martes, 30 de junio de 2009

El mito de las Riquezas de la Iglesia


Los tesoros vaticanos... ¿Porqué la Iglesia tiene tantos tesoros en el Vaticano mientras hay tantos pobres en el mundo?
Esta sencilla frase hace sufrir a muchos católicos. Se sienten mal al escucharla y no saben qué pensar, contestar, explicar... ellos mismos se quedan un poco confundidos. Analicemos un poco el asunto.
Lo primero es acotar el problema, cosa no fácil. ¿Qué es lo que se quiere decir con esa frase?
1. El cuestionamiento
Con el asunto de las riquezas de la Iglesia, no es claro qué es lo que se cuestiona o critica. Lo primero que se observa al analizar la cuestión es la falta de datos y acusaciones concretas. Estamos frente a un cuestionamiento difuso, nada claro, sin datos. Porque nunca es claro a qué riquezas se refiere, qué es lo malo de esas riquezas hipotéticas, quiénes son los culpables (porque los pobres también son parte de la Iglesia), y exactamente cuál es la culpa, qué es lo que se espera que la Iglesia debería hacer, etc.
A simple vista lo primero que se intuye es que se trataría de una acusación a la Iglesia de insensibilidad ante el problema de la pobreza: ¿cómo es posible que la Iglesia viva con tantas riquezas cuando hay tantos pobres en el mundo? Esta acusación se presentaría como hecho que desacreditaría a la Iglesia en cuanto tal: es decir, una institución que vive semejante hipocresía (decir que ama a los pobres, mientras está llena de riquezas que no pone al servicio de los mismo) no sería digna de ser tomada, en cuenta ni creída, ni aceptada. Esta sería una de las mayores vergüenzas de la Iglesia, ante la cual no habría defensa ni explicación posible.
2. Lo real ¿De qué riquezas estamos hablando?
Seamos serios, que alguien aporte datos. Si se da por supuesto que en el Vaticano hay grandes tesoros que se diga ¿qué tipo de tesoros? ¿joyas, cuentas bancarias...? ¿dónde están? ¿cuánto es su valor? Pero uno comienza a preguntarse, ¿acaso alguien considera a la Iglesia como una institución millonaria? ¿Quien pensaría encontrar obispos en las revistas con listas de millonarios tipo Fortune? ¿Tiene la Iglesia fines de lucro? ¿Da dividendos...? ¿Cotiza en bolsa?
La acusación, de entrada, sugiere cosas falsas: la vida lujosa del Papa, obispos, curas, monjas, etc., que serían quienes usufructuarían de esos tesoros. Afán de lucro escondido bajo la excusa de la religión... Además estimula imaginaciones frondosas: al hablar de "tesoros" uno imagina cuartos llenos de lingotes de oro, cofres llenos de joyas, películas de piratas...
Pero en la realidad, ¿a qué "riquezas" se refieren? Basta que mires las pertenencias de la Iglesia que están a tu alcance -tu parroquia, tu catedral...- para no encontrar cosas lujosas por ningún lado.
Los "tesoros" -como los llaman- son un tesoro cultural, espiritual, histórico, pues se trata de iglesias, imágenes, cuadros, frescos, cálices, ornamentos, ... Esos "tesoros" no tiene ningún valor comercial, ni financiero. Están dedicados al culto divino en iglesias o expuestos en Museos que conservan el patrimonio cultural de dos mil años de cristianismo.
3. ¿Una solución al problema de la pobreza?
Desde el punto de vista económico...y si rematamos todo ¿qué pasa?
Antes de entrar en el problema de fondo y demostrar que estamos frente a un debate artificial y sin sentido... detengámonos a considerar el tema desde el mero punto de vista utilitario: lo inútil de una supuesta venta del Vaticano.
Porque el anónimo acusador insinúa que la Iglesia debería deshacerse de todo... para el bien de los pobres... y de los millonarios que participarían del remate... Bueno, hagamos números. ¿Cuanto representa en plata todo lo contenido en el Vaticano? No tengo ni idea... pero digamos ¿cien millones de dólares? ¿mil? ¿diez mil?... ¿Qué es eso para el problema del hambre o del subdesarrollo? ¿Alguien de buena fe puede pensar que sería una solución real para los problemas de los pobres? Si se vendiera todo... ¿a cuántos ayudaría durante un día? ¿serviría para algo? ¿No sería más bien un empobrecimiento inútil de la Iglesia ... (lo que en realidad estarían deseando los acusadores... aunque se contentan con sembrar desprestigio con argumentos sentimentales y vacíos de valor racional)?
En realidad, desde el punto de vista económico, el sólo hecho de plantear el problema de las riquezas del Vaticano es algo prehistórico, ya que hoy en día la riqueza no está dada por la propiedad de algunos terrenos o piezas de museo sino por marcas (¿cuánto valen los logos de Mc Donald, Shell, Coca o Telefonica?), acciones en Bolsa, etc. Y de este género de riqueza -la que es real riqueza hoy- la Iglesia no tiene nada (ni siquiera tiene la Biblia patentada...).
Cualquier Estado del mundo con un pequeño porcentaje de su presupuesto anual podría posiblemente aportar mucho más que la venta total de todo el Vaticano, territorio incluido.
Además, el problema de la pobreza no se arregla con una donación: es un problema de desarrollo y requiere un flujo permanente de recursos. Por ejemplo, ¿de qué serviría la donación de un hospital a un país que no contara con recursos para mantenerlo, pagar sueldos, comprar medicinas...? Hacer funcionar un hospital en no mucho tiempo es más caro que el hospital mismo... La deuda externa argentina ha llegado a los 250 mil millones... Si se tratara de vender todo lo que existe en Argentina para pagarla... no alcanzaría... Esto muestra que nadie puede seriamente proponer que vendiendo cuatro imágenes, tres iglesias y unos cuadros... se podría arreglar algún problema de pobreza.
Es como proponer que le vendamos a los ingleses las Malvinas a cambio de una disminución de la deuda externa... No creo que los mexicanos sientan mucha felicidad cuando piensan que vendieron Texas a los Estado Unidos... Desprenderse de la tierra que contiene la propia historia y valores artísticos y culturales... no es un gran negocio para nadie. La pérdida del patrimonio cultural conduce a la pérdida de la propia identidad.
4. El patrimonio de los pobres ...
Además, contrariamente a lo que la acusación sugiere, las supuestas riquezas de la Iglesia son patrimonio de los pobres, que lo sienten como suyo, porque realmente lo son.
Un botón de muestra. Cuando Juan Pablo II hizo su primer viaje a Brasil, después de una ceremonia salió del protocolo, se metió en medio de una favela y visitó una familia. Conmovido, les dejó de regalo su anillo de Papa. ¿Vos pensás que fueron lo suficientemente idiotas como para venderlo por su peso en oro y comprarse unas cocas...? Es su tesoro, lo conservan en la capillita de la favela. Los pobres son pobres, pero no tontos...
¿Y qué pobre argentino no se siente orgulloso de la basílica de Luján? ¿Acaso preferiría vendérsela a los musulmanes para que la transformen en una mezquita y que el fruto de la venta se reparta entre los pobres argentinos a los que tocaría quizá menos de un peso a cada uno... para comprarse un "choripán"? ¿Pensás que sería un buen negocio para los pobres?
Nunca he escuchado a un pobre quejarse de supuesta riqueza de su parroquia o capilla... en cambio los he visto trabajar y sacrificarse duramente para mejorarla. Son los que con más orgullo muestran sus "tesoros".
Además, la experiencia también enseña... En los ´60 y ´70 hubo algunos sacerdotes que, quizá víctimas de esta acusación, vendieron imágenes, cálices, custodias... ¿Qué pasó con el fruto de su venta? Lo único claro es que no existe más... ¿Alguien puede pensar que esos cálices están mejor en vitrinas de las casas de los ricos que en un altar de cualquier iglesia?
5. ¿Porqué la Iglesia tiene bienes?
Yendo al fondo de la cuestión. ¿Cuál es el problema de los supuestos tesoros vaticanos? ¿Es malo que la Iglesia tenga bienes? ¿Qué conserve obras de arte? ¿De dónde los saca? ¿A quien perjudica el tenerlos? ¿Es acaso contrario a la enseñanza de Cristo?
En realidad no existe ningún problema. Basta recordar el elogio de Jesús a María por haber derramado un perfume carísimo sobre sus pies y a la viuda que puso todo lo que tenía como limosna al templo. Es más, es lógico que necesite bienes materiales. Como no está compuesta sólo por ángeles, para enseñar a la gente el camino al cielo necesita edificios, bibliotecas, computadoras, autos... Para dar culto a Dios necesita templos, altares... Para ayudar a la piedad necesita imágenes, libros... Para enseñar a las gentes necesita escuelas, universidades... No parece que en estos dos mil años la Iglesia se haya dedicado a acumular dinero: esos "tesoros" acumulados en dos mil años de donaciones... son objetos de culto, etc. Normalmente quienes han cuidado de esos bienes han sido personas que vivieron voluntariamente la pobreza, que dejaron todo por seguir a Cristo, que no han tenido nada de patrimonio personal.
¿Qué bienes tiene la Iglesia? Los que juzga necesarios para el cumplimiento de su misión, que es de orden exclusivamente espiritual.
Si lees la Sagrada Escritura descubrirás que la magnificencia del culto divino es un mandato que la Iglesia ha recibido de Dios. Tratando de dar a Dios cosas buenas... está siendo fiel a lo que su Señor le ha pedido.
La tan vapuleada riqueza está compuesta por cosas que no se guardan con avaricia, sino que se usan en el ejercicio de la misión de la Iglesia. Por ejemplo, anualmente por la basílica de San Pedro pasan cuatro millones de peregrinos..., se celebran veinte mil misas, hay ochenta ceremonias solemnes... de las que unas treinta son presididas por el Santo Padre... O sea que tiene un uso bastante más intenso que la cancha de River... ¿Te parecería razonable vender la Pietá de Miguel Angel y poner en su reemplazo una copia plástico inflable para que la gente le rece?
Por otro lado los cuida, los usa y les saca el jugo bastante bien. La Basílica de San Pedro tiene 500 años... lo que mostraría que está bastante amortizada... que fue una idea genial hacerla con buenos materiales... que la hacen tan barata a largo plazo...
Por otro lado, la acusación parece sugerir una conexión entre las "riquezas" y la pobreza de los pobres. Pero, no hay relación alguna entre la belleza de la Basílica de San Pedro y la pobreza de una villa de Buenos Aires... Creo que es suficientemente claro que la primera no es la causa de la segunda. Por tanto no veo porqué conectar ambas cosas. Carece de sentido hacerlo. El problema es inventado, no es real.
Si se fuera coherente con el planteo, ¿porqué no poner también en tela de juicio al Islam y las mezquitas; el judaísmo y las sinagogas... y hasta el edificio del congreso, la casa rosada, todos los museos, los Mc Donalds, shopping centers, el parque de la costa, los boliches... en fin, con todo lo que no sea un rancho miserable?... Y comenzando por tu propia casa: ¿cómo podés vivir ahí mientras haya gente que se muere de hambre? Este cuestionamiento carece de sentido. ¿Porqué podría estar mal que la Iglesia tenga templos lindos? ¿Qué aportaría a la bondad de la Iglesia la fealdad y la pobretería?
6. ¿Es necesaria la belleza? ¿la historia?
Como los "tesoros" de los que se habla son básicamente artísticos y forman parte del patrimonio histórico de la Iglesia, parece necesario plantearse si la belleza es buena o mala, si tiene alguna función en la vida humana.
Definitivamente, la belleza mueve al espíritu. Eleva del materialismo... Hace un gran bien al alma. Rezar frente a una imagen linda inspira, eleva el alma. Como criaturas espirituales, el arte es una de las manifestaciones más altas del espíritu humano. Nos eleva y dignifica.
La historia es parte de nuestro ser: a través de la obra de quienes no precedieron -su arte, trabajo, etc.- entramos de alguna manera en comunión con ellos. Necesitamos permanecer unidos a nuestras raíces, a nuestros antepasados en la fe... y el cuidado de lo que nos legaron cumple una misión muy importante al respecto.
Los museos vaticanos muestran que la Iglesia siempre ha fomentado la cultura y todas las manifestaciones del espíritu humano, llegando a ser en ciertos casos la mejor protectora del arte, la ciencia y la cultura. La historia humana le debe mucho al respecto, ya que ha protegido el patrimonio cultural de las ochenta generaciones que nos separan de la época de Cristo.
7. ¿Y en cuanto a la legitimidad de esas propiedades...?
Parece al menos curiosa la pretensión de disponer de bienes ajenos. Es decir, ¿quién es el que critica y ataca para decidir qué debería hacer la Iglesia con sus bienes (bienes que evidentemente no pertenecen al acusador)? Porque en el fondo, los bienes que causan tanto escándalo son una propiedad legítima de una institución con dos mil años de historia. No han sido robados ni saqueados, como por otro lado sí lo han sido muchos de los tesoros históricos, artísticos y culturales de los más grandes museos del Mundo como el Louvre, el Británico... (Cualquier duda preguntá a los franceses por los "regalitos" que Napoleón les llevó de Egipto o los "recuerdos" que los ingleses se llevaron del Partenón...). En este caso, han sido fruto de donaciones explícitamente hecha para ese fin: gente que ha donado sus propios bienes para que fueran usados para el culto divino, la educación, la formación del pueblo fiel, el Santo Padre, etc. Es decir, su legitimidad está fuera de toda duda.
8. Pero, al final, la Iglesia ¿hace algo por los pobres?
Lo más curioso e insostenible de la acusación, es la insinuación de inacción frente al problema de la pobreza.
Te desafío a buscar una institución que haya aportado tanto bien al mundo -y si querés, en particular a los pobres- como la Iglesia Católica. Si bien su fin es espiritual -la salvación de las almas-, ninguna institución con fines temporales podría haber representado tanto bien desde el mero punto de vista humano.
No te olvides de quién "inventó" los hospitales y universidades. Quién promovió la educación a través de los siglos. Quién luchó contra la esclavitud. Quién se ha dedicado a atender a los minusválidos, a los huérfanos, inmigrantes, moribundos, leprosos, chicos de la calle... Quién atiende la mitad de los enfermos de SIDA que hay en el mundo... Una visita al Pequeño Cotolengo Don Orione no te vendría mal. O a algún comedor infantil de alguna villa, o a algún hogar de la Madre Teresa, o cualquier local de Caritas parroquial, o ... En nuestro país, a la hora de catástrofe naturales, la única institución fiable para repartir ayudas es Caritas... la gente no confía en nadie más.
Algunos datos. Veamos la contabilidad del objeto del ataque de las riquezas del Vaticano. El presupuesto anual de la Santa Sede es de 145 millones de dólares. A esto se debe añadir el Ovolo de San Pedro: 60 millones que se destina enteramente a obras de caridad y ayuda a necesitados. Es decir, estamos hablando de una institución que destina el 29,26% de sus ingresos brutos sólo a obras de caridad... No contemos los millones de dólares que instituciones católicas (muchas pertenecientes a Conferencias Episcopales) dan de ayuda al los países pobres: Adveniat, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Manos Unidas, y un largo etc.
Buscá una institución que hoy haga más por los pobres que la Iglesia Católica. ¿No parece una burla esta crítica a la institución que -por lejos- hace más por los pobres? La lista de las labores asistenciales de la Iglesia Católica es realmente impresionante: mirala despacio y pensá un poco. Después sacá tus propias conclusiones.
En resumen y como conclusión: el cuestionamiento es ridículo.
¿Hay alguna relación entre las obras de arte de los Museos Vaticano y las imágenes de las iglesias con la pobreza? La respuesta no admite ninguna duda: ¡NO!
1. No existe una relación causal. Los primeros no son la causa de la segunda.
2. Si el Vaticano no existiese, la situación de los pobres sería peor, porque desaparecería el mayor benefactor de los necesitados.
3. La existencia de bienes artísticos y religiosos, ¿afecta de alguna manera la pobreza? No, en absoluto.
4. ¿Es ofensivo? En el sentido que sería una cachetada a la pobreza... No, a los pobres también les gustan la cosas lindas y gozan con ellas.
5. ¿Es verdad que la Iglesia tenga grandes tesoros económicos en la actualidad? No.
6. Si se vendiese todo lo que tenga algún valor, ¿mejoraría la situación de los pobres del mundo? No afectaría en lo más mínimo la situación económica de los pobres.
7. ¿Es quizá una muestra de indiferencia ante el problema de la pobreza? En absoluto, ya que el trabajo de la Iglesia en favor de los pobres está absolutamente fuera de duda.
8. ¿El mantenimiento de esos bienes no supondrá gastos extraordinarios que podrían destinarse a la lucha contra el hambre? No, porque se auto-mantiene con el valor de la entrada a museos... y contratos como los que facilitaron la restauración de la Capilla Sixtina sin poner un peso.
9. ¿Se invierten actualmente grandes sumas de dinero en incrementar esos bienes? No, es el fruto de dos mil años de cristianismo... Esperemos que nosotros sepamos dejarle a nuestros descendientes algo de valor y buen gusto.
Me parece que en está página queda suficientemente demostrado, que las supuesta riquezas del Vaticano, no representan ningún problema real ni amenaza para los pobres. Es más, que la tan mentada crítica es una tomada de pelo. Una burla que no resiste el más elemental análisis racional. Usar a los pobres para atacar a la Iglesia es, al menos, una broma de mal gusto... Y más todavía que sea hecho por quienes nunca han hecho nada por los pobres...

