoos mucho en el conocimiento de las tentaciones, en ver para cuánto sois, fortificándoos totalmente en Dios; y si en esto perseveráredes, no dudo sino que creceréis siempre en humildad y espíritu, y haréis mucho fruto en las almas, yendo quietos y seguros dondequiera que fuéredes.


San Francisco Javier (1506-1552), misionero jesuita
Carta del 05/11/1549, n° 90, 34-36

Santa María Magdalena de Pazzi - 25 de mayo



Nació en Florencia, Italia, en el año 1556, de la familia Pazzi que dio a la nación famosos políticos y militares y a la Iglesia Católica una de sus más grandes santas.



Su padre era gobernador y la internó desde muy pequeña en un convento de monjas. Allí se encariñó grandemente con las prácticas de piedad y con la vida de retiro y espiritualidad.
Era muy hermosa y de muy amable trato, y su familia la quería casar con alguno de la alta clase social, pero la jovencita demostraba tan grande inclinación a la vida religiosa que tuvieron que permitirle que se fuera a un convento.



Escogió el convento de las Carmelitas porque allá le permitían comulgar con frecuencia. Hizo sus tres votos o juramentos de pobreza, castidad y obediencia antes que las demás novicias, porque le llegó una grave enfermedad que la llevó casi a las puertas de la muerte.



Una frase que le impresionó mucho fue aquella de San Pablo que le dijo el sacerdote el día en que le colocó el crucifijo que llevan las religiosas: "A mí líbreme Dios de gloriarme en cualquier otra cosa que no sea la cruz de Jesucristo". Desde ese día se llenó de un inmenso deseo de sufrir por amor a Jesús.



Cuando la transportaban a la enfermería después de hacer sus tres votos, Magdalena tuvo su primer éxtasis que le duró más de una hora. Su rostro apareció ardiente, y deshecha en lágrimas sollozaba y repetía: "Oh amor de Dios que no eres conocido ni amado: ¡cuán ofendido estás!". En los siguientes cuarenta días tuvo inmensas consolaciones espirituales y recibió gracias extraordinarias.



Los especialistas dicen que cuando un alma se consagra totalmente al servicio de Dios, el Señor le concede al principio muy agradables consolaciones espirituales, a fin de prepararle para los grandes sufrimientos y las terribles pruebas que vendrán después. Luego les llegan días de tinieblas interiores para acabar con todo rastro de egoísmo y llenar el alma de humildad y para convencerse de la gran necesidad que tienen de la ayuda de Dios. Así le sucedió a nuestra santa.
Dios le mostró las inmensas ventajas que consiguen para su alma y para la santificación de otras personas, quienes sufren con paciencia. Y desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios".



Santa María Magdalena de Pazzi escogió un lema o programa de vida que se ha hecho famoso. Decía así: "No morir, sino sufrir". "Ni morir ni curar, sino vivir para sufrir". Y repetía "Oh, si la gente supiera cuán grandes son los premios que se ganan sufriendo por amor a Jesucristo, todos aceptarían con verdadero gozo sus sufrimientos, por grandes que sean".
Después de uno de sus éxtasis contaba: "Vi el amor inmenso que nos tiene Nuestro Señor y vi también que las almas que ofrecen sus sufrimientos uniéndolos a los sufrimientos de Cristo se vuelven inmensamente hermosas. ¡Oh, si las gentes supieran lo mucho que ganan cuando ofrecen a Dios sus padecimientos!".



En medio de su éxtasis hablaba con un ser invisible, y abrazando su crucifijo, con rostro brillante exclamaba: "Oh Jesús mío: concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".



Y en sus conversaciones buscaba siempre almas que quisieran dedicar su vida entera a amar a Jesucristo y ofrecer por El todos los sufrimientos de cada día y de cada hora, con todo el amor de su espíritu.


Le aparecieron en sus manos y en pies los estigmas o heridas de Cristo Crucificado. Le producían dolores muy intensos, pero ella se entusiasmaba al poder sufrir más y más por hacer que Cristo fuera más amado y más obedecido y por obtener que más almas se salvarán.
Tres religiosas, encargadas por el director espiritual escribían lo que ella iba diciendo, especialmente las revelaciones que recibía durante su éxtasis. Y de todo esto salió el libro titulado "Contemplaciones", que llegó a ser un verdadero tratado de teología mística. San Alfonso de Ligorio apreciaba inmensamente este libro y en sus obras lo cita muchísimas veces.