Santos Protomártires Romanos - 30 de junio


No sabemos sus nombres, salvo que los apóstoles Pedro y Pablo encabezaron este numeroso grupo de los primeros mártires romanos, víctimas de la persecución de Nerón tras el terrible incendio que destruyó gran parte de Roma en el año 64 (19 de julio). Fue precisamente en el transcurso de esta persecución cuando se produjeron los martirios de San Pedro y San Pablo, por lo que la fiesta de los protomártires se celebra el 30 de junio, es decir, el día siguiente a la de estas dos columnas de la Iglesia.


En comparación con la comunidad hebrea, los cristianos residentes en Roma en aquella época constituían un grupo de personas reducido. De ellos, poco conocidos, circulaban voces calumniosas, y sobre ellos hizo recaer Nerón, condenándolos a terribles suplicios, la culpa del incendio, a fin de que cesaran las acusaciones que se le habían hecho a él.

En este sentido, el emperador se sirvió del hecho de que las ideas que profesaban los cristianos eran un abierto desafío a los dioses, celosos y vengativos.

“Los paganos—recordará más tarde Tertuliano— atribuyen a los cristianos cualquier calamidad pública, cualquier flagelo.

Si las aguas del Tíber se desbordan e inundan la ciudad, si por el contrario el Nilo no se desborda ni inunda los campos, si hay sequía, carestía, peste, terremoto, la culpa es toda de los cristianos, que desprecian a los dioses, y por todas partes se grita: ¡Los cristianos a los leones!”

Los hechos acaecidos tras el incendio están atestiguados por el más célebre de los historiadores romanos, el pagano Tácito (Annales, 15, 44), quien no expresa la menor simpatía por los cristianos, tal y como lo demuestran los calificativos que emplea al referirse a ellos: “ignominias”, “execrable superstición”, “odio al genero humano”, “culpables”, merecedores del máximo castigo”…


Lo de menos es que fuera verdad que los cristianos hubieran incendiado Roma, el odio se había desatado y todos tenían que morir.

Tácito especifica claramente los géneros de muerte que se aplicaron a los cristianos: “A su suplicio se unió el escarnio, de manera que perecían desgarrados por los perros tras haberles hecho cubrirse con pieles de fieras, o bien clavados en cruces, al caer el día, eran quemados de manera que sirvieran como iluminación durante la noche”.

También hace referencia a ellos San Clemente, Obispo de Roma, en su carta a los Corintios (caps. 5-6), donde narra lo siguiente: “Pongamos ante nuestros ojos a los santos apóstoles. A Pedro, que por una hostil emulación tuvo que soportar no una o dos, sino innumerables dificultades, hasta sufrir el martirio y llegar así a la posesión de la gloria merecida.

Esta misma envidia y rivalidad dio a Pablo ocasión de alcanzar el premio debido a la paciencia: en repetidas ocasiones, fue encarcelado, obligado a huir, apedreado y, habiéndose convertido en mensajero de la palabra en el Oriente y en el Occidente, su fe se hizo patente a todos, ya que, después de haber enseñado a todo el mundo el camino de la justicia, habiendo llegado hasta el extremo Occidente, sufrió el martirio de parte de las autoridades y, de este modo, partió de este mundo hacia el lugar santo, dejándonos un ejemplo perfecto de paciencia. A estos hombres, maestros de una vida santa, vino a agregarse una gran multitud de elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo”.


Juan Pablo II al referirse a estos mártires romanos decía: “es necesario recordar el drama que experimentaron en su alma, en el que se confrontaron el temor humano y la valentía sobrehumana, el deseo de vivir y la voluntad de ser fieles hasta la muerte, el sentido de la soledad ante el odio inmutable y, al mismo tiempo, la experiencia de la fuerza que proviene de la cercana e invisible presencia de Dios y de la fe común de la Iglesia naciente. Es preciso recordar aquel drama para que surja la pregunta: ¿algo de ese drama se verifica en mí?

Esperan la beatificación del Cura Brochero para el Año Sacerdotal


Mendoza, 23 Jun. 09 (AICA)


Los fieles le rezan al Cura Brochero

El arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia, y el obispo auxiliar, monseñor Sergio Buenanueva, expresaron su deseo de que el Cura Brochero sea beatificado en el transcurso del Año Sacerdotal, que se inició el pasado viernes 19 de junio, y convocaron a la feligresía local a rezar por ello mediante la oración escrita por la Conferencia Episcopal Argentina.

“¡Recemos a la Purísima por esto! Sería una gracia muy grande para los curas argentinos y para la entera Iglesia que peregrina por esta tierra”, subrayan en un mensaje por el inicio de este tiempo especial convocado por el papa Benedicto XVI, en ocasión al cumplirse 150 años de la muerte de San Juan María Vianney, el Cura de Ars.

Recordaron además que “con esta iniciativa, la Iglesia quiere decirle a cada uno de los sacerdotes que está orgullosa de ellos, que los ama y que reconoce su entrega y testimonio de vida”.

Asimismo, anticiparon que el Equipo de Formación permanente y la Obra de las Vocaciones Sacerdotales desarrollarán en la diócesis un programa sencillo para aprovechar este año especial.

Al iniciarse el Año Sacerdotal, hubo un día de adoración continua del Santísimo Sacramento en el Seminario, la parroquia Santiago Apóstol y San Nicolás, y en la capilla de las Hermanas de María Inmaculada (San Martín 147), entre otras.+

lunes, 29 de junio de 2009

San Pedro, Apóstol, Papa, martir - San pablo, Apóstol, mártir - 29 de junio


San Pedro

Un día estando San Juan Bautista con algunos discípulos, vio a Jesús y señalándolo dijo: "He aquí el Cordero de Dios"

Oyéndolo, dos discípulos se fueron tras Él. Y Jesús volviéndose, les dijo "¿Qué buscáis?" Ellos le dijeron: "Maestro, ¿dónde vives?" Y el contestó: "Venid y lo veréis". Se fueron con Jesús y se quedaron con Él todo aquel día.

Uno de los dos discípulos era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Él, al primero que halló, después de haber estado con Jesús, fue a Simón, su hermano, a quien le dijo que habían encontrado al Mesías. Simón escuchó con mucha atención a su hermano y quiso verle también, por lo que los dos se fueron en busca de Jesús.

Cuando llegaron donde El estaba, Jesús fijó en Simón su mirada y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan. Tú serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro o piedra…".

Un día, preguntó Jesús a sus discípulos: "¿Quién dicen las gentes que es el Hijo del Hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros que Jeremías o uno de los profetas".Jesús añadió: "Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?" Tomando la palabra, Simón dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Este es el primer dogma definido por el Papa, asistido del Espíritu Santo), por eso, Jesús le respondió: "Bienaventurado eres, Simón porque esta verdad no te la ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra será también desatado en los cielos".

Atar significa el poder que tiene el Papa para imponer leyes o deberes que obligan en conciencia, como el de oír misa los domingos, etc. Y desatar es la misma autoridad y poder que le dio Jesucristo para poder anular algunas obligaciones que él puede derogar.

El Papa es el vicario de Jesucristo y puede imponer leyes en su nombre, como son los cinco mandamientos de la Santa Iglesia. Y los demás obispos tienen la misma autoridad de los Apóstoles, porque son sus sucesores.

A los apóstoles, les dijo Jesús: "Quien a vosotros os recibe, a mí me recibe… El que a vosotros os escucha, a mí me escucha; y el que os desprecie, a mí me desprecia… Se le perdonarán los pecados a aquellos a quienes vosotros se los perdonéis, y no se le perdonarán a aquellos a quienes vosotros no se los perdonéis".

Cuando Jesucristo eligió a San Pedro para que fuera Papa, sabía que cometería un grave pecado; y sin embargo no eligió a otro apóstol, sino a él. Por eso le dijo: "¡Simón, Simón! Mira que Satanás va tras de vosotros para zarandearos como al trigo; mas yo he rogado por ti a fin de que no perezcas; y tú, cuando te arrepientas, confirma en la fe a tus hermanos"."Señor, respondió Pedro, yo estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel o a la misma muerte" Pero Jesús le aseguró: ¡Oh, Pedro! Esta misma noche, antes de que el gallo cante, ya me habrás negado tres veces".

Pero Pedro, a pesar de sus protestas, se olvidó, y ante la voz de una mujer que le acusaba, juró que no conocía a Jesús. Lo negó tres veces, y a la tercera cantó el gallo. Entonces recordó las palabras del Maestro, y dándose cuenta de su pecado, lloró amargamente y Jesús, después de resucitar, lo perdonó.

En el día de Pentecostés, estando los discípulos reunidos, aparecieron unas lenguas de fuego que se repartieron sobre ellos y se sintieron llenos del Espíritu Santo.

Entonces Pedro, como jefe de la asamblea, salió al balcón y empezó a predicar. Al oírlo, se reunieron junto a él, gran cantidad de judíos, de todas las regiones y lenguas.

Las gentes que le oían, se preguntaban: "¿Quién es éste? ¿No es el galileo? Aquí estamos personas de muchas regiones, que hablamos lenguas diferentes y entre nosotros no nos entendemos. ¿Pues cómo es que a éste todos le entendemos?" Y tal fue la admiración de la gente, que en aquel día se hicieron cristianos más de tres mil personas.

Subían un día Pedro y Juan al Templo, cuando se encontraron con un hombre paralítico. Pasando junto a él, Pedro le dijo: "Míranos, plata u oro no tengo; pero te doy lo que tengo. En nombre de Jesús Nazareno, levántate y ponte a andar".

El enfermo, repentinamente curado, dio un salto y se puso en pie a alabar a Dios. Muchos le conocían y se maravillaron del milagro. Pedro les dijo: "¡Hijos de Israel! ¿Por qué os maravilláis de esto y por qué nos estáis mirando? No hemos sido nosotros, sino el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien vosotros crucificasteis". Las palabras de Pedro a la vista del milagro, convirtieron a más de cinco mil hombres.

Estando Pedro y Juan enseñando en el Templo, llegaron algunas autoridades y los metieron presos Al día siguiente comparecieron ante el pontífice, el cual les preguntó: "¿Con qué potestad o en nombre de quién habéis hecho esa curación del paralítico?".

Pedro le contestó diciendo: "En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, a quien vosotros crucificasteis y Dios ha resucitado. En virtud de Él, está sano ese hombre".

Entonces ordenaron a los guardias que los sacasen, y ellos se pusieron a deliberar entre sí diciendo: "¿Qué haremos con estos hombres?. Ha sido un milagro tan claro y evidente que no es posible negarlo. Lo único que podemos hacer es obligarles a no vuelvan a tomar en la boca ese nombre, ni hablen más de El a persona viviente".

Entonces, llamándolos de nuevo, les amenazaron que por ningún caso hablasen ni enseñasen en nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan les respondieron "Juzgad vosotros qué es más justo en la presencia de Dios: si el obedeceros a vosotros o el obedecer a Dios".

Los Apóstoles seguían haciendo muchos milagros en el pueblo. Todos los que estaban enfermos se ponían por donde Pedro pasaba y con sólo tocarles quedaban curados. Así llegaban a Jerusalén muchas gentes de todas las ciudades, trayendo enfermos que eran curados.

Alarmados por esto, los príncipes de los sacerdotes prendieron a Pedro y a Juan y los metieron en la cárcel. Mas el ángel del Señor, abriendo por la noche las puertas, los puso en libertad y los mandó volver al Templo a predicar.

Reunidos en concilio los sacerdotes, mandaron ir por los presos para ser interrogados. Pero regresaron los soldados diciendo: "La cárcel la hemos hallado bien cerrada, y los centinelas en todas las puertas; pero los presos han desaparecido". En ese momento, llegó uno diciendo: "Aquellos hombres, están ahora enseñando en el Templo".

Inmediatamente fue allá el comandante y los trajeron. El sumo sacerdote les dijo: "¿No os teníamos formalmente prohibido que volvieses a enseñar en nombre de Ese?" Pedro contestó: "Cierto; pero es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres".

Herodes mandó encarcelar a Pedro, y para dormir lo hacía atado con cadenas a varios soldados. El rey tenía pensado condenarlo a muerte después de la Pascua; pero mientras Pedro estaba en la cárcel, la Iglesia entera hacía oración por él.

Y sucedió que, la noche anterior al día en que Herodes pensaba matarle, mientras dormían, el ángel del Señor despertó a Pedro, y al instante se le cayeron las cadenas con las que estaba atado a los soldados. Añadió el ángel: "Toma tu capa y sígueme".

Salió Pedro tras el ángel y cruzaron delante de todos los guardias, hasta que llegaron a la puerta de hierro, la cual se abrió por sí misma. Salieron y caminaron hasta el fin de la calle, y allí el ángel desapareció. Entonces fue cuando Pedro se dio cuenta de la realidad y dijo: "El Señor ha mandado a su ángel para librarme de Herodes".

Entonces Pedro se encaminó a una casa donde sabía que se reunían los cristianos, llamó a la puerta, le abrieron, y al verle quedaron asombrados. Les contó cómo había sucedido todo y se retiró.

Después de confirmar en la fe a los hermanos de Jerusalén, San Pedro partió para Roma, que entonces era tenida por la capital del mundo. Fue el obispo de Roma por espacio de unos 25 años, hasta que murió víctima del emperador Nerón.

Nos dice la tradición que al arreciar la persecución, y sabiendo los cristianos el interés que tenía Nerón de encontrar al jefe de los cristianos, consiguieron convencer a Pedro de que se marchase durante algún tiempo a un lugar menos peligroso. Cuando Pedro se disponía a salir de la ciudad, tuvo una visión en donde se encontró con su Señor y Maestro Jesús, que venía hacia Roma cargando a las espaldas con una cruz. Pedro al verlo, humilde y confuso, solamente acertó a decirle: "¿Adónde vas, Señor?" Y el Salvador le respondió: "Voy a Roma para ser crucificado otra vez". La visión desapareció, pero Pedro comprendió la lección: Aquella cruz que traía el maestro era su propia cruz, que debería aceptar valientemente.


Pedro decidió regresar a Roma y aceptar el tormento de la cruz. La guardia romana no tardó en apresarle, y el emperador Nerón le condenó a morir en cruz. A Pedro le pareció tanto honor que, considerándose indigno de morir como el Maestro, suplicó le concedieran el favor de morir cabeza abajo, gracia que le fue concedida. Pedro murió en el Vaticano, el día 29 de junio del año 64.

San Pablo

Las información que tenemos acerca de la vida de este gran apóstol están contenidas en "Los Hechos de los Apóstoles" (Al final de la S. Biblia) y en las cartas del santo. Son verdaderamente interesantes.

Nació en la ciudad de Tarso, en el Asia Menor, quizás unos diez años después del nacimiento de Jesucristo. Su primer nombre era Saulo. Era de familia de judíos, de la tribu de Benjamín y de la secta de los fariseos. Fue educado en toda la rigidez de las doctrinas de los fariseos, y aprendió muy bien el idioma griego que era el que en ese entonces hablaban las gentes cultas de Europa. Esto le será después sumamente útil en su predicación.

De joven fue a Jerusalén a especializarse en los libros sagrados como discípulo del rabino más famoso de su tiempo, el sabio Gamaliel. Durante la vida pública de Jesús no estuvo Saulo en Palestina, por eso no lo conoció personalmente.

Después de la muerte de Jesús, volvió nuestro hombre a Jerusalén y se encontró con que los seguidores de Jesús se habían extendido mucho y emprendió con muchos otros judíos una feroz persecución contra los cristianos. Al primero que mataron fue al diácono San Esteban y mientras los demás lo apedreaban, Saulo les cuidaba sus vestidos, demostrando así que estaba de acuerdo con este asesinato. Pero Esteban murió rezando por sus perseguidores y obtuvo pronto la conversión de este terrible enemigo.

Saulo salió para Damasco con órdenes de los jefes de los sacerdotes judíos para apresar y llevar a Jerusalén a los seguidores de Jesús. Pero por el camino una luz deslumbrante lo derribó del caballo y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?". Él preguntó: "¿Quién eres tú?- y la voz le respondió: "Yo soy Jesús el que tú persigues". Pablo añadió: "¿Señor, qué quieres que yo haga?" y Jesús le ordenó que fuera a Damasco y que allá le indicaría lo que tenía que hacer. Desde ese momento quedó ciego y así estuvo por tres días. Y allá en Damasco un discípulo de Jesús lo instruyó y lo bautizó, y entonces volvió a recobrar la vista. Desde ese momento dejó de ser fariseo y empezó a ser apóstol cristiano.

Después se fue a Arabia y allá estuvo tres años meditando, rezando e instruyéndose en la doctrina cristiana.

Vuelto a Damasco empezó a enseñar en las Sinagogas que Jesucristo es el Redentor del mundo. Entonces los judíos dispusieron asesinarlo y tuvieron los discípulos que descolgarlo por la noche en un canasto por las murallas de la ciudad. Muchas veces tendrá que salir huyendo de diversos sitios, pero nadie logrará que deje de hablar a favor de Cristo Jesús y de su doctrina.

Llegó a Jerusalén y allá se puso también a predicar acerca de Cristo, pero los judíos decidieron matarlo. Entonces los cristianos lo sacaron a escondidas de la ciudad y lo llevaron a Cesarea. De allí pasó a Tarso, su ciudad natal, y allá estuvo varios años.

Y un día llegó a Tarso en su busca su gran amigo, San Bernabé, y se lo llevó a la populoso ciudad de Antioquía a que le ayudara a predicar. Y en esa ciudad estuvo predicando durante un año, hasta que en una reunión del culto por inspiración divina, fueron consagrados sacerdotes Saulo y Bernabé, para ser enviados a misionar.

San Pablo hizo cuatro grandes viajes que se han hecho famosos. El primero ya lo narramos en la historia de San Bernabé su compañero (en el 11 de junio). En ese viaje cambió su nombre de Saulo por el de Pablo, en honor de su primer gran convertido, el gobernador de Chipre, que se llamaba Sergio Pablo.