Martirizada en su cuerpo por heridas dolorosísimas, cuando los dolores se volvían insoportables, ella pedía valor al Señor diciéndole: "Ya que me has dado el dolor, concédeme también el valor". Y recibía fuerzas sobrenaturales para seguir sufriendo sin impacientarse ni quejarse.



Además de los dolores físicos le llegó lo que los santos llaman "La noche oscura del alma". Una cantidad impresionante de tentaciones impuras. Sentimientos de tristeza y desgano espiritual. Falta de confianza y de alegría. Sufría de violentos dolores de cabeza y se paralizaba frecuentemente. La piel se le volvía tan sensible que el más leve contacto le producía una verdadera tortura. Pero en medio de tantos suplicios seguía repitiendo: "Ni sanar ni morir, sino vivir para sufrir".



Veía el futuro y leía los pensamientos. A Alejandro de Médicis le dijo que un día sería Sumo Pontífice pero que duraría poco en el cargo, y así sucedió. Se bilocaba, o sea se aparecía a gentes que estaban muy distantes y les llevaba mensajes. Curó varios enfermos. Los viernes sufría varios de los dolores que Cristo padeció el Viernes Santo. Y repetía siempre: "Señor: ¡hágase tu santa voluntad!".



El 25 de mayo del año 1607, al morir quedó bella y sonrosada. Tenía apenas 41 años. Su cuerpo se conserva todavía incorrupto en el convento carmelita de Florencia donde pasó su vida.

San Gregorio VII, papa - 25 de mayo



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martes, 24 de mayo de 2011

La Verdadera Devoción - San Francisco de Sales


"La devoción, mientras sea auténtica y sincera, nada destruye, sino que todo lo perfecciona y completa, y si alguna vez resulta de verdad contraria a la vocación o estado de alguien, sin duda es porque se trata de una falsa devocion. La abeja saca miel de las flores sin dañarlas ni destruirlas, dejandolas tan integras, incontaminadas y frescas como las ha encontrado. Lo mismo, y mejor aun, hace la verdadera devoción: ella no destruye ninguna clase de vocación o de ocupaciones, sino que las adorna y embellece."

San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota,1,3.

Evangelio del día 24 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 14,27-31. Martes de la V Semana de Pascua

Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman !
Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí,
pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado. Levántense, salgamos de aquí.


Comentario:

Es mi paz la que os doy - SS Juan XXIII


Príncipe de la paz, Jesús resucitado, mira con benevolencia a la humanidad entera. Sólo de Tï, espera ayuda y socorro. Como en tiempos de tu vida terrena, siempre prefieres a los pequeños, los humildes, los que sufren. Siempre vas buscando a los pecadores. Haces que todos te invoquen y te encuentran, para que tengan en Tí el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Concedenos tu paz, cordero inmolado por nuestra salvación (Ap 5,6); (Jn 1,29): "¡Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, dános la paz!"
He aquí, Jesús, nuestra oración: aleja del corazón de los hombres todo aquello que pueda comprometer su paz, confirmales en verdad, la justicia y el amor fraterno. Ilumina a los dirigentes; que sus esfuerzos por el bienestar de los pueblos, estén unidos en el esfuerzo para asegurar la paz. Enciende el deseo de todos para derribar las barreras que nos dividen, con el fin de fortalecer los vínculos de la caridad. Enciende la voluntad de todos para que estemos dispuestos a comprender, compartir y perdonar, con el fin de que todos estemos unidos en tu nombre y que triunfe en los corazones,las familias, el mundo entero, la paz, tu paz.


SS Juan XXIII (1881-1963), Papa
Discursos, volumen V, p. 210

María Auxiladora - 24 de mayo


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San Vicente de Lerins - 24 de mayo


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lunes, 23 de mayo de 2011

La monja brasileña Hermana Dulce fue beatificada en Bahía



La monja brasileña Hermana Dulce fue beatificada este domingo ante unas 70.000 personas y 500 religiosos locales reunidos en Salvador, estado de Bahía (noreste), según una transmisión en vivo.