El segundo viaje lo hizo de los años 49 al 52. En este recorrido ya es menos impulsivo que en el viaje anterior y encuentra menos reacciones violentas, pero estas no faltan y bastante graves. Visita las comunidades o iglesias que fundó en el primer viaje y se propone seguir misionando por el Asia Menor pero un mensaje del cielo se lo impide y le manda que pase a Europa a misionar. Se encuentra con dos valiosos colaboradores: el evangelista San Lucas (a quien llama "médico amadísimo") y Timoteo, que será su más fiel secretario y servidor, y a quien escribirá después dos cartas que se han hecho famosas.

La primera ciudad europea que visitó fue Filipos (en sueños oyó que un habitante de Filipos le suplicaba: "Ven a ayudarnos"). Allí le sacó el demonio a una muchacha que hacía adivinaciones y al acabárseles el negocio de los que cobraban por cada adivinación, estos arremetieron contra Pablo y su compañero Silas y les hicieron dar una feroz paliza. Pero en la cárcel a donde los llevaron, lograron convertir y bautizar al carcelero y a toda su familia. Pablo guardó siempre un gran cariño hacia los habitantes de Filipos y a ellos dirigió después una de sus más afectuosas cartas, la Epístola a los Filipenses.

Después pasó a la ciudad de Atenas, que era la más famosa en cuanto cultura y filosofía. Allá predicó un sermón en el Aerópago, y aunque muchos se rieron porque hablaba de que Cristo había resucitado, sin embargo logró convertir a Dionisio el aeropágita, a Dámaris y a varias personas más.

Enseguida pasó a Corinto, que era un puerto de gran movimiento de gentes. Allí estuvo predicando durante un año y seis meses y logró convertir gran cantidad de gentes. Más tarde dirigirá a sus habitantes sus dos célebres cartas a los Corintios. De allí salió a hacer su cuarta visita a Jerusalén.

Su tercer viaje lo hizo del año 53 al 56. En este viaje lo más notable fue que en la ciudad de Efeso en la cual estuvo por bastantes meses, Pablo logró que muchas personas empezaran a darse cuenta de que la diosa Diana que ellos adoraban era un simple ídolo, y dejaron de rendirle culto. Entonces los fabricantes de estatuillas de Diana al ver que se arruinaba el negocio, promovieron un gran tumulto en contra del Apóstol. De Éfeso partió Pablo hacia Jerusalén a llevar a los cristianos pobres de esa ciudad el producto de una colecta que había promovido entre las ciudades que había evangelizado. Por todas partes se iba despidiendo, anunciando a sus discípulos que el Espíritu Santo le comunicaba que en Jerusalén le iban a suceder hechos graves, y que por eso probablemente no lo volverían a ver. Esto causaba profunda emoción y lágrimas en sus seguidores que tanto lo estimaban. En su quinto viaje a Jerusalén, los judíos promovieron contra él un espantoso tumulto y estuvieron a punto de lincharlo. A duras penas lograron los soldados del ejército romano sacarlo con vida de entre la multitud enfurecida. Entonces cuarenta judíos juraron que no comerían ni beberían mientras no lograran matar a Pablo. Al saber la hermana de él esta grave noticia, mandó un sobrino a que se la contara. Entonces Pablo avisó al comandante del ejército, y de noche, en medio de un batallón de caballería y otro de infantería, lo sacaron de Jerusalén y lo llevaron a Cesarea. Allá estuvo preso por dos años, pero permitían que sus discípulos fueran a visitarlo.

Al darse cuenta Pablo de que los judíos pedían que lo llevaran a Jerusalén para juzgarlo (para poder matarlo por el camino), pidió ser juzgado en Roma, y el gobernante aceptó su petición. Y en un barco comercial fue enviado, custodiado por 40 soldados. Y sucedió que en la travesía estalló una espantosa tormenta y el barco se hundió. Pero Jesucristo le anunció a Pablo que por el amor que le tenía a su muy estimado Apóstol no permitiría que ninguno de los viajeros del barco se ahogase. Y así sucedió. Lograron llegar a la Isla de Creta y allí salvaron sus vidas del naufragio.

Al fin llegaron a Roma, donde esperaban a Pablo con gran entusiasmo los cristianos. En esa ciudad capital estuvo por dos años preso (casa por cárcel) con un centinela en la puerta. Y los cristianos y los judíos iban frecuentemente a charlar con él, y aprovechaba toda ocasión que se le presentara para hablar de Cristo y conseguirle más y más seguidores.

Cuando estalló la persecución de Nerón, éste mandó matar al gran Apóstol, cortándole la cabeza. Dicen que sucedió el martirio en el sitio llamado las Tres Fuentes (Tre Fontana) (y una antigua tradición cuenta que al caer la cabeza de Pablo por el suelo, dió tres golpes y que en cada sitio donde la cabeza golpeó el suelo, brotó una fuente de agua). Las 13 cartas de San Pablo enseñan verdades valiosísimas acerca de nuestra fe. Allí se ve que era un "enamorado de Cristo y de su Santa Religión". En su segunda Carta a los Corintios, San Pablo narra lo que le sucedió en su apostolado: "Cinco veces recibí de los judíos 39 azotes cada vez. Tres veces fue apaleado con varas. Tres veces padecí naufragios. Un día y una noche los pasé entre la vida y la muerte en medio de las olas del mar. Muchas veces me vi en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los judíos, peligros de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar, peligros por parte de falsos hermanos; noches sin dormir; días y días sin comer; sed espantosa y un frío terrible; falta de vestidos con los cuales abrigarse, y además de eso, mi preocupación por todas las Iglesias o reuniones de creyentes. Quien se desanima, que no me haga desanimar. ¿Quién sufre malos ejemplos que a mí no me haga sufrir con eso?".

sábado, 27 de junio de 2009

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - 27 de junio




Fuente: www.corazones.org
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Patrona de los Padres Redentoristas y de Haití
El icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a la Madre con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura pasión. Se agarra fuerte con las dos manos de su Madre Santísima quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro nos recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte. Hoy la Virgen cuida de todos sus hijos que a ella acuden con plena confianza.

Historia

En el siglo XV un comerciante acaudalado de la isla de Creta (en el Mar Mediterráneo) tenía la bella pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Era un hombre muy piadoso y devoto de la Virgen María. Cómo habrá llegado a sus manos dicha pintura, no se sabe. ¿Se le habría confiado por razones de seguridad, para protegerla de los sarracenos? Lo cierto es que el mercader estaba resuelto a impedir que el cuadro de la Virgen se destruyera como tantos otros que ya habían corrido con esa suerte.

Por protección, el mercader decidió llevar la pintura a Italia. Empacó sus pertenencias, arregló su negocio y abordó un navío dirigiéndose a Roma. En ruta se desató una violenta tormenta y todos a bordo esperaban lo peor. El comerciante tomó el cuadro de Nuestra Señora, lo sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Santísima Virgen respondió a su oración con un milagro. El mar se calmó y la embarcación llegó a salvo al puerto de Roma.

Cae la pintura en manos de una familia

Tenía el mercader un amigo muy querido en la ciudad de Roma así que decidió pasar un rato con él antes de seguir adelante. Con gran alegría le mostró el cuadro y le dijo que algún día el mundo entero le rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Pasado un tiempo, el mercader se enfermó de gravedad. Al sentir que sus días estaban contados, llamó a su amigo a su lecho y le rogó que le prometiera que, después de su muerte, colocaría la pintura de la Virgen en una iglesia digna o ilustre para que fuera venerada públicamente. El amigo accedió a la promesa pero no la llegó a cumplir por complacer a su esposa que se había encariñado con la imagen.

Pero la Divina Providencia no había llevado la pintura a Roma para que fuese propiedad de una familia sino para que fuera venerada por todo el mundo, tal y como había profetizado el mercader. Nuestra Señora se le apareció al hombre en tres ocasiones, diciéndole que debía poner la pintura en una iglesia, de lo contrario, algo terrible sucedería. El hombre discutió con su esposa para cumplir con la Virgen, pero ella se le burló, diciéndole que era un visionario. El hombre temió disgustar a su esposa, por lo que las cosas quedaron igual. Nuestra Señora, por fin, se le volvió a aparecer y le dijo que, para que su pintura saliera de esa casa, él tendría que irse primero. De repente el hombre se puso gravemente enfermo y en pocos días murió. La esposa estaba muy apegada a la pintura y trató de convencerse a sí misma de que estaría más protegida en su propia casa. Así, día a día, fue aplazando el deshacerse de la imagen. Un día, su hijita de seis años vino hacia ella apresurada con la noticia de que una hermosa y resplandeciente Señora se le había aparecido mientras estaba mirando la pintura. La Señora le había dicho que le dijera a su madre y a su abuelo que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro deseaba ser puesta en una iglesia; y, que si no, todos los de la casa morirían.

La mamá de la niñita estaba espantada y prometió obedecer a la Señora. Una amiga, que vivía cerca, oyó lo de la aparición. Fue entonces a ver a la señora y ridiculizó todo lo ocurrido. Trató de persuadir a su amiga de que se quedara con el cuadro, diciéndole que si fuera ella, no haría caso de sueños y visiones. Apenas había terminado de hablar, cuando comenzó a sentir unos dolores tan terribles, que creyó que se iba a morir. Llena de dolor, comenzó a invocar a Nuestra Señora para que la perdonara y la ayudara. La Virgen escuchó su oración. La vecina tocó la pintura, con corazón contrito, y fue sanada instantáneamente. Entonces procedió a suplicarle a la viuda para que obedeciera a Nuestra Señora de una vez por todas.

Accede la viuda a entregar la pintura

Se encontraba la viuda preguntándose en qué iglesia debería poner la pintura, cuando el cielo mismo le respondió. Volvió a aparecérsele la Virgen a la niña y le dijo que le dijera a su madre que quería que la pintura fuera colocada en la iglesia que queda entre la basílica de Sta. María la Mayor y la de S. Juan de Letrán. Esa iglesia era la de S. Mateo, el Apóstol.

La señora se apresuró a entrevistarse con el superior de los Agustinos quienes eran los encargados de la iglesia. Ella le informó acerca de todas las circunstancias relacionadas con el cuadro. La pintura fue llevada a la iglesia en procesión solemne el 27 de marzo de 1499. En el camino de la residencia de la viuda hacia la iglesia, un hombre tocó la pintura y le fue devuelto el uso de un brazo que tenía paralizado. Colgaron la pintura sobre el altar mayor de la iglesia, en donde permaneció casi trescientos años. Amado y venerado por todos los de Roma como una pintura verdaderamente milagrosa, sirvió como medio de incontables milagros, curaciones y gracias.

En 1798, Napoleón y su ejército francés tomaron la ciudad de Roma. Sus atropellos fueron incontables y su soberbia, satánica. Exilió al Papa Pío VII y, con el pretexto de fortalecer las defensas de Roma, destruyó treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo, la cual quedó completamente arrasada. Junto con la iglesia, se perdieron muchas reliquias y estatuas venerables. Uno de los Padres Agustinos, justo a tiempo, había logrado llevarse secretamente el cuadro.

Cuando el Papa, que había sido prisionero de Napoleón, regresó a Roma, le dio a los agustinos el monasterio de S. Eusebio y después la casa y la iglesia de Sta. María en Posterula. Una pintura famosa de Nuestra Señora de la Gracia estaba ya colocada en dicha iglesia por lo que la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue puesta en la capilla privada de los Padres Agustinos, en Posterula. Allí permaneció sesenta y cuatro años, casi olvidada.

Hallazgo de un sacerdote Redentorista

Mientras tanto, a instancias del Papa, el Superior General de los Redentoristas, estableció su sede principal en Roma donde construyeron un monasterio y la iglesia de San Alfonso. Uno de los Padres, el historiador de la casa, realizó un estudio acerca del sector de Roma en que vivían. En sus investigaciones, se encontró con múltiples referencias a la vieja Iglesia de San Mateo y a la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Un día decidió contarle a sus hermanos sacerdotes sobre sus investigaciones: La iglesia actual de San Alfonso estaba construida sobre las ruinas de la de San Mateo en la que, durante siglos, había sido venerada, públicamente, una pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Entre los que escuchaban, se encontraba el Padre Michael Marchi, el cual se acordaba de haber servido muchas veces en la Misa de la capilla de los Agustinos de Posterula cuando era niño. Ahí en la capilla, había visto la pintura milagrosa. Un viejo hermano lego que había vivido en San Mateo, y a quien había visitado a menudo, le había contado muchas veces relatos acerca de los milagros de Nuestra Señora y solía añadir: "Ten presente, Michael, que Nuestra Señora de San Mateo es la de la capilla privada. No lo olvides". El Padre Michael les relató todo lo que había oído de aquel hermano lego.

Por medio de este incidente los Redentoristas supieron de la existencia de la pintura, no obstante, ignoraban su historia y el deseo expreso de la Virgen de ser honrada públicamente en la iglesia.

Ese mismo año, a través del sermón inspirado de un jesuita acerca de la antigua pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, conocieron los Redentoristas la historia de la pintura y del deseo de la Virgen de que esta imagen suya fuera venerada entre la Iglesia de Sta. María la Mayor y la de S. Juan de Letrán. El santo Jesuita había lamentado el hecho de que el cuadro, que había sido tan famoso por milagros y curaciones, hubiera desaparecido sin revelar ninguna señal sobrenatural durante los últimos sesenta años. A él le pareció que se debía a que ya no estaba expuesto públicamente para ser venerado por los fieles. Les imploró a sus oyentes que, si alguno sabía dónde se hallaba la pintura, le informaran dueño lo que deseaba la Virgen.

Los Padres Redentoristas soñaban con ver que el milagroso cuadro fuera nuevamente expuesto a la veneración pública y que, de ser posible, sucediera en su propia Iglesia de San Alfonso. Así que instaron a su Superior General para que tratara de conseguir el famoso cuadro para su Iglesia. Después de un tiempo de reflexión, decidió solicitarle la pintura al Santo Padre, el Papa Pío IX. Le narró la historia de la milagrosa imagen y sometió su petición.

El Santo Padre escuchó con atención. Él amaba dulcemente a la Santísima Virgen y le alegraba que fuera honrada. Sacó su pluma y escribió su deseo de que el cuadro milagroso de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera devuelto a la Iglesia entre Sta. María la Mayor y S. Juan de Letrán. También encargó a los Redentoristas de que hicieran que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida en todas partes.

Aparece y se venera, por fin, el cuadro de Nuestra Señora

Ninguno de los Agustinos de ese tiempo había conocido la Iglesia de San Mateo. Una vez que supieron la historia y el deseo del Santo Padre, gustosos complacieron a Nuestra Señora. Habían sido sus custodios y ahora se la devolverían al mundo bajo la tutela de otros custodios. Todo había sido planeado por la Divina Providencia en una forma verdaderamente extraordinaria.

A petición del Santo Padre, los Redentoristas obsequiaron a los Agustinos una linda pintura que serviría para reemplazar a la milagrosa.

La imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue llevado en procesión solemne a lo largo de las vistosas y alegres calles de Roma antes de ser colocado sobre el altar, construido especialmente para su veneración en la Iglesia de San Alfonso. La dicha del pueblo romano era evidente. El entusiasmo de las veinte mil personas que se agolparon en las calles llenas de flores para la procesión dio testimonio de la profunda devoción hacia la Madre de Dios

A toda hora del día, se podía ver un número de personas de toda clase delante de la pintura, implorándole a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que escuchara sus oraciones y que les alcanzara misericordia. Se reportaron diariamente muchos milagros y gracias.

Hoy en día, la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha difundido por todo el mundo. Se han construido iglesias y santuarios en su honor, y se han establecido archicofradías. Su retrato es conocido y amado en todas partes.

Signos de la imagen de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro
(conocida en el Oriente bizantino como el icono de la Madre de Dios de la Pasión)

Aunque su origen es incierto, se estima que el retrato fue pintado durante el decimotercero o decimocuarto siglo. El icono parece ser copia de una famosa pintura de Nuestra Señora que fuera, según la tradición, pintada por el mismo San Lucas. La original se veneraba en Constantinopla por siglos como una pintura milagrosa pero fue destruida en 1453 por los Turcos cuando capturaron la ciudad.

Fue pintado en un estilo plano característico de iconos y tiene una calidad primitiva. Todas las letras son griegas. Las iniciales al lado de la corona de la Madre la identifican como la “Madre de Dios”. Las iniciales al lado del Niño “ICXC” significan “Jesucristo”. Las letras griegas en la aureola del Niño: owu significan “El que es”, mientras las tres estrellas sobre la cabeza y los hombros de María santísima indican su virginidad antes del parto, en el parto y después del parto.

Las letras más pequeñas identifican al ángel a la izquierda como “San Miguel Arcángel”; el arcángel sostiene la lanza y la caña con la esponja empapada de vinagre, instrumentos de la pasión de Cristo. El ángel a la derecha es identificado como “San Gabriel Arcángel”, sostiene la cruz y los clavos. Nótese que los ángeles no tocan los instrumentos de la pasión con las manos, sino con el paño que los cubre.

Cuando este retrato fue pintado, no era común pintar aureolas. Por esta razón el artista redondeó la cabeza y el velo de la Madre para indicar su santidad. Las halos y coronas doradas fueron añadidas mucho después. El fondo dorado, símbolo de la luz eterna da realce a los colores más bien vivos de las vestiduras. Para la Virgen el maforion (velo-manto) es de color púrpura, signo de la divinidad a la que ella se ha unido excepcionalmente, mientras que el traje es azul, indicación de su humanidad. En este retrato la Madona está fuera de proporción con el tamaño de su Hijo porque es -María- a quien el artista quiso enfatizar.

Los encantos del retrato son muchos, desde la ingenuidad del artista, quien quiso asegurarse que la identidad de cada uno de los sujetos se conociera, hasta la sandalia que cuelga del pie del Niño. El Niño divino, siempre con esa expresión de madurez que conviene a un Dios eterno en su pequeño rostro, está vestido como solían hacerlo en la antigüedad los nobles y filósofos: túnica ceñida por un cinturón y manto echado al hombro. El pequeño Jesús tiene en el rostro una expresión de temor y con las dos manitas aprieta la derecha de su Madre, que mira ante sí con actitud recogida y pensativa, como si estuviera recordando en su corazón la dolorosa profecía que le hiciera Simeón, el misterioso plan de la redención, cuyo siervo sufriente ya había presentado Isaías.

En su doble denominación, esta bella imagen de la Virgen nos recuerda el centralismo salvífico de la pasión de Cristo y de María y al mismo tiempo la socorredora bondad de la Madre de Dios y nuestra.

Solidaridad con Benedicto XVI


Escrito por + Lluís Martínez Sistach - Cardenal Arzobispo de Barcelona
viernes, 26 de junio de 2009
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Este domingo y mañana lunes, solemnidad de San Pedro y San Pablo, concluye el año paulino que Benedicto XVI quiso proponer a toda la Iglesia con motivo del bimilenario del nacimiento del apóstol de los gentiles, conmemoración que se inició hace ahora un año, el 28 de junio de 2008.Image

Estas celebraciones coinciden con el Día del Papa. Esta jornada es una invitación a tener una mayor conciencia de la comunión afectiva y efectiva con el sucesor de Pedro, que tiene en la Iglesia el valioso servicio de confirmar a sus hermanos en la fe y fortalecer la comunión entre todas las Iglesias locales que constituyen la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.

La celebración del año jubilar paulino ha sido también una invitación a estrechar los vínculos con los hermanos cristianos de otras confesiones y denominaciones y a vivir la dimensión misionera de la fe, a dar testimonio de nuestra adhesión a Cristo como Dios y salvador de todos los hombres.

La jornada dedicada al Santo Padre nos invita, este año, a renovar y fortalecer nuestra solidaridad con Benedicto XVI. Debemos acompañarlo con nuestro afecto, nuestra comprensión y nuestra oración en sus constantes esfuerzos de reconciliación en el interior de la misma Iglesia y con los hermanos cristianos. Y también con los seguidores de las otras religiones, como se ha puesto en evidencia con motivo de su reciente viaje a Tierra Santa. Allí pidió que se construyan puentes y no muros, y se hizo abogado de una convivencia en la paz y la justicia, una justicia que reconozca los derechos de los pueblos enfrentados de aquella región a vivir en el marco de unos estados independientes con unas fronteras reconocidas internacionalmente.

Ante las polémicas que últimamente han surgido, los obispos de nuestra tierra hemos remarcado que la actitud del Santo Padre ha sido en todo momento, y desde el inicio de su pontificado, de plena franqueza, humildad y transparencia. Su ejemplo revive en nuestro mundo la figura del Buen Pastor, siempre manso, Jesús. A la vez, imitando a Jesús, huyendo de toda intolerancia, Benedicto XVI nunca deja de tener un pensamiento libre, fiel a él mismo y a su misión.

La voz de Benedicto XVI ha sido y es en todo momento la voz de un gran defensor de la paz. Los últimos Papas han hecho suyo el servicio a la paz en el mundo. Por eso, como dijo recientemente en Barcelona el Dr. Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano, en la conferencia que sobre san Pablo pronunció en la catedral, “la Santa Sede es una voz cada vez más escuchada en el ámbito de las relaciones internacionales”. Y esto es así sobre todo por una razón: porque es una voz al servicio de la justicia y la paz entre las personas y los pueblos.

En esta Jornada del Papa, es un deber de todos vivir un acompañamiento próximo y confiado hacia aquel que ahora es el pastor de la Iglesia universal. En primer lugar, con la oración, pero también con un esfuerzo de interpretar correctamente sus gestos y sus enseñanzas, en especial cuando estamos a la espera de la publicación de su primera encíclica social. Y sobre todo con nuestro respeto, nuestra comunión y nuestro afecto hacia quien ha sido llamado a hacer presente hoy el testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo.



+ Lluís Martínez Sistach - Cardenal Arzobispo de Barcelona

La Iglesia católica en Egipto se prepara a celebrar la conclusión del Año Paulino


El Cairo (Agencia Fides) - La mayor parte de las Heptarquías y de las parroquias de la Iglesia católica en Egipto están celebrando en estos días la clausura del Año Paulino. Este evento ha sido muy seguido por los fieles quines han tenido ocasión de volver a leer y meditar en las Cartas de San Pablo. Todas las iglesias le han dado una gran importancia a la figura de San Pablo organizando conferencias y grupos de estudios bíblicos.
En el Cairo, el 28 de junio, Mons. Krikore Kousa, Obispo de la Iglesia católica armenia en Egipto presidirá en la Iglesia de Santa Teresa de Heliopolis – Cairo, la Misa de clausura del Año Paulino y el inicio del Año Sacerdotal, convocado por Su Santidad Benedicto XVI.
También el Patriarcado griego melquita católico celebrará una Misa de agradecimiento el 30 de junio, presidida por Su Excelencia Mons. Georges Bakar, Vicario patriarcal de Su Beatitud Gregorio III. Con la ocasión se conmemorará también los cuarenta años de Obispo de Mons. Paul Antaki, Auxiliar emérito para Egipto y Sudán del Patriarcado de Antioquía de los Griegos-Melquitas. (R.F./L.M.) (Agenzia Fides 26/6/2009 líneas 16 palabras 198)

viernes, 26 de junio de 2009

Homilía en la fiesta de San Josemaría, 26 de junio 2009


Basílica de San Eugenio, Roma, 26 de junio 2009
Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei

1. Queridos hermanos y hermanas.
Ofrecemos hoy a Dios el Santo Sacrificio de la Misa en la memoria litúrgica de San Josemaría Escrivá, a quien el Señor ha suscitado en la Iglesia (...) para proclamar la vocación universal a la santidad y al apostolado.

Lo hacemos uniéndonos a los miles de personas que, en todo el mundo, dan gracias Dios por el don que ha hecho a la Iglesia y al mundo entero con este sacerdote ejemplar y santo. Efectivamente, son innumerables los hombres y las mujeres de toda edad, nación y condición social, que han aprendido a amar y seguir a Jesús gracias a las enseñanzas y al ejemplo de san Josemaría.