La ceremonia de beatificación de la Hermana Dulce en la parroquia Nuestra Señora Esperanza fue encabezada por el cardenal brasileño Dom Geraldo Majella Agnelo, en representación del papa Benedicto XVI, y contó con la presencia de la presidenta Dilma Rousseff.

"Me uno a la alegría de la Iglesia de Brasil donde hoy es beatificada en Salvador de Bahía la Hermana Dulce (...) que dejó un prodigioso rastro de caridad al servicio de los últimos, llevando a Brasil entero a ver en ella la madre de los desamparados", declaró este domingo Benedicto XVI en el Vaticano.

La beata "se dedicó a ayudar a los excluidos y enfermos", destacó la carta apostólica del Papa leída durante la ceremonia sobre la vida de la monja, que falleció en 1992 a los 78 años y realizó un amplio trabajo de ayuda a los pobres y enfermos en Bahía.

El decreto de beatificación de la Hermana Dulce fue firmado por el Papa en diciembre de 2010, luego que se reconociera como milagro de la monja su intervención durante el parto de alto riesgo de Claudia Cristiane en 2001.

"Saber que ella intercedió por mí, es un momento de mucho agradecimiento", declaró Cristiane a la prensa local.

Tres son las etapas que debe pasar un candidato para poder ser proclamado santo: la confirmación de las "virtudes heroicas", la beatificación y luego la canonización. Para las dos últimas se necesita un milagro comprobado.

Tras la beatificación, la monja brasileña será pasada a llamar Bien Aventurada Dulce de los Pobres, en alusión a su trabajo de caridad, y recordada el 13 de agosto.

Brasil es el país con más católicos en el mundo.

Evangelio del día 23 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 14,21-26. Lunes V de Pascua

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él". Le dice Judas, no el Iscariote: "Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?". Jesús le respondió: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho".

Comentario:

Dios está contigo.
En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima

Hoy, Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud. Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima Trinidad. "Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor" (San Josemaría Escrivá de Balaguer).

Jesús asegura que estará presente en nosotros por la inhabitación divina en el alma en gracia. Así, los cristianos ya no somos huérfanos. Ya que nos ama tanto, a pesar de que no nos necesita, no quiere prescindir de nosotros.

«El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él» (Jn 14,21). Este pensamiento nos ayuda a tener presencia de Dios. Entonces, no tienen lugar otros deseos o pensamientos que, por lo menos, a veces, nos hacen perder el tiempo y nos impiden cumplir la voluntad divina. He aquí una recomendación de san Gregorio Magno: «Que no nos seduzca el halago de la prosperidad, porque es un caminante necio aquel que ve, durante su camino, prados deliciosos y se olvida de allá donde quería ir».

La presencia de Dios en el corazón nos ayudará a descubrir y realizar en este mundo los planes que la Providencia nos haya asignado. El Espíritu del Señor suscitará en nuestro corazón iniciativas para situarlas en la cúspide de todas las actividades humanas y hacer presente, así, a Cristo en lo alto de la tierra. Si tenemos esta intimidad con Jesús llegaremos a ser buenos hijos de Dios y nos sentiremos amigos suyos en todo lugar y momento: en la calle, en medio del trabajo cotidiano, en la vida familiar.

Toda la luz y el fuego de la vida divina se volcarán sobre cada uno de los fieles que estén dispuestos a recibir el don de la inhabitación. La Madre de Dios intercederá —como madre nuestra que es— para que penetremos en este trato con la Santísima Trinidad.

San Juan Bautista Rossi, Confesor - 23 de mayo



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domingo, 22 de mayo de 2011

Evangelio del día 22 de mayo de 2011



Evangelio según San Juan 14,1-12. Domingo de la V Semana de Pascua A

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.


Comentario:

En la Sagrada Tradicción de la Iglesia nos encontramos con la interpretación de los Padres de la Iglesia sobre "las moradas":


Y como los discípulos temían cada uno por sí, luego de decir a Pedro, que era el más fiel y más fervoroso, "No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces" (Jn 13,38), se añade: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas". Con esto salen de su turbación, seguros y confiados de que después de las tentaciones permanecerían en Dios con Cristo. Porque aunque uno sea más valeroso, más sabio, más justo y más santo que otro, ninguno será desterrado de aquella casa, donde cada uno hallará hospedaje en proporción a sus méritos. Para todos es igual aquel denario que manda dar el padre de familia a los que trabajan en la viña, denario que significa la vida eterna, donde nadie ha de vivir más que otro, porque en la eternidad de la vida no cabe medición. Mas las muchas mansiones significan las diversas dignidades de los méritos en la vida eterna.San Agustín ut supra.

San Agustín ut supra. Pero, ¿cómo va a prepararles lugar, si ya hay muchas mansiones? Pero aún no están en la forma en que deben prepararse, porque tiene que preparar en las obras las mansiones mismas que ya había preparado por medio de la predestinación. Ya lo están en cuanto a la predestinación, porque de otra manera hubiera dicho: Iré y prepararé (esto es, predestinaré) Pero como no lo están por las obras, añade: "Y cuando hubiere ido y preparado a vosotros el lugar". Prepara ahora mansiones preparando moradores para ellas. En efecto, cuando dice: "En la casa de mi Padre hay muchas mansiones", ¿qué otra cosa creemos que es la casa de Dios sino el templo de Dios? Del cual dijo el Apóstol: "Se ha hecho el templo de Dios, que sois vosotros" (1Co 3,17) Esta casa de Dios se edifica y se prepara aún. Pero, ¿cómo es que se va a prepararlas, cuando a nosotros es a quienes tiene que preparar y no puede hacerlo dejándonos? Mas esto significa, que para que aquellas habitaciones se preparen es necesario que el justo viva de la fe; porque si ves, ya no hay fe. Se va, pues, para no ser visto; se oculta para que se crea. Entonces se prepara el lugar si se vive de la fe. Que se desee en la fe, para poseerlo en el deseo. Y si lo entiendes bien, no se aparta ni de donde viene ni del lugar a donde va. Va ocultándose y viene poniéndose de manifiesto. Pero si no permanece reinando en nosotros para que vivamos perfeccionándonos, no se nos preparará lugar donde podamos vivir gozando.

Santa Rita de Cascia - 22 de mayo


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sábado, 21 de mayo de 2011

Evangelio del día 21 de mayo de 2011




Evangelio según San Juan 14,7-14. Sábado de la IV Semana de Pascua


Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.
Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.

Comentario:

El que cree en mi hará las mismas obras que yo e incluso mayores - San Vicente de Paúl


Nuestro Señor dijo: «Bienaventurados los pobres de espíritu» (Mt 5,3); en esto la sabiduría eterna nos enseña que los obreros evangélicos tienen que evitar la magnificencia en las acciones y en las palabras, y seguir una manera de obrar y de hablar humilde, fácil y sencilla. Es el demonio el que nos pone bajo esa tiranía de querer tener éxito y el que, al vernos inclinados a proceder lisa y llanamente, nos dice: «Fíjate que vulgar; eso es demasiado basto e indigno de la majestad cristiana». ¡Qué astucia la del demonio! Tened cuidado, hermanos míos, renunciad a estas vanidades... tened ante los ojos la conducta de nuestro Señor, tan humilde y tan contraria a todo eso.
El podía dar un gran esplendor a sus obras y una virtud soberana a sus palabras, pero no lo hizo. Les decía a sus apóstoles: «Haréis lo que yo hago, y más todavía». Señor, ¿por qué queréis que haciendo lo que tú has hecho, hagan todavía más?. Porque nuestro Señor quiere dejarse superar en las acciones públicas, para distinguirse él en las humildes y secretas; él quiere los frutos del evangelio y no los aplausos del mundo; por eso ha hecho más por medio de sus servidores que por sí mismo.
Quiso que san Pedro convirtiese una vez a tres mil, otra vez a cinco mil personas (Hch 2,41; 4,4), y que toda la tierra se viera iluminada por sus apóstoles. En cuanto a él, a pesar de ser la luz del mundo (Jn 8,12), no predicó más que en Jerusalén y en sus alrededores, y predicó allí sabiendo que en otras partes tendría mucho más éxito. Sí, el se dirigió a los judíos como a los más capaces de despreciarle y de contradecirle. Por consiguiente, fue muy poco lo que hizo, mientras que sus pobres discípulos, ignorantes y vulgares, animados de su virtud, hicieron mucho más que él. ¿Por qué? Porque quiso ser humilde en esto.