Han pasado ya 34 años de la muerte de san Josemaría. En este tiempo, el influjo de su figura no ha dejado de crecer, y el recurso a su intercesión se difunde continuamente. Se confirma la actualidad del mensaje que Dios le confió para que lo hiciese fructificar en beneficio de la Iglesia entera, con su respuesta generosa y total a la llamada que el Señor le hizo cuando era aún un adolescente. San Josemaría contó varias veces aquellos momentos inefables en los que Dios le hizo barruntar la existencia de un designio de amor y de una misión específica para su vida. La respuesta de aquel muchacho, que entonces sólo tenía 15 ó 16 años, fue un acto de generosa apertura a la Voluntad de Dios, una respuesta de amor total e incondicional que le llevó a hacerse sacerdote, como manifestación de particular disponibilidad a una llamada de la que no conocía aún los detalles. Desde ese momento, y durante toda la vida, San Josemaría fue un enamorado de Dios, que amó apasionadamente también el mundo y a las personas de todos los tiempos, a las que supo contagiar esta pasión. La fiesta de hoy nos recuerda que entre el Creador y cada criatura se renueva u diálogo de amor semejante: acudamos a la intercesión de este sacerdote santo para que nos ayude a responder con generosidad y alegría al designio que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Cuando exhortaba a los fieles a rezar por la santidad de los sacerdotes, solía decir que un sacerdote no va solo al Cielo: va siempre rodeado de una cohorte de almas. Las almas que ha acercado a Dios con los sacramentos, con la predicación, con la oración, con el celo sacerdotal, con la caridad pastoral. Por eso es necesario rezar cada día para que el Espíritu Santo suscite muchos sacerdotes santos en la Iglesia y para que todos seamos cada vez más conscientes de nuestra alma sacerdotal. Es un deber de todos: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, enfermos y personas sanas... Todos hemos de tener presente constantemente esta intención: con la oración, ofreciendo las contrariedades de la vida y pequeñas mortificaciones, realizando bien el trabajo profesional, con rectitud de intención y en presencia de Dios. De este modo responderemos a la recomendación de Jesucristo: “la mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 37-38).

Esta petición, que es siempre necesaria, se revela de particular actualidad a propósito de las vocaciones sacerdotales. Hace una semana que el Santo Padre Benedicto XVI ha inaugurado un Año sacerdotal, con la finalidad de obtener del Señor el don de muchos sacerdotes santos en el mundo entero. ¿Cómo estamos rezando por esta intención? ¿Estamos convencidos de que ninguno puede sustituirnos en este deber personalísimo?

2. La vida del cristiano es siempre una existencia sacerdotal, como enseñan los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos de Roma y de la Iglesia universal, cuya solemnidad litúrgica celebraremos dentro de pocos días. El Príncipe de los Apóstoles, en su primera carta, lo expresa del siguiente modo: “vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido en propiedad, para que pregonéis las maravilla de Aquel que os llamó de las tinieblas a su admirable luz” (1 Pe 2, 9). Y San Pablo escribe en la Carta a los Romanos: “os exhorto, por tanto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como ofrenda viva, santa, agradable a Dios: éste es vuestro culto espiritual” (Rm 12, 1).

Todos los cristianos participan, con el Bautismo, del sacerdocio de Cristo: hemos recibido el sacerdocio común, diverso esencialmente del sacerdocio ministerial propio de los ministros sagrados, pero no por eso menos necesario: ambos, el sacerdocio de los fieles y el de los presbíteros, cada uno a su modo, son imprescindibles para el cumplimiento de la misión que Cristo ha confiado a la Iglesia para la salvación del mundo. Esta enseñanza del Magisterio, que se ha proclamado de modo especialmente solemne en el Concilio Vaticano II, fue predicada y difundida por san Josemaría desde el momento de la fundación del Opus Dei, el 2 de octubre de 1928.

Sacerdotes y laicos constituyen, pues, en la Iglesia, una sola familia de hijos de Dios. En este sentido, como afirmaba san Josemaría, ni como hombre, ni como fiel cristiano el sacerdote es más que el seglar (1). Configurados en Cristo, por virtud del Bautismo, todos somos miembros con la misma dignidad en el Cuerpo místico e igualmente responsables del cumplimiento de la misión de la Iglesia, que cada uno realiza de modo específico. Luego, en los ordenados, este sacerdocio ministerial se suma al sacerdocio común de todos los fieles. Por tanto, aunque sería un error defender que un sacerdote es más fiel cristiano que cualquier otro fiel, puede, en cambio, afirmarse que es más sacerdote: pertenece, como todos los cristianos, a ese pueblo sacerdotal redimido por Cristo y está, además, marcado con el carácter del sacerdocio ministerial (2).

Por la fuerza misma de la ordenación sacerdotal, el presbítero se dedica completamente al servicio del Pueblo de Dios, mediante las acciones específicamente sacerdotales: la predicación de la Palabra de Dios, la administración de los sacramentos, en particular del sacramento de la Reconciliación y de la Eucaristía, y de la guía pastoral de las almas. Porque sin sacerdocio, sin sacerdotes, no habría Iglesia.

San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, decía que el «el Sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús». Y Benedicto XVI comenta: «Esta expresión conmueve y nos permite evocar con ternura y reconocimiento el inmenso don que los sacerdotes constituyen no sólo para la Iglesia, sino también para toda la humanidad. Pienso en todos aquellos sacerdotes que ofrecen a los fieles cristianos y al mundo entero la humilde y cotidiana propuesta de las palabras y los gestos de Cristo, buscando unirse a Él con el pensamiento, la voluntad, los sentimientos y el estilo de toda la existencia personal. ¿Cómo no destacar sus fatigas apostólicas, su servicio infatigable y escondido, su caridad por todos? ¿Y qué decir de la valiente fidelidad de tantos sacerdotes que, incluso entre dificultades e incomprensiones, son fieles a su vocación: la de amigos de Cristo, llamados por Él particularmente, elegidos y enviados?» (3).

3. Volvamos a los textos propios de la Misa de hoy. La Colecta, después de poner de relieve que san Josemaría ha sido llamado por Dios a proclamar la vocación universal a la santidad y al apostolado, añade: “concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que en el ejercicio del trabajo ordinario nos configuremos a tu Hijo Jesucristo y sirvamos con ardiente amor a la obra de la Redención”.

El trabajo cotidiano y las circunstancias normales de la vida constituyen el campo específico donde se desarrolla el empeño laical en la búsqueda de la santidad y del apostolado. En este contexto se inserta un punto muy importante de la espiritualidad propuesta por san Josemaría: hacer todas las cosas con alma sacerdotal y mentalidad laical. Con otras palabras, esto significa que a los fieles laicos se les pide que desempeñen su profesión y todas las demás obligaciones familiares y sociales con la mentalidad propia de las personas que son llamadas a trabajar en medio del mundo y, al mismo tiempo, con aquel espíritu sacerdotal que es una característica derivada de la vocación cristiana.

Para esto os invito a meditar otras palabras de san Josemaría que se refieren en particular a los fieles laicos: todos vosotros tenéis alma sacerdotal, arraigada en los caracteres sacramentales del bautismo y de la confirmación. Alma sacerdotal, que no sólo ponéis en acto cuando participáis en el culto litúrgico —y sobre todo en el sacrificio eucarístico, raíz y centro de nuestra vida interior—, sino en todas las actividades de vuestra vida (4).

En Forja, además, ofrece un consejo específico: si actúas —vives y trabajas— cara a Dios, por razones de amor y de servicio, con alma sacerdotal, aunque no seas sacerdote, toda tu acción cobra un genuino sentido sobrenatural, que mantiene unida tu vida entera a la fuente de todas las gracias (5).

San Josemaría predicó incansablemente este mensaje, hasta aquella mañana del 26 de junio de 1975 en la que, alrededor de una hora después de haber hablado de estos temas en una reunión, el Señor lo llamó a Sí. También es obligación nuestra hacer presente este mensaje, descubrir a tantas y tantos amigos y colegas la belleza de esta realidad: todos estamos llamados a la santidad, que es unión con Jesucristo y plenitud del amor, y que puede alcanzarse en cualquier condición, edad y lugar.

Lo repetiremos dentro de poco con palabras de la liturgia: Recibe, Padre santo, estos dones que te ofrecemos en la conmemoración de san Josemaría, para que, por el sacrificio de Cristo ofrecido en el ara de la Cruz, que se hace presente en el sacramento, quieras santificar todas nuestras obras.

Confiamos a la intercesión de la Virgen todas estas aspiraciones, bien unidos a la Persona y a las intenciones del Romano Pontífice. Madre nuestra, obtén de tu Hijo para nosotros una mies abundante de sacerdotes santos, forjados a la medida del Corazón de Cristo, que con su ministerio, con su ejemplo y con su oración abran de par en par las puertas de la vida eterna a muchas almas. Así sea.


1. San Josemaría, Homilía Sacerdote para la eternidad, 13-IV-1973.
2. Ibid.
3. Benedicto XVI, Carta a los sacerdotes con motivo del Año sacerdotal, 16-VI-2009.
4. San Josemaría, Carta 6-V-1945, n. 27.
5. San Josemaría, Forja, n. 369.

San Josemaría Escrivá de Balaguer - 26 de junio


Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás nació en Barbastro (España) el 9 de enero de 1902. Recibió la ordenación sacerdotal en Zaragoza el 28 de marzo de 1925. El 2 de octubre de 1928, en Madrid, fundó el Opus Dei , que ha abierto a los fieles un nuevo camino de santificación en medio del mundo, a través del ejercicio del trabajo profesional ordinario y en el cumplimiento de los propios deberes personales, familiares y sociales, siendo así fermento de intensa vida cristiana en todos los ambientes. El 14 de febrero de 1930, Mons. Escrivá de Balaguer fundaba la Sección de mujeres del Opus Dei, y el 14 de febrero de 1943, dentro del Opus Dei, la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. El Opus Dei recibió la aprobación definitiva de la Santa Sede el 16 de junio de 1950; y el 28 de noviembre de 1982 fue erigido como Prelatura personal, forma jurídica introducida en el Derecho de la Iglesia por el Concilio Vaticano II, que era la deseada y prevista por Mons. Escrivá de Balaguer.

Con oración y penitencia constantes, con el ejercicio ejemplar de todas las virtudes, con amorosa dedicación e infatigable solicitud por todas las almas, y con una continua e incondicionada entrega a la Voluntad de Dios, Mons. Escrivá de Balaguer ha impulsado y guiado la expansión del Opus Dei por todo el mundo, a lo largo de 47 años. Cuando su Fundador rindió su alma a Dios, el Opus Dei estaba ya extendido en los cinco Continentes, y contaba más de 60.000 miembros de 80 nacionalidades, al servicio de la Iglesia con el mismo espíritu de plena unión y veneración al Papa y a los obispos, que vivió siempre Mons. Escrivá de Balaguer e inculcó a sus hijos.

Mons. Escrivá de Balaguer había ofrecido su vida, repetidas veces, por la Iglesia y por el Romano Pontífice. El Señor acogió ese ofrecimiento y entregó santamente su alma a Dios, en Roma, el 26 de junio de 1975, en su habitación de trabajo, con la misma sencillez que caracterizó toda su existencia.

“Un gran amor te espera en el Cielo”


Cada vez estoy más persuadido: la felicidad del Cielo es para los que saben ser felices en la tierra. (Forja, 1005)
(Hoy, la Iglesia celebra la festividad de san Josemaría Escrivá)

Escribías: "«simile est regnum caelorum» –el Reino de los Cielos es semejante a un tesoro... Este pasaje del Santo Evangelio ha caído en mi alma echando raíces. Lo había leído tantas veces, sin coger su entraña, su sabor divino".

¡Todo..., todo se ha de vender por el hombre discreto, para conseguir el tesoro, la margarita preciosa de la Gloria! (Forja, 993)

Piensa qué grato es a Dios Nuestro Señor el incienso que en su honor se quema; piensa también en lo poco que valen las cosas de la tierra, que apenas empiezan ya se acaban...