San Vicente de Paúl (1581-1660), padre, fundador de comunidades religiosas.
Conferencia 127 del 02/05/ 1659

San Eugenio de Mazenod - 21 de mayo


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viernes, 20 de mayo de 2011

La Brujería


¿Por qué se recurre a la brujería?

La ayuda que ofrece la brujería se busca por diferentes razones. Las principales son: Para hacer daño a quien se odia; para atraer la pasión amorosa de alguien; para invocar a los muertos; para suscitar calamidades o impotencia contra enemigos, rivales u opresores reales o imaginarios; para resolver un problema se ha convertido en obsesión y ya no importa por que medio se resuelve.

Prácticas de los Brujos

La brujería data desde los tiempos de la antigua Mesopotamia y Egipto. Así se demuestra la Biblia al igual que en otros antiguos escritos como el Código de Hammurabi (2000 a.C.).

No todos los brujos siguen las mismas prácticas Pero no es extraño que el brujo haga un pacto con espíritus, abjure a Cristo y los Sacramentos, haga rituales como parodias de la Santa Misa o de los oficios de la Iglesia, adoren al Príncipe de las Tinieblas y participan en aquelarres (reuniones de brujos donde hacen sus maledicencias). La brujería está relacionada con el satanismo.

En brujería y en la magia hay elementos comunes:

1-La realización de rituales o de gestos simbólicos.
2- El uso de sustancias y objetos materiales que tienen significado simbólico.
3- Pronunciamiento de un hechizo.
4- Una condición prescrita del que efectúa el rito.

La brujería consta de rituales para hacer sus hechizos (ejercer un maleficio o atadura sobre alguien), algunos de los cuales requieren hierbas particulares. También hay palabras de conjuro o hechizo que pueden ser escritas para obtener un mayor poder. Quién realiza el rito debe desear su propósito con todas sus fuerzas para obtener mayores efectos y algunas veces debe ayunar por 24 horas antes de realizar el rito para purificar el cuerpo.
¿Es real el poder de la brujería?

Puede ser real, pero en muchos casos puede ser también sugestión de la mente, es decir pura mentira. En ambos casos está actuando el demonio, príncipe de la mentira.

La Biblia, la enseñanza de los Padres de la Iglesia y la tradición no dejan lugar a dudas sobre el hecho que los seres humanos tienen la libertad para pactar con el diablo el cual tiene influencia en la tierra y en las actividades humanas. Por otro lado algunos Padres como San Jerónimo, pensaban que en muchos casos la brujería es sugestión de la mente.

La Biblia condena la brujería y la hechicería, no como falsas o fraudulentas, sino por ser una abominación: "A la hechicera no la dejarás con vida" (Exodo 22,18; Ver también Deuteronomio 18,11-12). La narrativa de la visita del rey Saúl a la hechicera de Endor (I Reyes 28) demuestra que su evocación de Samuel fue real y tuvo efecto. En Levítico 20,27 se lee: "El hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino, morirá sin remedio: los lapidarán. Caerá su sangre sobre ellos". Está claro que en estos casos se trata de un espíritu adivino.

El Pueblo de Israel, en muchas ocasiones, se tornó a la práctica de la adivinación y a la consulta de brujos, yendo así en contra de los mandatos de Dios. (Ez 13:18-19; 2 Cron 33:6; Jer 27:9...).

El Antiguo Testamento muestra claramente como los Israelitas y sus vecinos paganos estaban conscientes de la brujería y la magia. En el libro de Éxodo 7:11 leemos que el Faraón: "llamó a todos los sabios y adivinos. Y ellos también, los magos de Egipto, hicieron las mismas cosas (que Moisés) por medio de sus artes secretas".

El Primer Mandamiento condena la brujería, la magia y todo tipo de adivinación: "Yo Soy el señor tu Dios...no tendrás dioses extraños delante de mi" (Ex 20:2-3).

El Nuevo Testamento igualmente condena la brujería como una realidad perversa: (Gálatas 5,20; 13,6; Apocalipsis 21,8; 22,15). El mago Simón era practicante de la magia pero le dio envidia de los Apóstoles al ver que la gente recibía el Espíritu Santo cuando ellos imponían las manos. Ofreció dinero a los Apóstoles para que le enseñaran como hacer esto y Pedro le contestó: "...tú corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete , pues, de esa tu maldad..." (Hechos 8:9-22).

La brujería opera con poder satánico (dado por Satanás). Se trata de los poderes que oprimen a los hombres y que Jesucristo confrontó hasta morir y resucitar para librarnos de ellos. Su victoria no nos evita la lucha contra el maligno sino que nos da la fuerza para vencerlo si tenemos fe.

Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. Efesios 6:12

Debemos evitar tanto el exagerar como el minimizar el poder de Satanás. En una guerra es esencial conocer las fuerzas contrarias y saber como vencerlas. Satanás tiene poder para tentar y asediar a los fieles, pero su poder no es comparable al de Dios Todopoderoso. Satanás puede causar persecuciones y hasta el martirio de los fieles. La victoria de los santos no está en vivir sin pruebas sino en vencerlas manteniéndose fieles a Dios.

El demonio existe y entra en relación con aquellos que lo buscan. Como recompensa a quién le ofrece culto, el demonio otorga poderes preternaturales para obtener poder, fama, dinero, influencia, es decir las cosas que desea la carne. Por medio de la brujería se puede llegar a lograr el éxito en el mundo profesional ya sea como artista, profesional, militar, político, etc. Estas personas pueden parecer muy atractivas y tener un gran don de ganarse a la gente hasta el punto de atraer grandes multitudes y convertirse en dioses para sus admiradores los cuales son capaces de hacer hasta lo irrazonable por sus ellos. Los poderes del mal pueden cegar las mentes y fanatizarlas portentosamente. La brujería no es mera superstición. El demonio ciertamente arrastra hacia su reino del mal a los que se involucran en ella y a sus aduladores. Si no hay arrepentimiento y conversión, el final será el infierno.

Qué hacer contra las brujerías

Al enterarse de que alguien le está haciendo un "trabajo" de brujería, muchas personas tienen miedo. Esto es lo que el quiere ya que por el miedo puede dominarnos. Debemos recordar que el demonio nada puede contra los que son fieles a Dios. Nuestro Padre Celestial es Todopoderoso y nos ama. El demonio sólo puede con aquellos que no confían en Dios y por falta de fe están espiritualmente débiles o muertos. Son como pollitos que se han alejado de la protección de la gallina y se exponen al gavilán. Por eso Jesús nos dice:

¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! Mateo 23:37

Quién está amenazado por brujerías que recurra al Señor por protección y no tema. Debe poner en Dios toda su confianza y practicar su fe, no por miedo a la brujería sino por convicción: acercarse a los sacramentos, la oración personal y pedir a los hermanos que oren por él. La gracia del Señor jamás faltará a quién la busque.

Jamás debemos ir a otro brujo para "defendernos". Eso sería caer en la trampa del demonio haciendo lo que él quiere: que desconfiemos de Dios para que recurramos a él.

Muchas veces las personas recurren a la brujería en momentos de desesperación, cuando creen que es el último recurso que les queda. En esos momento vulnerables alguien les ofrece la brujería como una solución fácil. Como católicos jamás recurrimos a ningún medio espiritual fuera de Dios. Cuando pedimos la intercesión de los santos, por ejemplo, no buscamos una vía alterna sino que buscamos su ayuda tan solo y precisamente para mantenernos fieles al Señor como ellos lo hicieron. Hay dos familias: la de Dios y la del demonio. Cada uno recurre a los miembros de la suya. Pidamos a Dios que prefiramos morir antes de buscar algo del demonio.

Evangelio del día 20 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 14,1-6. Viernes de la IV Semana de Pascua

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.


Comentario:


Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida - San Buenaventura



Acerquémonos apresuradamente a nuestro Redentor Jesús. Unámonos a la asamblea de los santos, a la reunión de los justos. Nos acercamos a nuestros hermanos, a los que nos instruyeron en la fe... El Señor será la luz de todos y esta «luz verdadera que alumbra a todo hombre» ((Jn 1,9) brillará para todos. Iremos a donde Nuestro Señor Jesucristo ha preparado una morada para sus siervos para que donde él está estemos también nosotros. Ésta es su voluntad... Nos comunica su deseo: «Volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde voy a estar yo.» (Jn 14,2-3)...