En cambio, un gran Amor te espera en el Cielo: sin traiciones, sin engaños: ¡todo el amor, toda la belleza, toda la grandeza, toda la ciencia...! Y sin empalago: te saciará sin saciar. (Forja, 995)

¡No hay mejor señorío que saberse en servicio: en servicio voluntario a todas las almas!

–Así es como se ganan los grandes honores: los de la tierra y los del Cielo. (Forja, 1045)

Oración a San Josemaría Escrivá de Balaguer


Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.

Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

Con varias misas se celebrará la fiesta de San Josemaría


Mons. Sucunza presidirá una Misa en la catedral Metropolitana. Habrá otras celebraciones en La Plata, San Isidro y Zárate-Campana, entre otros sitios. En San Miguel, se celebrará por primera vez como memoria; ya que la Santa Sede incluyó la celebración en el calendario diocesano. Vea toda la información sobre las misas en Argentina.
El 26 de junio próximo se celebrará la conmemoración litúrgica de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Mons. Joaquín Sucunza, Vicario General de Buenos Aires, presidirá una solemne concelebración el mismo viernes 26 a las 19.00 hs. en la Catedral Metropolitana.

El Pbro. Patricio Olmos, Vicario del Opus Dei en Argentina, presidirá la ceremonia en la Catedral de San Miguel, donde se celebrará por primera como Memoria litúrgica, dado que la Santa Sede la ha incorporado en el calendario diocesano, juntamento con San Luis Orione. San Josemaría vivió en San Miguel, en la quinta La Chacra, durante su estancia en Argentina.

San Josemaría Escrivá de Balaguer nació el 9 de Enero de 1902 y, por inspiración divina, fundó el Opus Dei el 2 de Octubre de 1928. Desde ese día dedicó su vida a promover el encuentro con Dios en las tareas cotidianas, particularmente el trabajo, en personas de toda condición y de todos los ambientes.

La celebración de San Josemaría también es una oportunidad para recordar el impulso que dio en su visita a la Argentina –de la que conmemoramos el 35º aniversario- para que en nuestro país se procure promover la dignidad de cada persona. “De acuerdo que hay una ola de rebelión que no da soluciones a la vida. Pero tú y yo debemos ser rebeldes de los otros, de los que dan soluciones: soluciones de justicia y soluciones de caridad, soluciones de cristianos”. En este sentido, los fieles del Opus Dei y las personas que de una y otra forma se identifican con el mensaje de San Josemaría, procuran llevar la alegría de la vida cristiana a las personas que tratan con ocasión de su vida diaria, tanto en el trabajo, como en la vida familiar y social e, incluso, el descanso y el entretenimiento.

En Luján

El pasado 12 de junio, Mons. Agustín Radrizzani, Arzobispo de Mercedes-Luján, entronizó una estatua de San Josemaría, en recuerdo de la visita que realizó en 1974 a la Basílica. Mons. Radrizzani señaló en esa ocasión: “Hoy, al recibir y bendecir la imagen de San Josemaría que se queda junto a nuestra Madre, de algún modo se cumplen estas palabras llenas de amor: vino, se fue, y volvió para quedarse. Podremos así contar con su intercesión unida a la omnipotencia suplicante de la Virgen de Luján cada vez que vengamos a verla, y les pediremos que nos ayuden a los que aquí estamos, a nuestras familias y a todos los peregrinos que pasen por el Santuario, a ser felices en la tierra santificando nuestra vida cotidiana y sirviendo a los demás -en especial a los más necesitados-, y a alcanzar el Cielo”.

El 6 de Octubre de 2002, fue canonizado por Juan Pablo II, quien comentaba en una audiencia con los peregrinos de la canonización: “Escrivá de Balaguer fue un santo de gran humanidad. Todos los que lo trataron, de cualquier cultura o condición social, lo sintieron como un padre, entregado totalmente al servicio de los demás, porque estaba convencido de que cada alma es un tesoro maravilloso. En efecto, esta actitud de servicio es patente en su entrega al ministerio sacerdotal y en la magnanimidad con la que impulsó tantas obras de evangelización y de promoción humana a favor de los más pobres.”

Además de la Misa que se celebra en la Catedral de Buenos Aires están previstas las siguientes celebraciones, entre otras:

San Miguel (Pcia. de Buenos Aires): 26 de junio a las 19:30 hs. Catedral San Miguel Arcángel: Belgrano 1257. Preside Pbro. Patricio Olmos, Vicario del Opus Dei en Argentina.

La Plata: 26 de junio a las 19:30 hs. Catedral Nuestra Señora de los Dolores: Calle 14, entre 51 y 53. Preside Mons. Marino.

Rosario: 26 de junio a las 19:45 hs. Iglesia María Auxiliadora: Presidente Roca y Salta. Preside Mons. José Luis Mollaghan, Arzobispo de Rosario.

Mendoza: 26 de junio a las 20 hs. Basílica de San Francisco: Av. España y Necochea. Presidirá la ceremonia el Arz. José María Arancibia. Cantará el Coro de la Universidad Nacional de Cuyo, recientemente premiado en Francia como el mejor coro amateur.

San Miguel de Tucumán: 26 de junio a las 20.30 hs. Iglesia Catedral de Tucumán. Presidirá la ceremonia el Arz. Luis Villalba.

San Juan: 26 de junio a las 20 hs. Iglesia de Nuestra Sra. de los Desamparados, en calle Santa María de Oro 20 (N). Presidirá el Arzobispo, Mons. Alfonso Delgado.

Mar del Plata: 26 de junio a las 19.00 hs. Iglesia Catedral de Mar del Plata. Preside el Obispo diocesano, Mons. Juan Alberto Puíggari.

Córdoba: 26 de junio a las 19.30 hs. Iglesia Catedral de Córdoba.

Salta: 26 de junio a las 19.30 hs. Iglesia de La Merced (Calle Caseros 857).

Paraná: 25 de junio a las 19.30 hs. Capilla del Colegio Nuestra Señora del Huerto.

Santa Fe: 26 de junio a las 20 hs. Iglesia Nuestra Señora del Carmen.

Pilar: 26 de junio a las 19 hs. Parroquia de Pilar.

San Isidro: 27 de junio a las 11 hs. Parroquia Don Bosco: Av. Márquez 3031. Preside: Pbro. Patricio Olmos, Vicario del Opus Dei en Argentina.

San Luis: 26 de junio a las 20 hs. en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima. Preside la ceremonia el Obispo diocesano Mons. Lona. Al finalizar, se inagurará un altar lateral con una escultura de San Josemaría.

Villa Mercedes, Prov. de San Luis: se hará el habitual triduo en honor de San Josemaría con las siguientes Misas: Martes 23 a las 18 en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen; Miércoles 24 a las 19 en la Iglesia del Sagrado Corazón; Jueves 25 a las 19 en Parroquia San Roque.

Posadas: 26 de junio a las 20 hs. Iglesia Catedral de Posadas.

Río Gallegos: Parroquia San Juan Bosco, el viernes 26 a las 19 hs.

Baradero, Pcia. de Buenos Aires: Viernes 26 de junio a las 18:30 hs, Parroquia Nuestra Señora de Luján.

jueves, 25 de junio de 2009

Serie de principios científicos y filosóficos a favor del estatuto humano del embrión



Robert P. George, que es también miembro del Consejo de Bioética del Presidente de Estados Unidos, y Christopher Tollefsen evitan en el volumen los argumentos de trasfondo religioso y se basan en una serie de principios científicos y filosóficos a favor del estatuto humano del embrión. En Embryo: A Defense of Human Life (“Embrión: una defensa de la vida humana”) (1), sostienen que el estatus de ser humano tiene su inicio en el momento de la concepción.

El libro comienza contando la historia de un chico llamado Noah, nacido en enero de 2007. Fue rescatado, junto con otros embriones congelados, del desastre que sacudió Nueva Orleans en 2005. Se salvó la vida de Noah –una vida humana–, apuntaban George y Tollefsen, la misma vida que más tarde fue implantada en un útero y posteriormente nació.

Un embrión humano, prosiguen, es un miembro vivo de la especie humana incluso en sus primeros momentos de desarrollo. No es ningún otro tipo de organismo animal, ni un cúmulo de células que más tarde sufrirá una transformación radical. Salvo que tenga lugar algún trágico accidente, el ser en la etapa embrionaria progresará hasta la etapa fetal y seguirá avanzando en este desarrollo.

El punto debatido es en qué momento podemos identificar un sistema biológico único que ha comenzado el proceso para hacerse un ser humano maduro. Este momento decisivo, sostienen, tiene lugar en la concepción. Algunos expertos médicos creen que tiene lugar poco después, con la formación de los cromosomas unidos del esperma y el óvulo. En cualquier caso, afirman George y Tollefsen, existe un amplio acuerdo entre los embriólogos de que un nuevo individuo humano comienza a existir una vez que se forma la estructura cromosómica.

Sostienen que hay tres puntos clave a tener en cuenta cuando se considera el estatus humano del embrión.

— Es distinto de cualquier otra célula de la madre o del padre.

— En su componente genético, es humano.

— Es un organismo completo, aunque inmaduro, y a no ser que la enfermedad o la violencia se lo impidan, se desarrollará hasta su etapa madura de ser humano.

Por consiguiente, destruir embriones humanos, incluso en una etapa temprana, para obtener células madre para investigación, es dar licencia para matar a cierta clase de seres humanos en beneficio de otros.

No sólo ciencia

Oponerse a la destrucción de vida humana en sus etapas iniciales no tiene que ver con principios religiosos, ni con creer que la vida está revestida de un alma, añade el libro.

La razón filosófica es suficiente para guiarnos en la determinación de lo que es lícito hacer con los embriones humanos. En este sentido, defender los derechos del embrión es igual que defender a la gente contra la discriminación injusta, sostienen George y Tollefsen.

Admiten que hay filosofías morales diferentes. Una teoría a descartar es el consecuencialismo, que lleva a defender que deben sacrificarse algunos seres humanos por un bien mayor.

George y Tollefsen encuentran que la postura justa es la de la ley natural, que concluye que es moralmente malo dañar o destruir un bien humano básico. Por tanto, si un científico busca una cura para alguna enfermedad, pero el método utilizado destruye deliberadamente una vida humana, su acción no es lícita.

El derecho humano básico, según sostienen todos los teóricos de la ley natural, es que una persona inocente no debe ser matada o mutilada de modo intencionado. La capacidad del ser humano de razonar y elegir libremente nos da una dignidad superior a otros seres vivos. En consecuencia, un ataque a la vida humana es un ataque a la dignidad humana, sin que importe la edad o etapa de desarrollo de la víctima, concluyen los autores.

¿Es persona?

Uno de los capítulos del libro trata la objeción de que, aunque un embrión pueda ser humano, no es una persona y no tiene la misma dignidad y derechos. George y Tollefsen replican que tal punto de vista cae en el error de considerar que unos seres humanos son inferiores a los demás sobre la base de sus características accidentales.

De hecho, continúan, negar el estatus de persona basándose en la capacidad mental o en otros parámetros de funcionalidad plantea muchos problemas. ¿Se nos permitirá matar a los bebés recién nacidos, puesto que no son capaces de llevar a cabo las funciones humanas básicas?

Por tanto, debemos darnos cuenta de que una diferencia cuantitativa de capacidades no es el criterio correcto para determinar los derechos, puesto que sólo es una diferencia de grado. La verdadera diferencia está entre los seres humanos y los demás animales no humanos, una diferencia radical. Así, el embrión es un adulto en potencia en el mismo sentido en que lo son los bebés, los niños y los adolescentes.

Los embriones ya son, insisten, seres humanos, y no sólo potencialmente humanos. Además, el derecho a la vida del ser humano no varía según su etapa de desarrollo porque es el derecho fundacional para la persona. “Es el derecho del que se predican todos los demás derechos, y marca si un ser es un ser con capacidad moral”, continúan George y Tollefsen.