Nos ha mostrado el lugar y el camino cuando dice: «Vosotros ya sabéis el camino para ir adonde yo voy.» (Jn 14,4) El lugar es estar junto al Padre; el camino es Cristo, como él mismo dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.» (Jn 14,6) Entremos en este camino, unámonos a la verdad, sigamos la vida. El camino es el que nos conduce, la verdad la que nos asegura, la vida es que se nos da él mismo. Y para que comprendamos bien lo que él quiere, añade más adelante: «Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde esté yo, para que contemplen la gloria que me has dado, porque tú me amaste antes de la creación del mundo.» (Jn 17,24)

Te seguimos, Señor Jesús. Pero, para que te sigamos ¡llámanos porque sin ti, nadie llega hasta ti! Tú eres el camino, la verdad y la vida. Tú eres nuestro auxilio, nuestra fe, nuestra recompensa. ¡Acoge a los que te pertenecen, tú que eres el camino; fortifícalos, tú que eres la verdad; vivifícalos, tú que eres la vida!

San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la iglesia
El itinerario de la mente hacia Dios, VII, 1-2,4,6 (cf. breviario)

San Bernardino de Siena - 20 de mayo


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jueves, 19 de mayo de 2011

El Papa pidió a los católicos rezar por la Iglesia en China


Antes de finalizar la Audiencia general de esta mañana, frente a miles de peregrinos, el Santo Padre pidió rezar intensamente por la Iglesia en China y recordó que el próximo 24 de mayo se celebra la memoria litúrgica de María Auxiliadora, venerada con gran devoción en el Santuario de Sheshan en Shangái.

Dijo el Papa “Durante el tiempo pascual, la liturgia canta a Cristo resucitado de entre los muertos, vencedor de la muerte y del pecado, vivo presente en la Iglesia y en los avatares del mundo. La Buena Nueva del Amor de Dios manifestándose en Cristo, el Cordero inmolado, Buen Pastor que da la vida por los suyos, se extiende incesantemente hasta los últimos confines de la tierra y, al mismo tiempo, encuentra rechazo y obstáculos en todas las partes del mundo. Como entonces, todavía hoy, de la Cruz a la Resurrección”.

“La Iglesia en China, sobre todo en este momento, tiene necesidad de la oración de la Iglesia universal. Invito, en primer lugar, a todos los católicos chinos a continuar y a intensificar la propia oración, sobre todo a María, Virgen poderosa, pero también invitó a “todos los católicos del mundo a rezar por la Iglesia que está en China, debe ser un compromiso: aquellos fieles tienen el derecho de nuestra oración, tienen necesidad de nuestra oración”.

“Allí, como en otras partes, Cristo vive su pasión. Mientras aumenta el número de los que lo reciben como su Señor, por otros, Cristo es rechazado, ignorado o perseguido. La Iglesia en China, sobre todo en este momento, tiene necesidad de la oración de la Iglesia universal”.

Continuó el Pontífice: “Sabemos por los Hechos de los Apóstoles que, cuando Pedro estaba en la cárcel, todos rezaron con fuerza y obtuvieron que un ángel lo liberara. También nosotros hacemos lo mismo: rezamos intensamente, todos juntos, por esta Iglesia, confiados en que, con la oración, podemos hacer cualquier cosa muy real por ella”.

“Los católicos chinos, como dije muchas veces, quieren la unidad de la Iglesia universal, con el Pastor supremo, con el sucesor de Pedro. Con la oración podemos obtener para la Iglesia en China permanecer una, santa y católica fiel y firme en la doctrina y en la disciplina eclesial. Ella merece todo nuestro afecto”.

Refiriéndose al sufrimiento de los católicos chinos Benedicto XVI manifestó: “Sabemos que, entre nuestros hermanos obispos, hay algunos que sufren y son oprimidos en el ejercicio de su ministerio episcopal. A ellos, a los sacerdotes y a todos los católicos que encuentran dificultades en la libre profesión de la fe expresamos nuestra cercanía. Con nuestra oración podemos ayudarlos a encontrar el camino para mantener viva la fe, fuerte la esperanza, ardiente la caridad hacia todos e íntegra la eclesiología que hemos heredado del Señor y de los apóstoles y nos ha sido transmitida con fidelidad hasta nuestros días”.

“Con la oración podemos obtener que su deseo de estar en la Iglesia una y universal supere la tentación de un camino independiente de Pedro. La oración puede obtener, por ellos y para nosotros, la alegría y la fortaleza de anunciar y de testimoniar, con toda franqueza y sin impedimento, a Jesucristo crucificado y resucitado. El Hombre nuevo, vencedor del pecado y de la muerte”.

Y finalizó su exhortación invocando la protección maternal de la Virgen: “Con todos pido a María para que interceda para que cada uno se conforme cada vez más estrechamente a Cristo y se entregue con generosidad siempre nueva a los hermanos. A María pido que ilumine a aquellos que están en la duda, que vuelva a llamar a los descarriados, que consuele a los afligidos, que refuerce a aquellos que están seducidos por las artimañas del oportunismo. ¡Virgen María, Auxilio de los cristianos. Nuestra Señora de Sheshan, ruega por nosotros!”+



AICA

Evangelio del día 19 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 13,16-20. Jueves de la IV Semana de Pascua


Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía.
Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.
No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.
Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy.
Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió".

Comentario:


Recibir al que Yo envío, es recibirme a mí mismo - San Pío de Pietrelcina


Tras el amor de nuestro Señor, te recomiendo el de la iglesia, su Esposa. Ella es de alguna manera la paloma que incuba y da lugar a la descendencia del Esposo. Da todos los días gracias a Dios por ser hija de la iglesia, a ejemplo de un gran número de almas que nos han precedido en esta ruta bendita. Ten mucha compasión de todos los pastores, predicadores y guías espirituales; se encuentran esparcidos por la superficie de la tierra... Ruega a Dios por ellos, para que se salven, sean fecundos y proporcionen la salvación a las almas.
Ruega por las personas infieles como por las fervientes, reza por el Santo Padre, por todas las necesidades espirituales y temporales de la Iglesia, porque ella es nuestra madre. Haz también una oración especial por todos aquellos que estamos implicados en la salvación de las almas para gloria del Padre.

San Pío de Pietrelcina (1887-1968), capuchino
Ep 3, 707; 2, 70

San Crispín de Viterbo - 19 de mayo


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San Celestino V, Papa - 19de mayo


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miércoles, 18 de mayo de 2011

Evangelio del día 18 de mayo de 2011


Evangelio según San Juan 12,44-50. Miércoles de la IV Semana de Pascua

Jesús exclamó: "El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
Y el que me ve, ve al que me envió.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".

Comentario:

El que me ve a mí, ve al que me ha enviado - San Agustín

Aquel que llamó a Jesús "maestro bueno", y le pidió consejo para llegar a la vida eterna, recibió esta respuesta: "¿por qué me preguntas sobre lo que es bueno?". "Nadie es bueno salvo el mismo Dios" (Mc 10, 17-18)... Sí, si me tomas en mi condición divina, soy bueno, pero si me aceptas sólo en la condición humana en que me ves ahora, ¿por qué me preguntas sobre lo que es bueno si tu eres de aquellos que solamente «verán al que traspasaron»?(Jn 19,37; Za 12,10) esta visión será para ellos su desgracia, este será su castigo.
Hay, en efecto, una visión en la que contemplaremos la esencia inmutable de Dios, invisible a los ojos humanos, y esta visión que se ha prometido sólo a los santos es la visión que el apóstol Pablo llama un cara a cara (1 Cor 13:12), de esta visión del apóstol Juan dice: «Nosotros seremos semejantes a Dios, porque le veremos tal cual es» (1 Jn 3:2) y el salmista: «Sólo he pedido una cosa al Señor: contemplar la dulzura del Señor (Sal 26,4).El Señor mismo dice: "Yo lo amaré y me manifestaré a él» (Jn 14:21). Es por esta visión por la que purificamos nuestros corazones en la fe, a fin de ser del número de estos «puros de corazón que verán a Dios» (Mt 5,8). Entonces esta visión, únicamente, es nuestro mayor bien, y para lograrla tenemos el deber de hacer todo lo que hacemos bien hecho.


San Agustín (354-430), Obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia. La Trinidad, I, 13, 30-31
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