No es solo material biológico


Otro argumento falaz es el que sostiene que los embriones no merecen un estatus moral pleno porque un alto porcentaje de ellos no logran implantarse en el vientre materno o mueren por aborto espontáneo. Los autores apuntan que es una falacia naturalista suponer que lo que ocurre en la naturaleza debe ser moralmente aceptable cuando lo causa la acción humana.

La falsedad de este razonamiento es también evidente, apuntan George y Tollefsen, cuando se considera que, históricamente, la mortalidad infantil ha sido muy alta. En tal situación, el hecho de que muchos bebés mueran no vuelve ético el que se les quite la vida en beneficio de otros.

Otra línea de razonamiento utilizada para defender la investigación con células de embriones es que hay muchos miles de embriones congelados que quedaron descartados tras los tratamientos de fecundación artificial, y que nunca tendrán oportunidad de ser implantados y crecer hasta la madurez. Un científico podría usar estas células para el bien de la investigación.

George y Tollefsen replican que es manifiestamente injusto pedir que una persona –en este caso un embrión– sacrifique su vida de esta forma. “Los seres humanos tienen un derecho moral a que no se les dé muerte de forma intencionada en beneficio de otros”, declaran.

Ante el proceso de creación y congelación de embriones, los autores defienden que es un error condenar a cientos de miles de vidas humanas a una especie de “limbo congelado”. Tenemos que prestar atención a su destino, recomiendan George y Tollefsen, no utilizando los embriones como si fueran un tipo de material biológico, sino reconociendo su humanidad.

Estos y otros argumentos convincentes del libro lo hacen una lectura valiosa en un momento en el que la ciencia corre el peligro de adelantarse a nuestro razonamiento ético.

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NOTAS


(1) Robert P. Georgy Christopher Tollefsen, Embryo: A Defense of Human Life, Doubleday, Nueva York (2008), 256 págs., 12,50 €.

fuente: www.bieoticaweb.comResponder a tu publicación
La Comisión de la ONU Termina Diciendo No al Aborto
Por Samantha Singson
(NUEVA YORK - C-FAM) En el último día de las negociaciones de la Comisión de Población y Desarrollo (CPD) en las Naciones Unidas, las delegaciones continuaban con el polémico debate sobre el lenguaje con relación a los derechos y salud reproductiva y sexual, los cuales algunas ONGs y Comités de la ONU han interpretado y utilizado para promover el aborto. Mientras que los estados miembros de la ONU se reunieron en la sesión de clausura para aprobar el documento, algunas delegaciones tomaron la palabra para definir el aborto fuera del documento.
Hasta las últimas horas de la comisión, el polémico termino de derechos y salud reproductiva y sexual seguía en el borrador del documento. Justo antes de que fuera aprobado, Irán tomo la palabra para oponerse a la frase que nunca había sido incluida en ningún documento negociado en la ONU. Irán insistió que el termino seguía siendo problemático para algunas delegaciones e insistió a la Comisión a volver al lenguaje previamente acordado en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (ICPD por sus siglas en inglés) en 1994 del programa de acción, que es entendido para no crear ningún derecho al aborto.
En el intento de obtener consenso, la presidenta de México suspendió la sesión y después de veinte minutos, regreso a la sala y anuncio que la propuesta de Irán seria aceptada y que el término de derechos y salud reproductiva y sexual seria eliminada del texto. El documento fue adoptado por consenso.
Varias delegaciones, sin embargo, fueron más allá y realizaron declaraciones para definir explícitamente el aborto fuera del documento de la CPD y subrayaron que el documento no crea nuevos derechos. Comoras, Perú, Polonia, Irlanda, Chile, la Santa Sede, Malta y Santa Lucia hablaron en contra de los demás términos relacionados con la salud sexual como derechos reproductivos, servicios de salud reproductiva y salud sexual y reproductiva haciendo hincapié en que estos no podrían ser interpretados para apoyar, respaldar o promover el aborto.

El embajador de Malta declaró que cada vez era más difícil aceptar las resoluciones de los órganos de las Naciones Unidas como el de la CPD ya que hacen intentos de extender los derechos reproductivos para incluir el aborto.

Santa Lucia hizo una objeción explicita al término de aborto seguro ya que el termino podría dar la impresión de que el aborto es un procedimiento totalmente libre de riesgos médicos y psicológicos. Santa Lucia también destacó una disposición en el documento de la CPD que pedía a los Estados donde el aborto es legal a entrenar y equipar a los proveedores de servicios de salud y tomar medidas para asegurar que el aborto era seguro y accesible. El representante de Santa Lucia destacó que su delegación entendía que esta disposición no afectaba el derecho de los proveedores de salud a negarse a cumplir o ser cómplice de abortos como una cuestión de conciencia, afirmando, de nuevo, que no se han creado nuevos derechos o reconocido en este documento, y que el derecho universal a la conciencia no puede de ninguna manera ser anulado o debilitado.
Solo el representante de Noruega expreso su pesar de que el término de derechos reproductivos y sexuales no fuera aceptado en el texto, diciendo que su país había extendido el acceso al aborto y prácticamente no habían efectos negativos en las mujeres.
La CPD se volverá a reunir en el 2010.
Traducción: Paola Ocejo, Katharina Rothweiler

El Velo en la Iglesia: significado y origen



La mujer debe tener en la cabeza de la señal de la naturaleza humana de Cristo


¿Porque San Pablo aconseja a las mujeres mantener la cabeza cubierta durante las acciones litúrgicas?


El Código de Derecho Canónico de 1917 requiere a las mujeres a mantener la cabeza cubierta en la iglesia, especialmente en el momento de la Santa Comunión [1]. En el nuevo Código no hay rastro de esta disposición y ahora esta antigua y venerable tradición cayó en el olvido, sin embargo, se basa en una disposición del apóstol San Pablo. Pero entre la moderna exégesis racionalista, que tiende a llamar a todos los detalles históricos ( "cosas de otros tiempos ..."), y el famoso cliché de que" el hombre de hoy "ya no sería capaz de comprender ciertas cosas, incluso la costumbre de que las mujeres se cubren la cabeza en la iglesia, ya se ha perdido.


Por no hablar de muchas monjas, que, una vez bien vestido (que no recuerda la capilla de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul), Que muestra hoy el copete, a ir de la mano de aquellos que han arrojado sotana y Colette ortigas de color blanco (y aquí, en vista de los resultados estéticos magrissimi, habiendo levantado el velo, es muy a menudo sólo otro tramo, este tiempo de gracia, como ellos dicen). Pero ¡ay si sólo lamenta los tesoros que tenemos el robo, tenemos que buscar, con la ayuda de la Virgen, incluso para este caso, las razones de la tradición y, a continuación, lea las palabras del Apóstol, y vemos cómo algunos Padres de la Iglesia que se interpreta. De la primera carta de San El apóstol Pablo a los Corintios: [11,3] "Pero quiero que sepas que cada hombre es Cristo la cabeza, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios [4] Todo hombre que ora o profetiza con su cabeza cubierta, la falta de respeto a su cabeza. [5] Sin embargo, toda mujer que ora o profetiza sin un velo en su cabeza, carece de conexión a su cabeza, porque es el mismo como si se tratara de afeitado. [6] Por lo tanto, si una mujer no quiere el velo, también cortes de cabello, pero si es vergonzoso para una mujer para cortar el pelo o afeitarse, entonces cubierta. [7] El hombre no debe cubrir su cabeza porque él es la imagen y la gloria de Dios y de la mujer es la gloria del hombre. [8] De hecho, el hombre no procede de la mujer, sino mujer de hombre, [9], ni el hombre fue creado para la mujer, pero la mujer para el hombre. [ 10] Por esta razón, la mujer debe llevar en su cabeza un signo de dependencia de la cuenta de los ángeles. [11] Sin embargo, en el Señor, ni es hombre ni mujer sin hombre, sin mujer, [12] como De hecho, la mujer proviene del hombre, por lo que el hombre tiene la vida por la mujer, entonces todo viene de Dios [13] Juez para ustedes: es apropiado que una mujer es rezar a Dios con la cabeza descubierta [14] Es quizás el la misma naturaleza enseña que es impropio de un hombre para que su pelo crezca, [15], si bien es una gloria para la mujer lasciarseli crecer? La corona fue dada como un velo. [16] Si alguien tiene el gusto de los controversia, no tenemos esta costumbre e incluso las Iglesias de Dios. "


De este pasaje, así que podemos entender por qué S. Pablo aconseja a las mujeres a mantener la cabeza cubierta durante las acciones litúrgicas. Las razones son básicamente cuatro:

1) El simbolismo de la boda entre Cristo y la naturaleza humana. En la iglesia, durante la liturgia, el hombre y la mujer no sólo se representan a sí mismos, pero el hombre - un hombre - es Cristo, el Esposo: la mujer es la raza humana, la naturaleza humana la Novia de la Palabra. Podemos entender esta considerando la naturaleza de la fe conyugal (matrimonio en la fe y sabe que el Señor - Os 2,22), el contexto general de la liturgia (el ambiente en el que la fe es ejercido en la más perfecta) el'esplicito recordar en la boda de S. Pablo: Y el hombre no procede de la mujer, sino mujer de hombre, ni hombre fue creado para la mujer, pero la mujer para el hombre - 1 Co 11, 8-9. Cristo es el hombre (hombres y mujeres) como el hombre es mujer. Por otra parte, el hombre, a diferencia de la mujer, es "la imagen y la gloria de Dios", no para sí mismo, sino porque representa a Cristo, por lo tanto no puede permanecer con su cabeza cubierta, ya que de este modo "deshonra su cabeza" (11,4) para representar a su propio Cristo: un hombre con su cabeza cubierta no es Cristo, como una mujer con la cabeza descubierta, no es buena la naturaleza humana y de la Iglesia a la novia de Cristo. En este sentido, Tertuliano dice: "Porque yo soy el creador de la imagen, no hay espacio en mí para otra cabeza (distintos de Cristo)" (Contra Marcion, V, 8, 1).


2) Un signo de la obediencia a Cristo. Una mujer con la cabeza cubierta por un velo, recuerda a todos los que están en la iglesia que la naturaleza humana es la novia de Cristo, por lo que la mujer, como es la naturaleza humana, debe tener un signo de su dependencia de la cabeza (1 Cor 11,10): Este signo de la adicción es el signo de Cristo a su novia, la naturaleza humana. Por lo tanto, el Consejo pide el velo Gangrense monumento, recuerdos de sometimiento. S. Juan Crisóstomo lo llama enseña presentación; Tertuliano yugo de su humildad (véase Cornelius un Lapide, en loc.).


3) El cumplimiento de los perfecto equilibrio del cosmos. El edificio de la iglesia representa el cosmos, lleno de la gloria de Dios, especialmente durante la celebración de la Santa Misa (Los cielos y la tierra están llenos de tu gloria ...). El universo está perfectamente ordenado (Pero todo listo con la medición, cálculo y peso - Sab 11:20). Nadie puede olvidar la presencia, dentro de la iglesia-el cosmos, la jerarquía celestial, perfectamente ordenado (Tiene lugar combinado al monte Sión, la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial y miríadas de ángeles, festivo all'adunanza ... - Hebreos 12:22). No es tan barato que en un universo ordenado perfectamente lo que es la celebración litúrgica, el desarrollo ordenado de la relación entre Cristo Esposo y la Iglesia-Novia - el informe especial que recrea la celebración litúrgica en la más perfecta - no se muestra (para esta mujer deben llevar en su cabeza un signo de dependencia de la cuenta de los ángeles - 1 Cor 11,10)


4) Un signo de la humildad natural. Por último, pero no por ello menos importante: "¿No es la naturaleza misma nos enseña que es impropio de un hombre para que crezca el pelo, si bien es una gloria para la mujer lasciarseli crecer? La corona fue dada como un velo "(1 Cor 11, 14-15). Es obligatorio para las mujeres llevar el velo a la iglesia? Hoy en día, no más, pero S. Pablo explica los motivos de conveniencia.

Don Alfredo Morselli
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